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Japón analiza romper comité y volver a la caza de ballenas

Las naciones que luchan contra la caza de ballenas, lideradas por Australia y Estados Unidos, así como por la Unión Europea, derrotaron la propuesta de Tokio, titulada “El camino hacia adelante”, en una votación que culminó 41 a 27.

 

Japón sopesa el viernes su retirada de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), molesto después de que el organismo bloqueara su propuesta para retomar la caza comercial de cetáceos, durante la reunión que se celebra en Brasil.

El viceministro de Pesca de Japón, Masaaki Taniai, dijo que lamentaba el fracaso de la propuesta y amenazó con abandonar la organización, que actualmente integran 89 países, si no se podía avanzar hacia una vuelta a la caza comercial de ballenas.

“Si no se respeta la evidencia científica y la diversidad, si se deniega completamente la caza comercial de ballenas… Japón se verá obligado a llevar a cabo una revisión fundamental de su posición como miembro de la CBI”, dijo.

El comisario japonés en la CBI, Joji Morishita, declinó hacer comentarios cuando fue consultado sobre si esta podría ser la última participación del país en la comisión, organización que presidió los dos últimos años, hasta este viernes.

Pero minutos después de terminar la reunión, Morishita aseguró que las diferencias con los países que se oponen a la caza de cetáceos estaban “muy claras”, y que Japón definiría ahora su “siguiente paso”.

El comisario se preguntó si, en un futuro, “una organización diferente o una combinación de diferentes organizaciones” podrían tomar esta decisión.

Las naciones que luchan contra la caza de ballenas, lideradas por Australia y Estados Unidos, así como por la Unión Europea, derrotaron la propuesta de Tokio, titulada “El camino hacia adelante”, en una votación que culminó 41 a 27.

Japón había buscado el consenso, pero finalmente decidió someter a votación su propuesta “para mostrar las resonantes voces de apoyo” a un retorno a la caza sostenible de ballenas con fines de lucro.

Los países insulares del Pacífico y el Caribe, así como Nicaragua y varios estados africanos, incluidos Marruecos, Kenia y Tanzania, votaron del lado de Japón, al igual que las naciones asiáticas de Laos y Camboya. Corea se abstuvo.

 

“Fuerte división”

La CBI se estableció en 1946 para conservar y gestionar la población mundial de cetáceos y ballenas, cuya caza industrial comenzó en el siglo XVII y recrudeció a niveles catastróficos hacia el siglo XX, con el uso de tecnología: durante la década de 1930, se estima que cada año fueron sacrificadas 50.000 ballenas.

Finalmente, en 1986 introdujo una moratoria sobre la caza comercial de ballenas, después de que su explotación llevó a algunas especies a estar en serio riesgo de extinción. Pero ahora Japón insiste en que las poblaciones de ballenas se han recuperado lo suficiente como para reanudar la caza comercial.

Actualmente, Tokio respeta la moratoria, pero explota una laguna legal para matar a cientos de ballenas cada año con “fines científicos”, así como para vender la carne. Noruega e Islandia ignoran la moratoria y son partidarios clave de la apuesta de Japón por reanudar la caza comercial.

Una retirada de Japón tendría consecuencias de gran alcance para la organización, dado el apoyo que tiene de un número creciente de países en desarrollo en la CBI.

Estos Estados sostienen que el mandato de la CBI es a la vez conservar y gestionar, es decir, cazar de forma sostenible, recuperar las poblaciones de ballenas, pero que la balanza dentro de la organización se ha inclinado demasiado hacia la conservación, dejando sin voz a las naciones favorables a la caza.

El viceministro Taniai dijo que el resultado de la votación “puede ser percibido como la negación de la posibilidad de que los gobiernos con diferentes puntos de vista coexistan en el entendimiento mutuo y el respeto en la CBI”.

El comisionado australiano, Nick Gales, rechazó “el discurso subyacente de disfunción e intolerancia” insinuado por Japón, e instó a Tokio a permanecer en la organización “para seguir defendiendo su punto de vista y trabajar de manera constructiva con todos los miembros”.

 

Hacia adelante o hacia fuera

La propuesta “El camino hacia adelante” de Japón, incluía la creación de un “Comité de Caza de Ballenas Sostenible” dentro de la CBI, y una “Conferencia Diplomática de Gobiernos Suscriptores” para enmendar las reglas de votación del cuerpo, llevándolas del requerimiento de una mayoría de dos tercios al de una mayoría simple para tomar decisiones.

Las ONG contra la caza de ballenas aplaudieron el resultado, pero la reunión parece estar dejando claro que la paciencia de Japón con sus camaradas de la CBI está llegando al límite.

El agravio hacia Japón fue aún mayor por el hecho de que la CBI aprobó la “Declaración de Florianópolis” propuesta por Brasil, que contempla la protección de las ballenas a perpetuidad.

Y Glenn Inwood, de la firma Opes Oceani, que analiza la evolución del uso de los recursos oceánicos, dice que ya no hay demasiados motivos económicos ni políticos para que Japón permanezca en el organismo.

“Japón invierte decenas de millones de dólares cada año en sus actividades balleneras, pero gana muy poco de la CBI a pesar de ser su mayor benefactor”, dijo Inwood, un exportavoz de la delegación japonesa.

Tras la votación del viernes, el apoyo “es cada vez más difícil de justificar”, dijo.

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