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Ismael Torres, en movimiento

El arte transformador del  músico local que presentará “En movimiento”, un disco de estudio que, al ser el segundo de su cosecha, lo sitúa más afianzado en su búsqueda de herramientas para un cambio. Las nuevas composiciones sonarán esta noche en Mano a Mano .

Por Daniela Barreiro

En el marco del 85º aniversario del nacimiento de Ernesto “Che” Guevara, esta noche, a partir de las 22.30, en Mano a Mano (Ovidio Lagos 780) el artista local Ismael Torres presentará En movimiento, su segundo y último disco de estudio. Sin ser del todo buscado, el contexto en el que será presentado el material tiene estrecha relación con su desarrollo ya que en él se ve plasmada la revalorización del rol del arte y el artista que realizó el cantautor luego de viajar a Cuba y comenzar su militancia en el Movimiento Giros.

´Foto de Juan José García.
´Foto de Juan José García.

En esta oportunidad y tras la presentación de Cecilia Monte Samba Trío, el músico y compositor de 28 años tocará acompañado por una banda integrada por los músicos Manuel Corvalán (bajo), Omar Cottu (percusión), Agustín Borsini (batería), Lucas Russo (teclados) y Rama Molina (guitarras).
Del diálogo entre la diversidad de historias, matices e instrumentación que contiene y “el hecho de haber vivido mucho tiempo en Buenos Aires con el ir y venir que eso implica”, surge el título del último material del artista que, tras haber recorrido un largo camino, decidió volver a radicarse en la ciudad. “Me quedo en Rosario. Creo que es una pelea que hay que dar. Hay un imaginario, y no tan imaginario, que indica que sólo se puede vivir de la música en Buenos Aires, pero me parece que desde acá se pueden hacer las mismas cosas. Es un camino más difícil pero si no se empieza nunca vamos a llegar a ser lo que es Capital a nivel artístico. Hay que empezar a bregar porque Rosario sea, además de la cuna de grandes artistas, una ciudad desde la que se pueda trascender. Eso es un camino que tienen que recorrer tanto los artistas como el público que, a veces, no da la misma importancia a las propuestas locales que a las que vienen desde afuera. Así que asumí el desafío y vamos a ver qué pasa”, contó Torres a El Ciudadano.
Siendo muy joven el músico comenzó su carrera acompañando a Adrián Abonizio en sus presentaciones y compartiendo escenario con músicos de la talla de León Gieco, Luis Alberto Spinetta, Rubén Rada, Javier Malosetti, Jaime Ross y Litto Nebbia, entre otros. Fue parte de ese recorrido y sus gustos musicales que lo posicionaron en la línea de la Trova Rosarina, una influencia “ineludible” en la ciudad de la que, ahora, toma distancia: “En este material se notan todas mis otras influencias. La Trova es una marca ineludible para la gente de Rosario, esa conjunción de tango, folclore y rock que representan es algo que tiene mucho que ver con Rosario. Particularmente también tengo influencias de la música brasileña, la música negra, el jazz y el blues que se componen primero desde la voz y lo rítmico y después desde la armonía. La Trova tiene todo lo contrario, crece desde lo armónico, desde las canciones, los acordes. Siento que de esa conjunción surge este disco”.
“En un punto es un quiebre –agregó–, pero también tiene que ver con el afianzamiento de una búsqueda, con encontrar mis propias herramientas líricas y musicales sin encasillarme. De hecho estamos trabajando en un disco nuevo y es un material de muchas guitarras y muy pocas bases rítmicas a diferencia de éste. Pero sé que encontré la mecánica de trabajo y las herramientas con las que me gusta componer canciones”.
Además de las estrictamente musicales En movimiento  presenta diferencias conceptuales y simbólicas con Ciudad Manantial, su primer disco, ya que si bien ambos discos se ven traspasados por un ideal de ciudad “armónica y vivible”, lo hacen desde diferentes ópticas: “Cuando grabé el primer disco tenía 17 años y esa búsqueda, esa idea de ciudad en la que sea posible vivir en armonía, era simplemente una añoranza. Después de algunos años de empezar con una militancia política, de unirme al Movimiento Giros, esa búsqueda se transformó en una realidad. Entonces en este disco esa idea de construir un mejor lugar para vivir tiene más de hecho que de sueño”.
Y fue en una gira que el músico realizó en Cuba el año pasado que esa idea tomó forma. “Ver cómo es hoy Cuba y cómo se maneja esa sociedad me permitió vivir esa ciudad que soñamos y no tanto idealizarla o proyectarla para un futuro más incierto”, dijo Torres al tiempo que reconoció haberse replanteado su rol como artista: “En mi vida artística siempre me quedaba esa sensación de que, como dice Fito (Páez), «la música es un antídoto liviano». Quizá, sin qurer, caí en esa falsa trampa porque no estaba viendo el poder transformador que tiene el arte. Una de las cosas que más me sorprendió de Cuba es la importancia y la prioridad que se le da al arte en todas sus expresiones. Ahí me dí cuenta que, en el caso de Cuba, fue tan importante Fidel (Castro) como Silvio (Rodríguez), porque los dos estaban trasmitiendo la misma utopía pero con distintas herramientas. Ahí pude definir mi lugar”.
“Me parece que el arte llega a lugares que otras herramientas no, conocer esos lugares para hacer que esta ciudad o que este mundo sea mucho más vivibles me resignificó la profesión, fue como volver a enamorarme de la música. Por eso estas nuevas canciones no tienen una visión pesimista o negativa de lo que pasa sino que muestran todo lo que se puede hacer, lo que se hace y el camino que nos queda por transitar”, concluyó Torres, un músico que tras el show de esta noche presentará, a la espera del disco en el que ya está trabajando, el material en Buenos Aires el próximo 20 de junio.

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