Israel reinició hoy, después de un cese de fuego de solo seis horas, los bombardeos contra la Franja de Gaza, que ya habían provocado 192 muertos y 1400 heridos cuando fueron detenidos esta mañana, en cumplimiento de una propuesta egipcia de tregua con Hamas.
Una hora después del reinicio de los bombardeos, el canciller israelí Avigdor Lieberman afirmó que el operativo solo podía concluir con el completo control de la franja de Gaza por el ejército de su país.
La ahora efímera tregua unilateral se había iniciado a las 9 hora local (3 hora argentina), pero Hamas desoyó la propuesta egipcia por no haber sido consultada previamente, y mantuvo su campaña de ataques con cohetes a territorio israelí.
A las 15.20 (9.20 hora argentina), Israel denunció que Hamas había lanzado cincuenta cohetes sobre su territorio, lanzamientos que en muchos casos Hamas dio como propios.
Desde Gaza, las autoridades locales informaron que la mayor parte de los bombardeos israelíes se habían dirigido a campo abierto, en los campamentos de refugiados de Jan Yunis y Bureij.
El estado hebreo reinició los raids contra el pequeño y superpoblado enclave palestino sobre el Mediterráneo veinte minutos después de que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, diera la orden a sus mandos militares, según señaló la web del diario israelí Haaretz.
La cifra de muertos y heridos en la Franja de Gaza subió a 192 y 1400 respectivamente al momento de la suspensión de bombardeos en la octava jornada de la operación «Filo Protector», informó la agencia palestina Maan.
Un ataque en Jan Yunis mató tres personas, una de 33 años y dos de más de cincuenta, y otro en las cercanías de un antiguo asentamiento israelí abandonado cobró la vida de otras dos, de más de 45 años, informó el portavoz del ministerio de salud de Gaza Ashraf al Qedra.
A partir del reinicio de los ataques israelíes, se sucedieron los lanzamientos de cohetes desde Gaza y bombardeos de la Fuerza Aérea de Israel, como si la tregua no hubiera existido.
Mucho más explosivas fueron las declaraciones del ministro israelí de relaciones exteriores, Avigdor Lieberman, quien llamó a ponerle fin a las «interminables vacilaciones y cuestionamientos» sobre qué tenía que hacer Israel en Gaza.
Para muchos analistas israelíes el extremismo de Lieberman, cuyo partido Israel Beiteynu integra la coalición gobernante pero anunció antes del inicio de los bombardeos que iría solo en las próximas elecciones, fue una de las motivaciones de Netanyahu, menos agresivo, para descargar la operación «Filo protector».
El jefe de Israel Beiteynu declaró, una hora después del reinicio de los bombardeos, que la operación en curso tenía que terminar con el «completo control de la Franja de Gaza» por parte del ejército israelí.
«Israel tiene que ir hasta el final», agregó en una conferencia de prensa, porque, dijo, «un alto al fuego es un acuerdo tácito para que Hamas incremente su poderío».