“La de octubre es otra elección. Quedamos ocho listas. Hay candidatos del gobierno nacional anterior y del gobierno nacional actual. Pretendo ser el candidato de la ciudad de Rosario y voy a trabajar para eso”. La definición es de Pablo Javkin, secretario General de la Municipalidad y cabeza de la lista de concejales por el Frente Progresista. Sus palabras apuntan a un eje de la campaña de aquí a octubre: contrarrestar la nacionalización de los comicios que ya planteó la plana mayor de Cambiemos y escapar de la polarización entre el oficialismo nacional y el kirchnerismo que ambos polos buscaran profundizar durante estos dos meses.
Javkin es ahora difícil de encontrar para una nota y se entiende: el magro volumen de votos conseguido por el oficialismo local en las Paso –no triunfó en ninguna de las secciones electorales rosarinas– obliga a extremar esfuerzos para escalar posiciones desde el incómodo tercer lugar en el que quedó. El candidato confía en que lo conseguirá porque –dice– tiene experiencia en la tarea de “correr desde atrás”.
Las Paso del domingo último fueron en lo formal primarias, una competencia entre sectores de cada fuerza política. La lectura extendida, en cambio, es la de una elección general: mira cómo quedó posicionado cada partido o alianza en la suma de votos. El Frente Progresista tuvo que conformarse con el tercer lugar y sufrir una merma contundente de adhesiones respecto de las internas abiertas de 2015: de 175 mil bajó a 44 mil. La comparación es ilustrativa porque no extrapola las diferencias. Javkin admite que estuvieron por debajo de lo esperado. Apunta, como la intendenta Mónica Fein, a una puja muy atractiva como la de Cambiemos, tentadora para los votantes pero factor que no cuenta en octubre. La polarización nacional Cambiemos-kirchnerismo, que contaminó todos los distritos y se amplificará, es otro de los datos de su interpretación. Hay otros, de responsabilidad propia: “Si bien hay muchas causas, hay que empezar por la que uno tiene más a mano. Y lo que hay que hacer es escuchar con humildad los motivos del voto de la gente, en Rosario sobre todo. No estuvimos entre sus opciones más interesantes. Hay que recorrer lugar por lugar y persona por persona. Y ya empecé”, dice el candidato.
Lo que propone es acotar geográficamente la confrontación y recalcular: “Al concentrarse el debate en la cuestión nacional, en las Paso no pudimos debatir tanto los temas de la ciudad. Nos postulamos para concejales, y hay que discutir lo que queremos para Rosario”, adelanta estrategia.
El Frente Progresista es continuidad de una fuerza política que, con sus mutaciones, lleva 26 años gestionando el Ejecutivo rosarino, y el tiempo le erosiona las adhesiones ciudadanas como a cualquiera. Mónica Fein intervino poco en la campaña de la boleta oficialista, por las dudas. Javkin niega que esa prolongada permanencia en el Palacio de los Leones derivara en adormecimiento y que se haya plebiscitado su desempeño. “Hicimos una apuesta fuerte a renovar equipos, acciones, prioridades de obras. Y a veces eso se paga con el menor conocimiento de los candidatos. Ahora se requiere un esfuerzo para que la gente te conozca. Ese desafío que aceptamos como frente hay que hacerlo valer. Explicar lo que estamos haciendo y lo que queremos hacer hacia delante”, pone como norte.
La polarización nacional es otro de los escollos a sortear para el progresismo vernáculo. El dirigente nacido a la política en las huestes del ARI busca escapar a esas pinzas: “La ciudad tiene muchos derechos adquiridos, importantes, que hay que defender. Cualquier idea de cambio no es necesariamente positiva. No tenemos que caer en circunstancias que el país vivió, como la corrupción en la obra pública, el manejo poco transparente de los recursos del Estado. Tampoco, en la negación de los derechos, en la restricción de medicamentos, el acceso a la salud, las ofertas culturales o educativas. Hay ejemplos de eso en cada gobierno, hay que poner en valor lo que Rosario tiene y puede construir”.
Un Concejo Municipal difícil
El cuerpo deliberativo rosarino tiene 28 integrantes repartidos en 18 bloques. En las Paso, para la renovación de 13 bancas, se anotaron 43 listas. Nada indica que la atomización desaparezca con el mapa que dibujen las urnas en octubre. No es un escenario fácil para el Ejecutivo, aunque Pablo Javkin corre el centro de las dificultades y vuelve sobre la polarización: “Lo difícil es que sea productivo un Concejo donde no se puedan generar acuerdos. Ese es el desafío principal, no importa la pluralidad, incluso puede ser un valor. Lo que importa es que haya acuerdos sobre cómo solucionamos los temas de la ciudad, y no que sea un lugar de conflicto permanente. Tengo experiencia en haber logrado en ámbitos legislativos consensos muy amplios y es lo que pretendo hacer valer. Por eso es importante que, además de tener representantes del gobierno nacional anterior y el actual, los haya de Rosario”. En ese lugar se propone que lo vean los rosarinos estos dos meses.