La fiscala regional interina María Eugenia Iribarren, quien fue designada en principio por tres meses ante la caída de Patricio Serjal por un caso de corrupción, sostuvo este viernes en conferencia de prensa que pretende enfocar su labor en un «control interno que dé seguridad» al sistema y a la vez en mejorar “el contacto con la gente, que todos puedan tener un acceso más visible con los fiscales y que puedan ver su trabajo”.
Iribarren, que encabezó la Unidad Especial que metió preso al jefe de los fiscales rosarinos, Serjal, y al titular de la Unidad Covid Gustavo Ponce Asahad, fue designada por el fiscal general Jorge Baclini este jueves.
“Hay lineamientos claros desde la Fiscalia General que hay que replantearlos y trabajar en conjunto, para profundizar y actualizar políticas de persecución, sistemas de control, dentro de la propia Fiscalía y ordenar lo que es el trabajo de los fiscales”, sostuvo.
Describió como “una situación crítica” la que pasa la Fiscalía Regional Rosario y “hay que transmitirle confianza tanto a los fiscales como a la gente para salir de esta coyuntura de crisis institucional», opinó.
“Los fiscales trabajan muchísimo. El nivel de criminalidad de la región es muy alta y la cantidad de recursos es muy poca, en relación a esa criminalidad. Hay que reorganizar ese trabajo, que se vea y se transmita”, sentenció.
Iribarren añadió que busca “reestructurar muchas unidades fiscales para que el trabajo sea más productivo y eficiente, y hacer un entrecruzamiento de hechos que quedan sin investigarse como corresponde”.
También dijo que hará un «seguimiento» de la causa por asociación ilícita que contempla extorsiones y juego clandestino, en la que están imputados los dos fiscales mencionados, un empleado del Ministerio Público de la Acusación, un comisario retirado e integrantes de la banda de Los Monos.
De acusador a imputado: el ex fiscal Patricio Serjal y la red de cobertura al juego clandestino
