Israel anunció ayer planes para construir 1.300 casas en el sector de Jerusalén reclamado por los palestinos, en una decisión que podría complicar conversaciones del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con funcionarios en Estados Unidos.
El Ministerio del Interior israelí dijo que su decisión de publicar los planes fue solo un procedimiento formal y que el inicio de las obras podría demorarse años, pero la medida empaña la visita de Netanyahu a Washington, que está molesto con Israel por no frenar estas construcciones en tierras en disputa.
Estados Unidos y la comunidad internacional se oponen a la expansión de las colonias israelíes en Cisjordania y Jerusalén este, territorios capturados por Israel que los palestinos reclaman para establecer su Estado. Washington está descontento con Netanyahu por no haber renovado una moratoria a la construcción en tierras ocupadas que venció en septiembre pasado.
Los palestinos, por su parte, dicen que abandonarán las negociaciones de paz, relanzadas hace apenas dos meses por una gestión de Washington, si no se prohíben las obras otra vez.
Una vocera del Ministerio del Interior israelí dijo que los planes para construir 978 departamentos en el barrio de Har Homa y 320 en el de Ramot fueron aprobados hace seis meses pero por “motivos técnicos”, que no precisó, recién se publicaron ayer, informó la agencia de noticias DPA.
La vocera, Efrat Orbach, dijo que la decisión no tuvo nada que ver con la visita de Netanyahu a EE.UU. y que quizás pasen hasta cuatro años para que las construcciones comiencen.
Los palestinos, por boca del negociador Saeb Erekat, acusaron de inmediato a Netanyahu de querer destruir el proceso de paz. “Esperábamos que Netanyahu fuese a Estados Unidos para detener la colonización y retomar las negociaciones, pero está claro para nosotros que está decidido a destruir las negociaciones”, dijo Erekat.
El plan fue publicado por el mismo Ministerio que, en febrero, anunció otro para construir 1.600 nuevas casas en otro barrio de Jerusalén, justo cuando el vicepresidente norteamericano, Joe Biden, visitaba Israel para impulsar la reanudación de tratativas con los palestinos.
La situación indignó a Biden y provocó en ese momento malestar en Estados Unidos, pero las relaciones luego se recompusieron. Esta vez, la noticia volvió a salpicar a Biden, ya que llegó un día después de que el vicepresidente se reuniera con Netanyahu en la ciudad de Nueva Orleáns. No quedó claro si el premier conocía de antemano el anuncio.
Israel considera a Jerusalén, anexada en 1980, su eterna e indivisible capital, y afirma que, a diferencia de la Cisjordania ocupada, la ciudad es territorio israelí a todos los efectos y sus construcciones allí no son colonias. La comunidad internacional las califica como colonias, y, al igual que las de Cisjordania, las considera ilegales.