Desde la Cátedra del Agua de la Universidad Nacional de Rosario y la Asamblea por los Derechos Sociales presentaron en el Concejo municipal un proyecto de ordenanza para la aplicación del Derecho de Jarras en los centros de salud y hospitales de la ciudad, tanto públicos como privados. “La norma debe garantizar el derecho humano al agua a todos los pacientes, familiares, acompañantes y trabajadores y a cualquier persona que use sus servicios. Que sea apta para el consumo humano, de manera libre y gratuita y en cantidad suficiente”, dijo Aníbal Faccendini, director de la Cátedra del Agua.
Faccendini contó que la propuesta no tiene precedentes y que el proyecto fue dirigido a la presidenta del Palacio de los Leones, María Eugenia Schmuck, y al intendente Pablo Javkin.
“Hacemos foco en los efectores de salud que cuenten con internación, tanto para los que están de manera transitoria o permanente”, explicó el académico.
“No estamos denunciando que estas instituciones no hagan entrega de agua porque no tenemos esa certeza. Sí hay reclamos y consultas que recibimos de algunos ciudadanos. Hay un vacío legal, por lo que no podemos hablar de incumplimiento. Con esta norma pretendemos llenar ese vacío para que sea obligatoria la entrega de agua potable en las instituciones de salud más importantes de la ciudad”, explicó el titular de la cátedra.
Faccendini dijo que el proyecto busca “ambientalizar” y avanzar a partir del consenso para garantizar “una ciudad amable al derecho de la jarra”. “Hay que desmercantilizar el agua que es insustituible. Es una contradicción que los efectores de salud no den agua libre y gratuita. No sólo para los que pasan de manera transitoria sino también para los que estén en cercanía del lugar”, remarcó.
Faccendini espera que el proyecto se pueda convertir en norma. “Queremos exigir el agua como un derecho, no como que alguien lo da si tiene ganas. Que se convierta en derecho para que sea una obligación”, cerró.
Derecho
El Derecho de Jarra es una ordenanza –que fue sancionada en 2015 y comenzó a regir en febrero de 2016– que establece que los locales gastronómicos de Rosario deben ofrecer agua a los clientes de forma libre y gratuita.
Esto decir, que el consumidor en bares, restaurantes y establecimientos gastronómicos tiene el derecho de acceder a agua potable, libre y gratuita. Si el dueño o responsable no cumple será sancionado.
Instituciones
Hospitales: Clemente Álvarez, Víctor J. Vilela, Maternidad Martin, Alberdi, Sáenz Peña, Carrasco, Policlínico San Martín, Centenario, Provincial, Privado de Rosario (Grupo Gamma); los sanatorios: Británico, Americano, Centro, Parque (Centro y Fisherton), Delta, Laprida, De la Mujer, De Niños, Norte, Mapaci, Plaza, Hospital Italiano Garibaldi, Hospital Español, Rosendo García, Alem, Los Arroyos, Saladillo (Obra social Carne), Neuropático, Los Alerces.
Reglamentada en Santa Fe
La ley 13.935, de derecho de jarra, fue promulgada por el Poder Ejecutivo provincial y publicada el viernes en el Boletín Oficial: ya está en plena vigencia.
La iniciativa de la Cátedra del Agua de la UNR es inédita para la Argentina y para América latina y, de este modo, Santa Fe es pionera para sus 365 localidades: en sus bares y restaurantes, donde tengan agua potable, están obligados a entregar jarras de agua a los consumidores.
Además, la cuestión tiene su correlato en las escuelas públicas. “Es decir, agua potable, libre y gratuita para ciudadanas y ciudadanos, para niñas y niños”, dijo Faccendini.
“En Argentina sólo el 5 por ciento de los 60 mil establecimientos educativos, según la encuesta mundial de educación vinculada con la Unesco, tiene bebederos públicos. Lograr que la infancia acceda al agua potable y gratuita es evitar los casi 15 chupetines diarios que consumen con aguas saborizadas, lo cual, son muchísimas y excesivas calorías”, agregó.
“Es la primera vez que la autoridad de aplicación es el Ministerio de Salud de la provincia de Santa Fe. Algo que venimos bregando desde hace mucho desde la Cátedra del Agua y el Centro Interdisciplinario del Agua de la UNR”, siguió Faccendini.
Y cerró: “Vamos por una cultura ambiental que nos permita ver no sólo que el otro existe, sino que también importa. Necesitamos que lo distinto y lo igual puedan convivir y potenciarse. Hay que participar actuando”.