Guadalupe Carmona
El próximo miércoles 1 de septiembre comienza a dictarse, de forma virtual, el seminario Diálogos y cruces entre las literaturas italiana y argentina: traducciones y proyecto editoriales en la Facultad de Humanidades y Artes (FHyA) de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Está coordinado por Regina Cellino, Marina Maggi, Sara Iriarte y Santiago Hernández Aparicio, profesores egresados de la carrera de Letras. La propuesta está auspiciada por el Consulado General de Italia en Rosario, y se inscribe dentro del Departamento de Italianística de la FHyA, que acoge actividades académicas vinculadas a la lengua, la cultura y la literatura italianas.
“Un seminario que pueda pensar o acoger distintas personalidades, distintos especialistas que estén trabajando en relación a los encuentros o cruces entre las literaturas italiana y argentina”, definió Marina Maggi, una de las coordinadoras del evento.
Maggi explicó que la génesis del mismo viene de la mano de una serie de pasos previos. “En la FHyA surgió, el año pasado, una cátedra de italianística en articulación con el Consulado. La cátedra fue el antecedente del Departamento de Italianística que se establece en 2021”, explicó.
¿Por qué alguien traduce?
“La cuestión era qué intercambios podíamos pensar en relación a la tarea de traducción allá y acá. Cuando llevamos esta inquietud al Departamento de Italianística se abrió la posibilidad de este proyecto. En los encuentros participarán italianos y argentinos. Somos un equipo amplio, cuatro personas que estamos coordinando, y se suma también Rocío Muiño, estudiante avanzada en letras, que nos está ayudando. Son muchas voces, organizarlo fue todo un desafío”, afirmó Maggi.
Entre otros seminarios que auspicia este espacio, nació la idea de elaborar una propuesta que girara en torno a la figura de la “traducción”. La licenciada manifestó: “Pensar la traducción no como una actividad que permita simplemente que, por ejemplo, una obra escrita en italiano se entienda en español, sino pensar qué implica realmente la tarea de traducir, qué impactos tiene a nivel de la cosmovisión de quien está traduciendo y por qué. Cuál es la causa de que alguien se ponga a traducir, en Argentina, una obra literaria en italiano. Qué hace que eso pase”.
La tarea del traductor aliada con la de los editores
“Hoy en día, con todo el movimiento que hay de préstamos e intercambios más activos, se arma una cuestión ahí en donde lo italiano y lo argentino quedan indiferenciados al menos en lo que son los afectos y las emociones. Un poco también ese es el espíritu, poder pensar espacios de encuentros”, expresó la docente.
Al intentar definir el rol del traductor, lo primero que menciona Maggi es la capacidad de asombro y curiosidad que tiene alguien que comienza a traducir. “En mis conversaciones con compañeros lo que aparece es, sin ir en detrimento del estudio de la lengua italiana, donde uno no se siente nunca en dominio completo, es que también pasa con el español, no hay un dominio total de ninguna lengua. Hay como una cuestión de intemperie. Yo estudié italiano de chica por mi familia, mi abuela sobre todo. Mi abuela era descendiente de italianos pero no hablaba el idioma, nació acá en Argentina. Pero era tal el amor que ella tenía por esa ascendencia o ese legado que a mí me lo transmitió, y yo de chica decidí ir a estudiar a la Dante por eso. Para mí fue acercarme a una lengua que desconocía por completo pero de la que ya tenía una especie de amor, un sentimiento extraño de familiaridad. Esa predisposición me resultó muy fructífera a la hora de pensar la traducción”, relató.
Y añadió: “Uno piensa al traductor como alguien bilingüe o que tiene un conocimiento ciento por ciento de la lengua que está traduciendo y la lengua de llegada. Eso sí, implica un esfuerzo y un estudio constante, los traductores profesionales trabajan con cuatro diccionarios alrededor, pero también sin esa curiosidad y esa capacidad de asombro, por más conocimientos que se tenga hay algo ahí que se escapa”.
El traductor, como se lo concibe en este cursado, asume rasgos de gestor cultural en estrecha conexión con otros agentes del campo literario.
“Regina Cellino, que es profesora de literatura italiana en la carrera de Letras y está en el seminario, es la que viene pensando el rol de gestión que tiene el traductor. No es que el traductor se sienta en un escritorio y hace la traducción. Muchas veces es quien busca y lleva la propuesta. Ubicar una traducción, lograr que una casa editorial la edite es una tarea que en múltiples ocasiones recae sobre el mismo traductor. Hay algo de salir a la calle, de que se contagie el entusiasmo por una obra, llevarla abajo del brazo a todos lados. Hacerlo por pasión, querer compartir eso que te gusta. Además, nuestro seminario no solamente piensa la tarea del traductor, sino la tarea del traductor aliada con los editores. No separamos una cosa de la otra, vemos qué nexos se abren”, contó la coordinadora.
Lidiar con el misterio de una lengua
En relación a aquello que acercaría a ambas literaturas y a la forma de llevar adelante las tareas de traducción y edición en este campo, Maggi citó un concepto del libro Elogio de la traducción, de la autora francesa Barbara Cassin: “Ella llama la atención sobre qué pasa con la familiaridad, cuando uno siente que hay una proximidad, ¿cómo la pensamos? Eso que se dice sobre que tenemos tanto en común, incluso nuestras lenguas al venir ambas del latín, hay sonidos o giros que son familiares. Esa cercanía que uno siente tiene mucho que ver con nuestra historia, con la inmigración italiana en nuestra zona que tuvo un impacto altísimo”.
“Cuando uno empieza a estudiar la lengua italiana, la primera advertencia de los profesores es no confiar o no descansar sobre esa cercanía, porque en la medida que uno descansa se equivoca, se empieza a pisar e inventar palabras en italiano por ejemplo, que es muy común. Es como un riesgo que nunca se termina de desterrar. La necesidad de dar lugar a eso otro que desconocemos, que no vamos a dominar por completo nunca y que nos hace preguntarnos qué tanto conocemos lo que creemos que conocemos. Más que dominar o terminar de conocer es como si uno aprendiese a lidiar con ese misterio”, amplió.
Un intercambio activo entre ambas literaturas
A lo largo del seminario se trabajará sobre estos múltiples cruces entre las literaturas italiana y argentina. Maggi sostuvo que, para abordar estos vínculos, definieron aproximarse a entrelazamientos ya existentes.
“Es un seminario que tiene muchísimos invitados, personas que ya están pensando esos espacios de encuentro. De hecho, el seminario se queda corto en relación a la cantidad de fenómenos de traducción que hay entre ambos países. Es como si fuera un primer acercamiento, que también tiene que ver con el interés, con la curiosidad. En Argentina hay traductores excepcionales de italiano. Hay un intercambio activo entre ambas literaturas. La idea fue hacernos eco, invitar gente que conocíamos y que podía sumarse, con la idea también de abrir la pregunta, el espacio”, desarrolló la licenciada.
A la hora de seleccionar y convocar a los invitados para participar de los diferentes encuentros, la docente comentó que la nómina se fue “armando en red”. “Los invitados son personas que conocíamos o con las que podíamos establecer un contacto”, dijo.
Potenciar futuras experiencias
Así, Maggi adelantó un poco quiénes van a estar sumándose a la propuesta: “Por ejemplo, Santiago Hernández Aparicio conoce muy bien la obra de Liliana Bellone. Es una escritora argentina que vive en Salta, es profesora de la Universidad de Salta, y tiene una profusa obra literaria que no solamente tiene inscripción en Argentina, sino que tiene sus traductores y editor en Italia y una relación muy fuerte con la cultura de ese país que impacta en las decisiones que toma en relación a sus obras. Fue para nosotros la oportunidad de conocer más su obra. La invitamos a ella y a su traductora y editora italianas, con el fin también de ver qué pasa con esa obra que está en dos países. No es que Liliana está primero acá y después allá, sino que hay como una doble inscripción. También darnos la oportunidad de escuchar acá en Rosario a una escritora que es excepcional. Estamos muy contentos con esa invitación”.
“La idea es que podamos continuar este espacio el año que viene, potenciar futuras experiencias. Si hay personas que estén actualmente realizando traducciones, que ingresen a esa red, que podamos estar en diálogo para seguir aprendiendo e intercambiando”, planteó Marina Maggi.
Y concluyó: “Hace dos años que se creó este departamento, hay personas que han trabajado mucho tiempo para que sea posible. Sería imposible pensar esto sin lo que fue todo el trabajo de articulación entre la universidad y el consulado, y la participación activa de estas personas, Giovanna (Di Carlo) y María Gabriela (Piemonti), entre otras. Para quienes estamos tan enamorados de la lengua y la cultura italiana es una alegría muy grande”.
El seminario consiste en una serie de clases semanales, los días miércoles de 9 a 11 y de 14 a 16, que contarán con la presencia de profesores invitados de universidades nacionales e italianas. La nómina de invitados la integran Claudia Fernández Speier (UBA), Cristina Lavagna (Università degli Studi di Milano Statale), Diego Símini (Università di Salento), Giacomo Falconi (Università di Bologna), Giulia Nuzzo (Università di Salerno), Liliana Bellone (Universidad Nacional de Salta), Margherita Gianni y Maria Chiara Martignano (Università di Bologna), Maria Pina Iannuzzi (Università di Calabria), Miguel Vitagliano (UBA), Natalia Biancotto (UNR), Raffaela Tonin (Università di Bologna), Rosa Maria Grillo (Università di Salerno), Vincenza Visciano (Università di Salerno). La actividad se extenderá hasta mediados de noviembre. Es gratuita y se entregan certificados. Para consultas e inscripción, escribir a seminariodialogosycruces@gmail.com