Pablo Javkin disputará nuevamente una interna dentro del Frente Progresista Cívico y Social para llegar a la intendencia de Rosario. En las Paso de 2015 obtuvo el 40% de los votos frente a una Mónica Fein que se alzó con el 60%. “Esta vez nos va a tocar el rol de ser acompañados”, dice, y asegura que su intención es “rescatar lo mejor que tuvo el Frente en su historia, que fue la austeridad, la sencillez, la cercanía y mucha apertura”. Sin embargo, sostiene que en Rosario hace falta un “liderazgo nuevo que no venga siempre del Socialismo”.
—¿Cuáles serían tus prioridades si llegaras a la intendencia de Rosario?
—Nosotros elaboramos 75 medidas de gobierno que vamos a llevar adelante cuando nos toque gobernar la ciudad. Las queríamos dejar por escrito antes de ser gobierno. Creo que lo más importante es cuidar mejor a los rosarinos. Ponerles un equipamiento de seguridad a las paradas de colectivos para qué si una mujer está esperando el colectivo tenga defensas frente a lo que es un arrebato, es tener presencia del control municipal en las cuestiones prioritarias, como cuidar a la gente en las entradas y las salidas de los colegios, en la apertura y cierre de los comercios. Armar una red que haga que los chiquitos de 0 a 4 años en Rosario no entren al sistema educativo sin haber pasado por una experiencia de capital simbólico de juego, con una experiencia de afecto. Hay que llegar con escuelas de trabajo a los jóvenes, que tengan la posibilidad de capacitarse para un oficio, pero no para oficios de antes sino para los oficios del día de mañana, para lo que le va a requerir el mundo del empleo a los pibes en unos años. Cuidar a los rosarinos, a nuestro entender, es facilitar las normas de habilitación de comercio e industria, dejar de tener que esperar un año o dos para abrir un comercio, porque necesitamos empleo. Vamos a vivir años duros con indicadores de desempleo en Rosario. Hay que ocupar las 934 hectáreas de suelo industrial que Rosario tiene libres, porque es una picardía inaceptable. En definitiva, son medidas que también tienen que ver con el transporte, con la necesidad un transbordo gratuito, medidas también que tienen que ver con el futuro de la ciudad, con el vínculo con la biotecnología, con el desarrollo de la ciencia, con la recuperación del tren como medio de transporte.
—¿Considerás que la renovación tiene que venir desde el interior del Frente Progresista?
—Nosotros queremos rescatar lo mejor que tuvo el frente en su historia, que fue la austeridad, la sencillez, la cercanía y mucha apertura. Cuando uno mira el primer gabinete de (el ex intendente, Hermes) Binner se va a dar cuenta de que era un gabinete de los mejores en lo suyo en Rosario, a quienes se invitó a entrar en la función pública. Con los años los gabinetes del socialismo se fueron cerrando en su propio círculo. Nosotros lo planteamos hace 4 años, cuando competimos, perdimos y nos tocó acompañar. Y lo hicimos con mucha lealtad en una elección muy difícil. Yo en mi caso renuncié a una diputación y me vine a trabajar a la gestión local. Pero creo que hace falta un liderazgo nuevo que no venga siempre del mismo partido y del mismo círculo, un liderazgo que recupere la austeridad, la apertura, la sencillez, la cercanía. A Rosario la conozco porque vivo acá, porque mis hijos viven acá, porque recorro con mi familia la ciudad. Creo que el Frente necesita recuperar ese vínculo de rosarinidad que no debimos haber perdido nunca.
—Ocupaste cargos en los distintos niveles del poder legislativo y fuiste Secretario General de la Municipalidad durante los primeros dos años del segundo mandato de Mónica Fein. ¿Cómo te posiciona esa trayectoria ponerte al frente de una posible intendencia?
—A mí me gusta decir que me preparé para para esto y no es una consigna electoral. Sé lo que es una ordenanza municipal, un presupuesto municipal, cómo se discute la coparticipación, cómo se discuten los recursos en la provinciales, sé también cómo funciona un Ejecutivo. No vas a encontrar alguien que haya tenido esa oportunidad de adquirir experiencia en los tres niveles y también en el Ejecutivo local y creo que Rosario no es una ciudad para cualquiera, no es una ciudad fácil. Hay que conocerla bien. Tiene una potencia un emergente de liderazgos en todos los aspectos, social, deportivo, cultural, hay que estar muy atento para verlos surgir, para estar incorporarlos, aprovecharlos, potenciarlos. Y creo que eso y el reconocimiento de haber vivido toda mi vida y haber puesto todos mis sueños en esta ciudad, me hace sentir seguro de que podría gobernarla.
—¿Qué cosas se podrían hacer a nivel local como para enfrentar el contexto económico y social del país?
—El problema del desempleo es doble, por la crisis económica actual y porque se agudiza por el cambio tecnológico y el impacto que esto tiene en el empleo. Hay que trabajar mucho en la capacitación de los chicos. Rosario tiene un gran potencial industrial y una gran capacidad de desarrollo, como la tecnológica, la biotecnológica. Son industrias de mucho crecimiento hacia el futuro. Tenemos un montón de rubros que seguramente los próximos años tendrán perspectiva, cuando recuperemos una política económica razonable. Pero ahora hay que resolver los temas sencillos. No puede tardar dos años una habilitación, no podemos multar en esta crisis a un negocio por el tamaño de las letras que tienen el vidrio de su negocio o por el tamaño del toldo, o por la forma en que exhibe sus productos en la vidriera. La realidad hoy es ayudar, poner la energía para que se pueda vivir más fácil, hacérsela fácil al que quiere tener un negocio en blanco y que tiene a sus trabajadores en blanco. Hay que apuntalar ahí. Nosotros a veces vamos a cazar en el zoológico. Ponemos toda la energía en el control y el cuidado de que cumplan la normativa y muchas veces es un pequeño empresario, es un almacén de barrio que con mucha fuerza admirable y vendiendo poco vende poco. Yo no veo al país mejor en el corto plazo lamentablemente. Vamos a pasar años de presupuestos limitados, restringidos. Entonces tenés que armar una red que facilite en la emergencia al que pueda generar un empleo.
–Venís de la UCR, que a nivel nacional está alineada con Cambiemos. ¿Por qué decidieron no integrar ese espacio político?
—Nosotros siempre estuvimos dentro del Frente Progresista. Soy concejal, fui diputado provincial, diputado nacional, siempre por el Frente Progresista, que creo que le ha dado al país una alternativa que no existen otros lugares. Es una fuerza política que sale de la grieta, que no ingresa en la polarización nacional, que pudo, tanto en Rosario como en la provincia de Santa Fe, defender un montón de cosas muy positivas en términos de políticas públicas que otorgan derechos. Pero creo que hay que renovarlo. Nosotros somos muy críticos de ciertas visiones, no nos gusta que alguien se sienta dueño del poder, no nos gusta que se gasten fortunas en la campaña. Queremos cambiar el Frente para mejorarlo. Estoy seguro de que Argentina necesitaría más frentes como el nuestro. Cuando en su momento la UCR adhirió a Cambiemos, fuimos y generamos un partido provincial propio, porque la coherencia pasa por ser consistente con los valores que vos tenés, no con una camiseta de fútbol. Y en Argentina lamentablemente se juega mucho con el discurso de la camiseta, y por la camisetas a veces se hace cualquier cosa, muchas veces hasta goles en contra. Yo creo en base a los contenidos, a las políticas, a los proyectos, y el Frente Progresista es un proyecto que todavía puede dar mucho si cambia, si se renueva, si se abre.
—En 2015 fuiste a las Paso como precandidato a intendente y en las generales te tocó apoyar el proyecto de Mónica Fein. ¿Cómo te ves para este domingo frente a la candidata del socialismo, Verónica Irizar?
—Estoy seguro que el lunes todo el Frente Progresista nos va a acompañar. Esta vez nos va a tocar el rol de ser acompañados. Vamos a asumir esa responsabilidad con la misma amplitud que le exigimos a los demás, aunque los demás a veces tengan memoria menos que nosotros.