El viceministro israelí de Salud, Yoav Kisch, calificó este domingo como un “ataque terrorista sanitario” la manifestación de este sábado en Tel Aviv, donde más de 10.000 personas exigieron mayor ayuda económica para afrontar la crisis provocada por las medidas impuestas para mitigar la expansión de la pandemia del coronavirus.
Kisch criticó duramente la protesta en la que una multitud abarrotó la icónica plaza Rabin, en muchos casos sin respetar la distancia de seguridad de dos metros, cuando el país sufre una segunda ola de contagios de coronavirus que duplicó la cifra de casos desde el inicio de la enfermedad en el país, en marzo pasado, informó la agencia de noticias EFE.
El descontento de la población con lo que consideran medidas económicas de apoyo insuficientes, especialmente en el caso de trabajadores autónomos y sectores como el turismo y el entretenimiento, hizo que el número de asistentes multiplicara por más de cinco el límite de las 1.800 personas autorizadas por la policía, una cifra calculada según los requerimientos de la distancia social reglamentaria.
La Policía arrestó este sábado a veinte manifestantes, que «provocaron daños en áreas públicas y bloquearon calles», informó un portavoz policial, que señaló que tres agentes recibieron heridas leves al ser atacados con gas pimienta.
Las cifras de desempleo en Israel, que en febrero estaban en el 4%, superaron esta semana el 20%, una expansión que afecta a unas 850.000 personas, y se teme que este número pueda aumentar si no se reduce la curva de contagios que actualmente sube con unos mil casos diarios.
Por su parte, el ministro de Finanzas, Israel Katz, aseguró este domingo en la radio del Ejército -recogida por EFE– que prepara un plan económico anunciado este por el primer ministro, Benjamin Netanyahu.
Sin embargo, los manifestantes se pronunciaron en contra de este nuevo plan que, entre otras cosas, extiende los beneficios especiales de desempleo hasta junio del 2021 y prevé aportes a pequeños y medianos negocios, y reclamaron al gobierno más ayudas económicas y un plan para trabajadores autónomos, los trabajadores independientes y asalariados, que se vieron gravemente afectados por la crisis.
Katz advirtió que “cualquiera que use la violencia no conseguirá sus objetivos» y agregó que “hasta que no se encuentre una vacuna”, la incertidumbre económica se extenderá y “habrá sectores que se verán perjudicados y se cerrarán y reabrirán”
Actualmente, Israel atraviesa una segunda ola de casos de Covid-19, luego de que el gobierno implementara en mayo un proceso de desconfinamiento, que, si bien disminuyó la cifra de desempleo, también aceleró un nuevo repunte de contagios.
Este segundo brote llevó al primer ministro, Benjamín Netanyahu, a reconocer que la desescalada se hizo demasiado rápido, por lo que se dio marcha atrás con algunas medidas de relajamiento y se volvieron a cerrar bares, gimnasios, piletas de natación o salas de eventos, además del cierre de los barrios más afectados en varias ciudades del país.
Israel registra hasta este domingo 38.213 contagios y 358 muertes a causa de la pandemia.
En las últimas 24 horas sumó cuatro muertes y el total de fallecidos se elevó a 358, mientras subió también la cifra de hospitalizados en estado grave a 141, 48 de ellos conectados a respiradores.