El ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, confirmó implícitamente ayer en Munich el ataque aéreo del miércoles pasado contra instalaciones militares próximas a Damasco, en Siria.
Por su parte, el presidente sirio, Bashar Al Assad, afirmó también ayer que “la agresión contra el centro de investigación de Jamariya muestra el verdadero papel de Israel, que coopera con fuerzas extranjeras enemigas y elementos sobre el territorio sirio para desestabilizar y debilitar Siria”.
Barak, durante la Conferencia de Seguridad que se lleva a cabo en Munich, indicó que “esto que ha ocurrido hace unos días muestra que cuando decimos una cosa la mantenemos. Hemos dicho que no pensamos que se deba permitir que sistemas perfeccionados de armas sean transferidos” a Siria, dijo.
El gobierno israelí había evitado hasta ahora comentar las informaciones sobre un ataque que aviones de la fuerza aérea de Israel realizaron el miércoles contra instalaciones militares próximas de la capital siria.
“No logro comprender cómo Irán puede apoyar este régimen” de Bashar al Assad, dijo Barak.
El problema del programa nuclear iraní “es un desafío para todo el mundo”, añadió, y destacó que “ninguna opción debe ser descartada”.
Assad, por su parte, durante una reunión en Damasco con el secretario del Consejo Superior iraní de seguridad nacional, Said Jalili, destacó que Siria “es capaz de hacer frente a los desafíos actuales y responder a cualquier agresión que tenga como objetivo al pueblo sirio”.
El responsable iraní, a su vez, insistió en la coordinación entre Teherán y Damasco para hacer frente a los “complots y proyectos extranjeros que tienen el objetivo de desestabilizar la seguridad en la región”.
El ataque de la aviación israelí sobre las instalaciones de Jamariya, en la provincia de Rif Damasco, causó la muerte de dos empleados.