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Irrumpen en subcomisaría de VGG y rescatan a un pesado

Llegaron tres en dos motos, inmovilizaron al guardia y se fueron con Abel Veneno Fernández, de extenso prontuario.

Tres personas irrumpieron anteanoche en la subcomisaría 26ª de Villa Gobernador Gálvez, redujeron al custodio y rescataron a un conocido hampón de 53 años para luego huir por los fondos en dos motos. El evadido había sido detenido en septiembre pasado, cuando protagonizó un enfrentamiento con la Policía tras asaltar un consultorio odontológico en la localidad de Alvear, y también estuvo sospechado como uno de los autores del golpe de los balseros al Banco Provincial de Arroyito ocurrido en 1995 (ver aparte). Los tres uniformados que estaban al momento de la fuga en la seccional quedaron acusados de facilitamiento culposo de evasión.

Como todas las noches, dos detenidos estaban el sábado pasado alrededor de las 23 en la cocina de la subcomisaría 26ª preparando la cena para todos los internos (en total son cinco los detenidos en el penal): uno se encargaba de preparar la ensalada y el otro de cocinar el pollo, controlados por un policía. La habitación adonde preparan la comida queda en el fondo de la dependencia, cerca de la puerta del patio. El perímetro está delimitado por un portón corredizo de rejas horizontales. El edificio, que fue inaugurado hace poco más de un año, queda en la esquina de Nahuel Huapi y Carlos Pellegrini.

La cocina está toda enrejada y el custodio estaba apoyado de espaldas a la entrada del patio. En un momento, el uniformado sintió que le apoyaron algo frío en el cuello. Esta acción fue acompañada por la orden: “Dame las llaves”. Al escuchar el imperativo, el policía contó en su declaración que pensó que era una broma. Esta idea se borró rápido cuando giró y vio a dos hombres vestidos de negro con gorras y cuellos que le tapaban la cara. Uno de los cocineros, quien está detenido acusado por un crimen, quedó petrificado porque pensó que lo iban a buscar pero no para rescatarlo, sino para vengar al muerto.

El otro que preparaba la cena, Abel “Veneno” Fernández, se adelantó a la reacción del custodio, le sacó las llaves, abrió el candado y se fue con sus rescatistas hacia el fondo. Según el relato policial, los tres treparon el portón y, junto a un cuarto que esperaba afuera, huyeron en dos motos mientras que el otro cocinero recluso no huyó pese a tener la oportunidad de hacerlo.

Los pesquisas agregaron que cerca del portón se encontraron unas gotas de sangre y los uniformados –una mujer y un hombre– que en ese momento estaban en el frente de la dependencia aseguraron que no escucharon nada.

En ese marco, los tres uniformados que se encontraban en la dependencia fueron acusados de facilitamiento culposo de evasión y quedaron a disposición de la fiscal de Flagrancia, Silvia Castelli, al frente de la investigación.

El prófugo había sido atrapado el 25 de septiembre en Alvear cuando protagonizó un asalto a un consultorio odontológico que, tras un tiroteo con la Policía, terminó con dos detenidos y dos cómplices huyendo con cinco mil pesos. Los pesquisas indicaron que investigan también si Veneno, quien no volvió de una transitoria en 2010 –cumplía condena por el atraco a una metalúrgica– está relacionado con algunos asaltos ocurridos en Funes y Roldán.

Uno de los balseros del Ludueña

A Veneno se lo vincula al conocido golpe en que balseros-boqueteros se hicieron con 515 mil pesos convertibles a dólares el 6 de octubre de 1995. La investigación determinó que los asaltantes navegaron el Ludueña en una improvisada balsa, e hicieron durante varias semanas un hueco en la pared de la sucursal del Banco Provincia de Santa Fe, de Génova y avenida Alberdi. Ese 6 de octubre llegaron por la madrugada al sótano y esperaron a que llegaran los empleados. Con los trabajadores como rehenes, redujeron a los custodios de un blindado frente a la cola de jubilados que aguardaban para cobrar y huyeron en un Renault 12 con las sacas.

El juez de Instrucción Carlos Triglia procesó a una decena de personas por el atraco, pero todos terminaron absueltos. En el reparto de roles, Triglia atribuyó a Javier Hernández (el asaltante que bajo el alias de Sergio “Pata” Benedetti murió en septiembre de 1999 en la Masacre de Villa Ramallo), Veneno y un tercer hombre sindicado como el cerebro del golpe el hecho de ser quienes “metieron el caño” y, por lo tanto, se llevaron la mayor parte del botín. Pero los indicios sólo alcanzaron para imputar a Fernández por encubrimiento, mientras el supuesto líder del golpe recibió falta de mérito.

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