Tras el estremecedor caso en el jardín de infantes “Tribilín”, de la localidad de San Isidro, provincia de Buenos Aires, en la que las maestras maltrataban a los niños, más de uno debe de haberse preguntado qué es lo que pasa en los jardines y guarderías de Rosario. ¿Existieron casos como este? ¿Hay control sobre los jardines de la ciudad? ¿Cómo prevenir? Tanto desde el área de supervisión de jardines de la Dirección General de Infancias y Familias de la Municipalidad, como desde la Asociación de Jardines de Infantes, coincidieron con que éste fue un caso “llamativo” y “ocasional”, y no hay registro de que algo semejante haya sucedido en Rosario. Sin embargo, invocaron a la responsabilidad de los padres para que verifiquen la habilitación de las instituciones y conozcan los lugares a los que van sus hijos.
Una de las noticias que hizo más ruido en los medios nacionales en los últimos días fue la de maltratos a niños en un jardín de infantes de San Isidro, provincia de Buenos Aires. El local no estaba habilitado y, según una grabación a la que pudieron acceder los padres, los docentes a cargo de los niños los insultaban e incluso usaban la fuerza y los golpes para calmarlos. Afortunadamente, en Rosario no hay registro de casos como este, y las denuncias –de diferente tipo– a las instituciones pueden hasta contarse con los dedos de una mano. “Es llamativo y muy ocasional, no recuerdo que aquí haya sucedido algo así”, señaló Viviana Burelli desde la Asociación de Jardines de Infantes. “Por suerte los jardines de la ciudad son instituciones serias y están muy controladas. En casos como el de San Isidro tiene que ver la responsabilidad de los padres. Hay que chequear la habilitación, ver que una institución oficial controle”.
Hay tres tipos de jardines que asisten a quienes rondan entre los 45 días y 4 años de edad. Bajo la orbita del Ministerio de Educación de la provincia están los jardines públicos y los privados; mientras que bajo la supervisión técnico-pedagógica de la Municipalidad de Rosario, especialmente de la Dirección General de Infancias y Familias de la Secretaría de Promoción Social, se encuentran los jardines particulares. Éstos últimos son los más en la ciudad: hay 195 en total, la gran mayoría en el centro de la ciudad. “Todos los jardines particulares en funcionamiento están habilitados”, manifestó Natalia Álvarez, a cargo del área de Supervisión de Jardines de la dirección antes mencionada. “Y esa habilitación debe estar a la vista y ser lo primero que soliciten los padres”. En ese sentido, y en cuanto a responsabilidad respecta, Álvarez llamó a los padres a recorrer las instituciones y a conocer la metodología de trabajo.
Por otro lado, la funcionaria explicó que, de las pocas denuncias que reciben, ninguna es semejante a lo que aconteció en Buenos Aires. “Son cuestiones edilicias, problemas de comunicación con los padres o de relación con el personal, desconocimiento de normas. Siempre se hace un trabajo codo a codo para revertir la situación, se hacen los seguimientos correspondientes y se trabaja con las familias, la institución y, en algunos casos, se realizan inspecciones”, explicó Álvarez. En 2012, sólo hubo tres intervenciones de la dirección, respondiendo a diversas denuncias, y ninguna institución fue clausurada.
Por afuera del Ministerio de Educación
Natalia Álvarez, a cargo de la Supervisión de Jardines, dijo: en relación al trabajo de los docentes. “Si hay problemas con el personal puede ser porque el docente puede tener poca experiencia, o mucha exigencia laboral”, explicó. Y en ese sentido, Viviana Burelli hizo hincapié en las condiciones laborales de los maestros y la necesidad de que los jardines particulares sean reconocidos por el Estado. Actualmente, estos jardines, que son mayoría en la ciudad, no están en el marco de la educación formal, son independientes del Ministerio de Educación: “Esas condiciones colaboran. Muchas cosas podrían evitarse de reconocernos como institución educativa y con ello la tarea pedagógica del docente”. Los jardines de carácter “particular independiente” no poseen aportes desde el Estado sino que se solventan únicamente mediante el ingreso del arancel de las cuotas que perciben de las familias que envían a sus niños a estas instituciones educativas. Y en ese marco, el objetivo del área de Supervisión es garantizar que su planificación tenga correspondencia con las características evolutivas de cada ciclo, la validez de los títulos que habilitan a los profesionales a trabajar con niños, que los procesos de enseñanza-aprendizaje se den en ámbitos adecuados, controlar la correspondencia entre cantidad de niños y docentes y evidenciar que en el ámbito institucional se lleve adelante una correcta organización.