Basados en declaraciones, en lógica y rumores, el destino de Jaguares para la temporada 2021 tiene tres posibles escenarios: Súper Liga Americana, Sudáfrica y Australia. Argentina siempre ha sido bienvenida en la tierra de los Springboks y ya recibió múltiples invitaciones, así como también en territorio de los Wallabies. Pero esos escenarios serían los alternativos, ya que por ahora el plan A es jugar en Sudamérica, donde las puertas están abiertas de par en par.
El contexto de incertidumbre total por la pandemia, no sólo de la economía mundial sino además de las distintas políticas que van a adoptar los países, complica absolutamente todo y hace que todavía no se defina nada. Un momento propicio puede llegar a ser cuando a fin de año se reúnan las cuatro Uniones para disputar el Rugby Championship, aunque puede llegar a ser un poco tarde.
El escenario, que en materia deportiva sería el ideal, se podría dar compitiendo en Australia con las cinco franquicias aussies, un equipo de Fiji y Sunwolves (Japón). Pero este proyectos está basado en rumores y trascendidos publicados por la prensa australiana. Actualmente la Unión Australiana se encuentra en plena discusión con su par de Nueva Zelanda por el proyecto del Súper Rugby Trans-Tasmania, en el que Nueva Zelanda pretende solo sumar dos o tal vez tres equipos australianos, hecho que hoy por hoy en la tierra de los canguros rechazan de plano.
El plan B australiano no es una mala idea, pero para Argentina sería inviable en cuanto a lo económico. Instalar por al menos cuatro o cinco meses un equipo en Australia tiene un alto costo y más con la premisa que tiene la UAR, de que Jaguares tiene que ser autosustentable, y para continuar con este proyecto de estar un torneo de alto nivel no se va a hipotecar la salud económica del rugby argentino. Otra contra es la diferencia horaria, que hace que la televisión no pagué un gran contrato, sumado a que siempre se jugaría de visitante.
Además, toda esta movida bien podría tratarse de un trascendido para hacer presión a Nueva Zelanda y así poder meter en el próximo torneo a las cinco franquicias australianas a competir con los neozelandeses. Tanto kiwis como aussies mantienen una rivalidad, pero son socios estratégicos y de necesidades mutuas. Los neozelandeses tienen el mejor rugby del mundo y los australianos son el mejor rival que pueden tener y a pocas horas de vuelo.
La posibilidad de hacer lo mismo pero en Sudáfrica tiene las mismas contras económicas aunque no de husos horarios. Pero de nuevo lo mismo: instalar un equipo en el exterior es muy costoso. También hay que tener en cuenta que los sudafricanos mantienen diálogos con los organizadores del Pro 14, torneo que es integrado por equipos de Irlanda, Gales, Escocia e Italia, y desde hace un año por los sudafricanos Cheetahs y Southern Kings. Desde Europa a Sudáfrica hay pocas horas de vuelo y tienen el mismo huso horario, así que sería un negocio redondo.
Si Sudáfrica toma esa opción, Argentina queda relegada a buscarse otro lugar, aunque el país de los Springboks siempre ha tenido en cuenta al rugby argentino, brindándole apoyo incondicional. Pero negocios son negocios y en medio de toda esta crisis cada Unión buscará lograr un buen acuerdo económico y comercial.
Por último, pero no menos importante, está el salvavidas para Jaguares. Participar y jerarquizar la Súper Liga Americana, que tuvo un gran comienzo en su primera edición, pero que la pandemia obligó a cancelar. Argentina tiene a Ceibos como su franquicia, pero no habría problemas en integrar a Jaguares a la competencia que organiza Sudamérica Rugby.
Habría varios interrogantes sobre cómo se insertaría, ya que cuenta con un plantel mucho más poderoso que los otros equipos y habría que evaluar que contrato pagaría la televisación, aunque todos temas que pueden resolverse.
Meses atrás, un viejo lobo de mar, en una charla con El Hincha, expresó que el Súper Rugby, con el formato que conocimos, tenía fecha de vencimiento. En Nueva Zelanda y Australia cada día eran más las críticas y las presiones, no sólo por los viajes, sino también por la diferencia horaria. Sumado a que la influencia de Agustín Pichot en algún momento se iba a terminar. Por ende la UAR debería empezar a mirar, trabajar y planificar por una competencia americana, pensando que el torneo de franquicias iba a caducar en 2025.
Quizás sea el momento para que el rugby argentino se decida a poner la piedra fundacional para el desarrollo de una competencia sudamericana, que sin duda llevará su tiempo desarrollar para lograr contar con un nivel internacional acorde a las exigencias.
Pero así como aquellos jugadores en 1965 se largaron a vivir una aventura a lo desconocido, hoy puede ser ese momento para explorar. Como dice el refrán: “El primer paso no te lleva a donde quieres ir, pero te saca de donde estás y el principio es la mitad del todo”.