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Italia autorizó fármacos contra la malaria y el HIV para tratar el coronavirus

Los antimaláricos cloroquina e hidroxicloroquina se conocen desde la década de 1940. Se suman las combinaciones de drogas utilizadas para el sida opinavir/ritonavir, danuravir/cobicistat, darunavir y ritonavir. Dudas sobre la efectividad y la etapa de la infección en que se suministran

El gobierno de Italia autorizó este viernes el uso de dos drogas contra la malaria, cloroquina e hidroxicloroquina, para el tratamiento del coronavirus .

Las autoridades italianas avalaron hoy la utilización de parte del Servicio Sanitario Nacional de los dos fármacos usados contra la malaria, en la búsqueda de una respuesta al coronavirus, que ya provocó más de 8.000 muertos en el país.

Según lo publicado este viernes en el Boletín Oficial de Italia, se sumaron habilitaciones para combinaciones de fármacos usados contra el HIV, como Iopinavir/ritonavir, danuravir/cobicistat, darunavir y ritonavir.

Italia se mantiene hace más de una semana como uno de los países con más personas fallecidas por coronavirus Covid-19, junto a España y recientemente Estaddos Unidos. El universo de contagiados en la península podría superar los 700.000, según estimaciones científicas consideradas «verosímiles» por las autoridades.

Una decisión arriesgada

La hidroxicloroquina usada desde la década del 40 del siglo pasado contra la malaria es un fármaco inmunomodulador. También es utilizada para tratar el paludismo, lupus eritematoso sistémico y discoide y artritis reumatoide, en pacientes cuyos síntomas no mejoraron con otros tratamientos.

Suele ser llamado con el nombre de su compuesto base, cloroquina, pero éste y la hidroxicloroquina tienen composiciones químicas y usos médicos que no son exactamente los mismos.

«La cloroquina (de consumo oral y barata) se ha utilizado en el tratamiento de la malaria durante muchos años, hasta que la resistencia a los medicamentos por el parásito de la malaria se volvió común», explicó a la cadena BBC Mundo Stephen Morse, profesor de epidemiología de la Universidad estadounidense de Columbia.

«Debido a que se ha utilizado durante mucho tiempo, su perfil de seguridad y uso se conocen bien, ya está aprobada por la FDA (agencia de medicamentos y alimentos estadounidense) y su homóloga europea EMA», agregó Morse.

Las dos drogas antimaláricas, sin embargo, tienen efectos secundarios, como dolor de cabeza, mareos, pérdida del apetito, malestar estomacal, diarrea, dolor de estómago, vómitos y sarpullido, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

El doctor George Rutherford, profesor de epidemiología en la Universidad de California en San Francisco, explicó que aunque el medicamento tiene cierto potencial para tratar enfermedades como el covid-19, no hay resultados científicos concluyentes al respecto.

«Cuando se prueba contra el coronavirus, en un sistema experimental, bloquea la entrada del virus en la célula e inhibe el metabolismo, lo cual interfiere con la habilidad del virus para replicarse«, señala. «Si funciona para la malaria, no necesariamente significa que funcionará para el covid-19. Y no porque funcione bien en pruebas o experimentos necesariamente significa que funcionará bien en personas», advirtió.

Otro de los interrogantes es cuál es su efecto en las diferentes etapas de la infección en que se suministre.

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