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Irizar: “Tenemos que salir de esta lógica de violencia y pobreza con un plan a largo plazo”

La concejala socialista Verónica Irizar habló sobre las principales problemáticas de la ciudad como el transporte urbano de pasajeros, la basura y la producción

La concejala socialista Verónica Irizar habló sobre las principales problemáticas de la ciudad como el transporte urbano de pasajeros, la basura y la producción. Destacó la necesidad del diálogo entre los mandatarios de los diferentes niveles, para reclamar a Nación los recursos aportados por las provincias. Aseguró que en Rosario mejoraron los niveles de violencia, pero señaló que deben ser acompañados por políticas sociales y un proyecto de ciudad para volver a posicionarla positivamente.

—¿Cómo analizás este primer semestre en el Concejo municipal? 

—Ha sido todo un desafío el nuevo Frente Unidos. Venimos trabajando bien dentro del interbloque, ya que con muchos nos conocemos de más recorrido y hay algunos concejales más nuevos. La presidenta del Concejo viene haciendo un trabajo con todo el cuerpo dónde, más allá de las diferentes miradas políticas, los principales proyectos vienen saliendo por mayoría y casi por unanimidad. Habla de una capacidad de diálogo y de discusión de los temas centrales de la ciudad, de intentar generar la mayor cantidad de consensos posibles. Es una época compleja, donde en el Concejo tenemos un bloque de partidos de La Libertad Avanza, que también expresa una mirada. Veníamos de Concejos con personalidades más fuertes, con mucha más experiencia en gestión y estamos ante un Concejo con una impronta distinta, que tiene el desafío de sacar temas importantes de la ciudad.

—¿Cuáles son algunos de esos temas principales que creés que se deberían abordar? 

—El tema de higiene urbana, para lo que el intendente va a mandar un nuevo pliego. No pudimos avanzar en el anterior y estamos con un pliego prorrogado. Eso hace que haya menos inversiones y que el servicio se vaya resintiendo. Hemos también discutido temas de transporte, donde hay que implementar mejoras, pero hace falta financiamiento. Tanto en la gestión anterior como en ésta se ha sufrido el recorte o la discriminación, pero ahora se profundizó la inequidad, porque hoy Buenos Aires se lleva los subsidios y para el interior hay cero, con el agravante de que a Buenos Aires le incrementaron un 150% los subsidios. Además, en el primer trimestre de este año aumentó un 928% lo que recibe de atributos sociales, cuando en el resto del país fue sólo del 255%. Milei se había comprometido a no tocar impuestos y vuelve a incrementar el impuesto de los combustibles líquidos en un 415%. 

Santa Fe aporta un montón de recursos. En el primer trimestre, por ejemplo, fueron casi 28.000 millones del impuesto a los combustibles, del que antes volvía casi el 31% en subsidio al transporte y hoy vuelve apenas el 4 y pico por ciento de Fonavi y un 10% a la provincia. El resto queda para subsidiar el transporte a los porteños. Es invivible un país con este federalismo invertido. Aportamos el interior productivo y en realidad no te vuelve casi nada. Hay que revisar esos temas que son centrales para cualquier ciudad. Una ciudad tiene que tener su higiene urbana, su transporte, sus servicios básicos bien resueltos y para eso hay que discutir el financiamiento. Vimos esta fórmula en los 90. Lo que intenta aplicar Milei es esta idea de tirar la crisis cada vez más para abajo, centralizando recursos del gobierno nacional, disciplinando con la caja; no hay obras, no está más el Fondo Sojero, no vienen los subsidios al transporte. El gran ajuste lo están pagando los sectores medios trabajadores, los jubilados y pensionados que también han tenido una movilidad muy por detrás de la inflación. Tampoco se conoce el plan económico del presidente. Una cosa es la coyuntura de bajar la inflación, pero a costas de enfriar brutalmente la economía. La contracara son los retiros voluntarios, los despidos, la baja actividad de los emprendedores que no venden porque la familia no tiene capacidad de consumo. 

La inflación también viene siendo muy significativa. Fue del 25,5 en diciembre y logró desacelerarla, pero según el acumulado interanual es un número terrible. Los gastronómicos plantean que están teniendo mucho menos demanda, ni hablar los viajes y el mismo sistema de transporte. Enseguida la familia empieza a ajustar para llegar a fin de mes, si es que lo logra. 

—¿Cómo analizás el impacto de las medidas del gobierno nacional? 

—La quita del subsidio al transporte termina siendo un golpe letal, porque te quedás sin financiamiento. Una cosa era la discriminación histórica, donde el 70 quedaba en Buenos Aires, pero otra distinta es cero para el interior y que en Buenos Aires además lo aumenta un 150%. Además, el freno en las obras. Lo más emblemático de la ciudad, como es el Monumento a la Bandera, se abandonó por tercera gestión porque Macri, Fernández y Milei la frenaron. Pero también todas las otras obras que son necesarias para la infraestructura de la ciudad, como las obras viales. Tenemos el sector exportador más importante del país y tampoco tiene obras. La idea de volver a poner el impuesto a las Ganancias a la cuarta categoría en un momento donde el ajuste lo pagan los trabajadores. La fórmula es repetir un error que Argentina ya pasó. Rosario, con un área metropolitana de un millón y medio de habitantes, no escapa a esta situación de pobreza donde el 60% de nuestros niños y jóvenes son pobres, y me atrevo a decir que el 50% de la población está bajo la línea de pobreza. Creo que hay una tarea articulada entre el gobierno provincial y local para evitar que esto explote, pero aún así es compleja la situación alimentaria en los barrios, sumado a la violencia. Valoramos mucho lo que está haciendo el gobierno de Maxi Pullaro pero sabemos que continúa esta situación y faltan algunas políticas como, por ejemplo, la educación, que es un punto fundamental que se está trabajando, pero también los clubes de barrio que se sienten un poco desamparados ante una realidad muy compleja. Rosario no escapa a la realidad nacional y rápidamente sufre las consecuencias de estas políticas macroeconómicas que lamentablemente no manejan ni la Municipalidad ni la provincia. La pobreza, la situación económica, las empresas, las pymes, el sector comercial también está fuertemente golpeado junto con el sector turístico. Nos tenemos que unir y trabajar en volver a posicionar a la ciudad positivamente. Los indicadores duros de seguridad han mejorado sustancialmente, pero creo que ha habido situaciones de escalada de violencia que han sido muy duras y que fueron tomadas por determinados medios nacionales para pegarle a Rosario. Rosario siempre molestó en la escena nacional y hay que trabajar de vuelta, como lo hemos hecho en otras oportunidades, en volver a posicionar positivamente a la ciudad, pero para eso hace falta un plan y el trabajo en conjunto. 

—¿Cuáles fueron las principales deudas de la gestión anterior? 

—La pandemia fue un proceso complejo que atravesó las gestiones de ese momento, pero creo que hace falta poner sobre la mesa cuál es la idea de la ciudad que queremos construir y convocar a todos los sectores a trabajar en esa misma sintonía. Hay que mejorar mucho los servicios. Estamos en un momento complejo por la quita de subsidios al transporte que venía golpeado desde la pandemia junto con un contexto inflacionario que golpea muy fuerte. Hay que discutir, reclamar los recursos y mejorar la gestión, tanto del transporte como del mantenimiento de la ciudad. Además, ir a pelear por los recursos para las obras y trabajar en conjunto con el gobierno provincial. Hay temas, como por ejemplo el aeropuerto, que es central para el posicionamiento productivo y turístico de la ciudad. El Plan Abre, que ahora es el programa de intervención barrial focalizada, es muy positivo que se vuelva a llevar adelante, sobre todo en los barrios más vulnerables. El tema educativo, los clubes de barrio, la falta de prestaciones en el sector de discapacidad. Hay que articular con el gobierno provincial para que se hagan esas inversiones y reclamar lo que nos corresponde. Todos estos temas tienen que estar planteados en una mesa bilateral de la ciudad o de las ciudades más importantes porque son los gobiernos locales los que dan respuesta. 

—¿Considerás que falta más fuerza en el reclamo de recursos para la ciudad?

—Venimos teniendo intendentes que tuvieron una impronta muy fuerte y desde que asumió el socialismo, con una mirada muy focalizada en los barrios y los servicios que faltaban. Creo que hace falta repensar la ciudad que viene. Más allá de la coyuntura tenemos que animarnos a soñar la ciudad que viene, qué le proponemos a la gente para salir de esta situación compleja que atravesamos. Hay que hacer un foco muy fuerte en lo productivo, porque Rosario tiene un potencial muy grande. Tenemos el desafío de ser la ciudad que genere valor y que sea el motor del crecimiento económico de Argentina. Eso va a generar un cambio de paradigma, va a generar inversiones en la ciudad que van a generar empleo y oportunidades. Tenemos que salir de esta lógica de la violencia, de la pobreza y eso se hace con un plan pensando a mediano y largo plazo.

—¿Qué opinás de la ola de violencia en la ciudad y de las medidas que se han tomado al respecto? 

—He sido muy crítica en la gestión anterior del gobierno de Perotti. Destruyó lo que venía haciéndose en términos de violencia, que se venía trabajando en el Plan Abre, donde llegamos a tener 36 barrios intervenidos y habían mejorado los indicadores de violencia en la ciudad. Haber roto eso hizo que estallara la violencia y que todas las transformaciones policiales que se habían hecho se volvieran para atrás. Pullaro tuvo el desafío primero de ordenar. 

Creo que hay un plan con el tema de seguridad que está asociado con medidas sociales que son fundamentales porque hay que mejorar la seguridad pura y dura, mejorar la Justicia y el MPA, pero también hay que ir con una pata en lo social. Es fundamental la inversión en educación y el tema alimentario, porque un niño o joven no puede aprender si no tiene un alimento en su mesa. Estamos viviendo un momento difícil en lo social, donde se rompió el núcleo básico que es la familia, entonces hay que recuperar esos lazos y, por otro lado, trabajar en inversiones en los barrios que necesitan infraestructura. Sumado a dar oportunidades de trabajo con la economía social y la agricultura urbana. Hay que dar respuestas a la gente. Veo que el gobierno tiene un plan, que va encaminado, y que el apoyo y el trabajo mancomunado entre el gobierno local y provincial debería empezar a dar sus resultados. Hemos bajado mucho la violencia que tuvimos en los primeros meses, pero sin dudas hay que seguir trabajando mucho más.

—¿En qué proyecto estás trabajando? 

—Venimos trabajando muy fuertemente el tema de transporte. Hay que fortalecer el sistema de transporte urbano de pasajeros, porque es el más sustentable, social, ambiental y económicamente, si logramos tener recursos para que los usuarios puedan tener una tarifa más baja. Lamentablemente la licitación se cayó por la pandemia y se fue una de las empresas, entonces tenemos una empresa pública y una privada. Perdimos esa mirada metropolitana del transporte que es necesario recuperar. También en los temas productivos, de basura y de disposición final de residuos. Pensar en proyectos a mediano y largo plazo que necesiten financiamiento internacional. Mucha gente se fue a vivir a la periferia por el costo de la tierra en la ciudad, entonces tenemos que pensar en el transporte y la movilidad. Para eso es fundamental planificar con los otros gobiernos. Tenemos una herramienta como el Ecom y creo que hay que volver a reactivar esas políticas públicas que tengan esa mirada metropolitana.

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