Por Cecilia González
La periodista Irina Hauser lo volvió a hacer. En Los Supremos. Historia secreta de la Corte (Planeta, 2016), ya nos había llevado de la mano a los lugares vedados de la Corte Suprema de Justicia, ese templo de poder inaccesible para la inmensa mayoría de los ciudadanos. En ese libro, Hauser detalló los avatares del máximo órgano judicial desde sus vergonzosos años menemistas hasta la renovación concretada durante el kirchnerismo, siempre contando claroscuros, avances, polémicas y contradicciones de sus no siempre respetables integrantes.
Ahora, en Rebelión en la Corte (Planeta, 2019), Hauser se aboca a lo ocurrido en la Corte durante el ya agonizante gobierno macrista. Es una larga y documentada crónica en la que, una vez más, demuestra que ella no es una turista de “la fuente”. No llegó ayer a la Corte ni fue a investigar solamente para escribir sus libros. La experiencia periodística no se puede fingir. Está, se explota, se explora. En las páginas de Rebelión en la Corte queda claro que Hauser sabe de lo que habla. Ha estado ahí, ha investigado, ha analizado durante años.
Gracias a su obra, podemos recorrer los pasillos, salas de reuniones y oficinas de la Corte (lo físico), así como sus intrigas, las disputas de poder de “los supremos” (lo intangible). Las alianzas entre unos y otros que no siempre están marcadas por un afán de justicia sino por intereses políticos o personales pero que terminan impactando en toda la sociedad Su dedicación a resolver casos basados en abultados expedientes, con casi pleno desinterés y distanciamiento de ciudadanos con rostros, nombres y apellidos.
Hay capítulos dignos de las mejores novelas de misterio que merecerían su propia versión audiovisual, como “El golpe”, la crónica de apertura del libro que narra con precisión el desplazamiento de Ricardo Lorenzetti como presidente de la Corte. O “Los temerarios”, en el que cuenta el detrás de escena del fallo “2×1” que abría la puerta al recorte de penas de los represores condenados por delitos de lesa humanidad y que fue modificado gracias a las masivas e históricas protestas de gran parte de la sociedad argentina. Aunque en ambos casos ya sabemos el desenlace, la prosa de Hauser nos mantiene en suspenso. También nos asomamos a historias que develan el impacto del poderoso movimiento feminista en la Corte, el descontrol en el manejo de las escuchas que permitieron la filtración de grabaciones judiciales ilegales (por favor, tienen que conocer a Poett, un personaje antológico) y los pleitos entre Lorenzetti y su sucesor Carlos Rosenkrantz, de los cuales todavía no podemos prever un desenlace. Documenta, además, el arraigado e impune nepotismo del máximo órgano judicial que naturaliza la designación de hijos, hermanos y todo tipo de familiares en diferentes puestos. Y que, como el caso de la hija de la jueza Elena Highton, hasta se permite crear cargos ex profeso para beneficio de su hija Elena Nolasco sin que ello amerite mayor escándalo, ni denuncias, ni impugnación. Subraya, además, la falta de transparencia de los jueces que siguen resistiéndose a pagar impuesto a las ganancias y a dar a conocer con precisión sus declaraciones patrimoniales. Una anomalía en un sistema democrático. Un injustificable privilegio basado en gran parte en las disputas de poder de la Corte con los gobiernos kirchneristas y el macrista con los que han convivido (y se han acomodado) con diferentes grados de tensión.
Por la calidad de su narrativa y de su investigación, por ser ya un documento histórico de lo ocurrido durante el gobierno macrista, Rebelión en la Corte es un libro necesario, fundamental para comprender mejor el papel que juega la Justicia en los tiempos político-electorales que corren. Y los que vendrán.
Presentación en Rosario
El sábado 14 de septiembre Irina House presentará “Rebelión en la Corte” a las 11 en la librería Homo Sapiens (Sarmiento 829).
