Joaquín Blanco es una de las voces referenciales dentro del socialismo. Desde ese lugar, se imagina un partido que integre una amplia coalición para discutirle el poder a Javier Milei, hecha a imagen y semejanza de la alianza Unidos provincial y articulada bajo liderazgos del interior.
En el plano provincial, el diputado socialista entiende que el equilibrio que logró hacer Unidos en el inicio del año legislativo se vuelve a poner en juego con dos proyectos trascendentes y de largo plazo: la reforma constitucional y le reforma previsional. En uno y en otro tema deja mojones claros de referencia de la tradición socialista. Sobre el déficit de la Caja de Jubilaciones, cree que primero hay que reclamar con fuerza en Nación, para después modificar los aportes de los sueldos más altos y evitar alguna maniobra extra, pero sobre la edad jubilatoria no deja dudas: es un tema nacional. Sobre la posibilidad de modificar la Constitución, advierte que la bandera del socialismo tendrá como palabra principal la descentralización y piensa que sobre la reelección tiene que haber un debate abierto, aunque advierte que no puede volver a ser un obstáculo.
—¿Cómo creés que fueron los resultados de la primera etapa legislativa?
—La verdad es que a Unidos le tocó asumir con un resultado electoral inédito. Hay que remontarse desde el retorno de la democracia a algún período de (Carlos) Reutemann para tener de vuelta un escenario de un gobernador con un gran caudal electoral, con las dos cámaras a favor del Ejecutivo, tanto Diputados como Senado, y obviamente que la marca de Unidos también es lo territorial, el hecho de que las principales ciudades de la provincia están también gobernadas por la coalición, Rosario, Santa Fe, Villa Gobernador Gálvez, Rafaela, Venado Tuerto, algo que no tuvo el peronismo. La verdad que es una foto inédita para la provincia desde el retorno de la democracia, que una coalición electoral tenga esta representación parlamentaria, territorial y obviamente en la figura del gobernador, en el Poder Ejecutivo. Ese escenario obviamente nos responsabiliza más, nos obliga a generar respuestas. Y en el caso de la Legislatura nuestras respuestas se miden en leyes y la verdad es que tuvimos un paquete de leyes muy importantes aprobados durante diciembre, enero y febrero, marzo, que tuvo que ver fundamentalmente con el contrato electoral que le ofreció Unidos a la ciudadanía y particularmente a los rosarinos, que tenía que ver con modificaciones en la Justicia, en las políticas de seguridad, en las políticas sociales, para pacificar Rosario. El gran objetivo de nuestra gestión en esta primera etapa tiene que ver con mostrar una política pública consistente, de largo plazo, que tenga que ver con la pacificación de la ciudad de Rosario, y obviamente con toda la provincia. En eso creo que la Legislatura estuvo a la altura de las circunstancias, con debates internos. Todas las leyes que mandó el Ejecutivo tuvo modificaciones que surgieron de la propia Legislatura. Muchas de esas modificaciones fueron impulsadas también por el bloque socialista, y esas modificaciones en definitiva, conversadas con el gobernador y con el ministro de Seguridad, fueron aportes que sirvieron, que fueron mejoras a las leyes. Con lo cual, esa mayoría legislativa que tiene Unidos, lejos de convertirse en una escribanía del gobierno provincial, es un ámbito donde la coalición puede mostrar todo sus matices, sus diferentes miradas sobre la realidad, y sintetizarlas en el debate parlamentario, para transformarlas en leyes. Así que diría que el ejercicio es exigente, no hay excusas, por el caudal político y electoral que tiene Unidos, pero a la vez la riqueza de Unidos está en su diversidad, y eso se manifiesta en la Legislatura, y todas las leyes que salieron tuvieron esa impronta.
Esto tampoco estuvo exento de todos los vaivenes que tuvo la política social y de seguridad de la provincia de Santa Fe, lo que nos pasó en marzo en la ciudad de Rosario fue un golpe muy duro, que nos puso a prueba, y creo que ahí, en ese momento, tan crítico, tan difícil, se mostró la fortaleza de la coalición para seguir adelante con un programa, con una idea. Estamos lejos de cantar victoria y creemos simplemente que estamos en el camino correcto, y que hay que seguir transitándolo.
—Vos planteás que la diversidad de Unidos expresada en la Legislatura termina enriqueciendo al Ejecutivo.
—Correcto, porque me parece que Unidos son cuatro patas. Un epicentro, que es el Poder Ejecutivo, con el gobernador a la cabeza, la Legislatura, Senado y Diputados, con nuestra multiplicidad de miradas y mayoría en las dos cámaras, los intendentes y presidentes comunales, porque el 80% de los ciudadanos santafesinos viven en ciudades gobernadas por Unidos, y los partidos políticos que integramos la coalición. Y nosotros somos militantes de partidos políticos, a los cuales honramos, y obviamente que la dinámica de funcionamiento de la coalición, a través de las reuniones periódicas de los partidos, tiene una importancia muy trascendente. Entonces, estas cuatro patas, Ejecutivo, Legislatura, intendentes y partidos políticos hacen este ecosistema de Unidos, que tenemos que trabajarlo, pulirlo, pero hace al proceso de toma de decisiones para construir política pública y una agenda en la provincia de Santa Fe.
La experiencia de coalición santafesina, del Frente Progresista previamente, ahora Unidos, es muy rica. Hay una tradición de gobernar a través de coaliciones, que es una marca muy santafesina, y obviamente que cuando uno ve las dificultades que tienen las coaliciones a nivel nacional, en su momento el Frente de Todos, en su momento Juntos por el Cambio, uno entiende y valora más esta cultura de coalición que tenemos en Santa Fe.
—De las cuatro patas que vos nombrás, la más difícil de articular era la Legislatura porque todo desemboca en un proyecto sobre el que solamente se puede estar a favor o en contra.
—Bueno, pero los proyectos, como se vio, tienen una orientación que es compartida por la coalición, pero después obviamente hay matices, hay diferentes mecanismos en el articulado de cada ley, y en eso la discusión es rica, comprometida, honesta, donde cada uno aporta para mejorar el proceso. En esa cultura de diálogo, de no imponer mayorías, de escucharnos entre todos, está la riqueza del proceso.
—Y ahora vienen desafíos importantes para esa diversidad, uno es la reforma previsional.
—El proyecto surge de una iniciativa del Senado para analizar la sustentabilidad del sistema. Esto no es nuevo, hace 10 años que existe un déficit creciente de la Caja de Jubilaciones de la provincia, que hemos tomado la decisión política de sostener, y de reconocer el 82% móvil a nuestras jubiladas y nuestros jubilados provinciales. Es una Caja de Jubilaciones que, a diferencia de Nación, reconoce al trabajador y solamente el 7 % de los jubilados estatales provinciales cobra la mínima. A nivel nacional es exactamente al revés, el 93% cobra la mínima. Por lo cual es una Caja que queremos defenderla, queremos que siga siendo del Estado provincial, de carácter solidario, pero tenemos que cuidar su sostenibilidad en el tiempo. Obviamente que esta crisis de la Caja de Jubilaciones es de todas las provincias que no transfirieron. La Región Centro está atravesada por esta crisis, Córdoba y Entre Ríos también, y tiene que ver con la decisión unilateral, arbitraria y totalmente ilegal del gobierno de Milei de no remitir los fondos que por pactos federales está obligado a remitir para cubrir parte del déficit, que tiene que ver con las Cajas no transferidas en su momento en los 90 a Nación. Por eso es muy importante lo que hizo el gobierno de la provincia de Santa Fe de presentar la demanda judicial para que el gobierno de Milei cumpla con la ley. Y la movida política de juntarse con el gobernador de Córdoba y con el gobernador de Entre Ríos, de distintos signos políticos, de hacer un planteo federal para defender la Caja. Dicho esto, las jubilaciones se tienen que pagar todos los meses, mientras se batalla judicialmente con Nación, con lo cual nos parece correcto el debate que se dio en esta comisión de estudio, de hacer sostenible la Caja de largo plazo, de hacerla solidaria, de que no haya privilegios, sino que realmente que los que accedan a la Caja lo hagan por el derecho adquirido del trabajo realizado.
En ese marco, desde el socialismo estamos convencidos de que con una serie de reformas podemos mejorar la sostenibilidad de la Caja. Nosotros siempre lo planteamos, no tiene que ir en contra de los derechos adquiridos de los trabajadores, no tiene que ser un formato que vulnere justamente posiciones o conquistas que han logrado los trabajadores estatales, pero evidentemente necesitamos analizar esto junto con los trabajadores, porque los más interesados en que la Caja no colapse son los propios trabajadores, que son los aportantes y beneficiarios del sistema. Con lo cual, terminamos el trabajo de la comisión, se elevó un informe después de escuchar todas las voces, con las diferentes miradas, fue muy rico el trabajo de la comisión, y ahora vamos a esperar cómo se elabora el mensaje del Poder Ejecutivo. Y obviamente que el socialismo va a tener postura en ese tema. Y vamos a estar discutiendo hacia el interior de la coalición diferentes mecanismos para hacer más sustentable la Caja.
—¿Esos mecanismos cuáles serían?
—Hacer más progresivo y solidarios los aportes en función de la escala de los sueldos es un elemento. Tiene que ver también con el paso de comprar años en el sistema nacional para que te acrediten en el sistema provincial, con lo cual es un mecanismo que hace que se paguen jubilaciones con la Caja provincial, pero los aportes en su momento estuvieron en la Caja nacional. Bueno, diferentes medidas que tienen que ver con darle sostenibilidad en el tiempo. Ninguna Caja de Jubilación de las que conocemos son superavitarias, siempre son sistemas que son deficitarios, lo que hay que hacer es que ese déficit sea el menor posible, y que ese déficit en definitiva sea una carga pareja para la sociedad. Nosotros estamos convencidos de que un docente, un policía, un trabajador de la salud, son servidores públicos esenciales para una sociedad, que esos servidores públicos necesitan un sistema de reconocimiento, y en algunos casos, como los policías y los docentes, un régimen especial para las jubilaciones, que eso hay que cuidarlo, y abordar de una manera justa algunas deficiencias que pueda tener en materia de ingresos y egresos la propia Caja.
—¿Sobre la idea de elevar las edades para alcanzar la jubilación?
—El tema de las edades para nosotros es un debate claramente nacional. Porque en el debate de las edades hay una cuestión que tiene que ver con la demografía y con valoraciones sobre el envejecimiento poblacional. Son debates válidos, son debates a abordar, pero necesariamente tienen que estar vistos desde una generalidad del sistema. No tiene mucho sentido que una provincia, con una Caja pequeña, que no aborda a la totalidad de la población, tenga una valoración con respecto a las edades que no esté en consonancia con lo que se discuta a nivel nacional con las jubilaciones. Esto es una valoración propia, obviamente lo discutiremos en el marco del proyecto de ley, pero entendemos que el tema edades tiene necesariamente que ser abordado desde una mirada integral.
—O sea que no sería parte de la modificación que encararían ahora.
—Nosotros entendemos que el tema de las edades de la Caja de Jubilaciones tiene que ser en un marco de una discusión de cómo a nivel nacional uno entiende a qué edad se debe jubilar la gente. Después uno puede tener regímenes especiales, como tiene la policía o los docentes, y esa es otra discusión, pero a qué edad jubilarse varones y mujeres, entendemos que es un debate integral que tiene que darse en el ámbito nacional.
—Sobre la reforma constitucional, ¿cuál es tu mirada?
—Nosotros somos absolutamente reformistas, y sin ningún tipo de especulaciones. Como partido, presentamos proyecto de reforma en el gobierno de Obeid, la impulsó Hermes Binner, la impulsó Antonio Bonfatti, la impulsó Miguel Lifschitz, presentamos un proyecto de ley cuando Omar Perotti era gobernador, en 2022, y volvimos a presentar un proyecto de reforma en 2024. No hay ningún tipo de especulación en el Partido Socialista con respecto a este tema, entendemos que necesitamos cumplir con esa mora de 30 años de la reforma nacional del 94, y para el socialismo la reforma tiene que tener un principal componente, que es la descentralización del poder, porque una reforma tiene que implicar más participación y más poder en la ciudadanía, y esto tiene que ver con la incidencia de la gente en la política pública, la incidencia de la gente en las organizaciones sociales, en el desarrollo local y regional, tiene que ver con el plebiscito, con el referendo, con la revocatoria de mandato, tiene que ver con qué mecanismos pasan de las instituciones más rígidas, pensadas hace 60 años, a una sociedad que demanda cada vez más protagonismo y participación. La reforma no puede ser una reforma de la política para la política. Eso vimos muchos ejemplos a nivel nacional de que esos procesos han fracasado, que la gente los obtura con su voto, como por ejemplo pasó en Misiones, cuando toda la dirigencia política estaba de acuerdo en un proceso de reforma y un obispo en soledad se plantó ante el poder y la ciudadanía misionera lo acompañó para frenar ese proceso. Y lo que tampoco puede pasar es un proceso en el cual no hay un entendimiento mínimo entre las fuerzas políticas para ponernos de acuerdo sobre qué reformas queremos. El ejemplo de Chile lo hemos estudiado mucho, producto de las revueltas, y la llegada de Boric al poder se planteó un proceso de reforma constitucional. Hubo dos intentos en los últimos dos años, uno con un marcado perfil de izquierda, uno con un marcado perfil de derecha, y los dos fracasaron. Y hoy Chile no pudo reformar su Constitución y sigue vigente la de Pinochet. Entonces, tiene que ser una reforma con una agenda ciudadana, no de la política para la política, pero a la vez tiene que ser una reforma en la cual los principales partidos políticos se ponen de acuerdo en ese camino, en ese trayecto reformista para la provincia. Creo que eso es lo complejo, lo desafiante, y por eso nosotros estamos tan motivados y creemos que hay que hacer ese camino. El Partido Socialista constituyó una comisión de notables, tenemos más de 25 profesionales de distintas disciplinas, trabajando en un proyecto de reforma. Creemos que antes que termine el mes de agosto tenemos que tener, fundamentalmente con las principales fuerzas de Unidos, un diálogo ya muy fino e ir hacia el mes de septiembre a un diálogo formal con el Partido Justicialista, que es el principal partido de la oposición, para intercambiar borradores del proceso reformista y tener a fin de septiembre una clarificación de todo el proceso sobre si hay condiciones objetivas para poder avanzar con una reforma. Nosotros trabajamos para que suceda. El socialismo trabaja para que haya reforma constitucional, entendiendo que es un proceso complejo, desafiante, pero necesario, impostergables, que se construye con mucha inteligencia y con mucha generosidad. En ese camino estamos.
—¿Pensás que se pueden aprovechar las elecciones de medio término para la elección de constituyentes?
—Sí, creo que es una oportunidad hacer la elección en 2025, pero no tiene que ponernos un corsé la fecha. Para nosotros es más importante el acuerdo que llegar a un proceso de total incertidumbre y mezclar elecciones en las cuales se está discutiendo concejales, con constituyentes, que son dos elecciones totalmente diferentes y que se pueden mezclar en la misma elección. Se puede aprovechar la elección de medio término, para elegir los constituyentes, pero la reforma constitucional debería estar por encima de las disputas políticas electorales tradicionales. Debería ser un debate de ideas sobre los próximos 20 o 30 años de la provincia, y no un lugar de disputa de posicionamiento político de corto plazo.
—¿Considerás que debería incluir la cláusula de la reelección?
—Para nosotros todo lo que tiene que ver con el capítulo reelecciones, ya sea del gobernador actual como de la Legislatura, intendentes, etc, es un tema que lo ponemos a discusión con mucha apertura mental y mucha generosidad. Hay diferentes variantes para poder discutir las reelecciones. Estamos abiertos a poder hacerlo. Lo que no queremos desde el socialismo es que el debate reelección sí, reelección no, de vuelta se constituya en un obstáculo para poder avanzar sobre los otros debates, que son los que realmente importan con respecto a la reforma constitucional. Vamos a ir al diálogo, vamos a ir a escuchar a las otras fuerzas, vamos a ir a dialogar con la oposición, y en función de eso construir una síntesis. Desde el socialismo, entendemos que el tema reelecciones es un tema que ha generado fuertes debates, los sigue generando, y no queremos que sea ese el principal escollo para poder producir el factor reforma.
—El diálogo con el justicialismo, ¿es desde el socialismo o desde la coalición?
—Desde la coalición, y por lo que hemos conversado en la última reunión de Unidos la idea es hacerlo durante el mes de septiembre.
—¿Cómo analizás la actualidad y la proyección del socialismo?
—Estamos muy contentos con todo un proceso de unidad dentro del Partido Socialista, hemos renovado nuestras autoridades provinciales, venimos de realizar un locro multitudinario el 14 de julio en Rosario, con más de 4 mil personas, con presencia de los 19 departamentos. Y que estamos en un debate apuntalando muy fuerte la coalición Unidos. Nosotros estamos planteando que si a Unidos le va bien nace una alternativa para la Argentina. Y estamos convencidos de que nuestro posicionamiento político, de ser parte de Unidos a nivel provincial y parte de esta gestión, pero ser claramente opositores a Milei, nos pone con nitidez en un lugar del escenario electoral nacional, de un progresismo responsable, de un progresismo serio, austero, que promueve política pública, y que estamos en el camino de buscar una alternativa nacional.
—Hay sectores de Unidos que se sienten oposición a Milei y otros no, ¿cómo juega eso en el marco de la posibilidad de proyectar lo que está pasando en Santa Fe a nivel nacional?
—Yo creo dos cosas en simultáneo. Primero, el modelo de la coalición. La Argentina que viene o la Argentina que muchos deseamos es una Argentina donde se pueda consensuar un modelo de desarrollo económico, crecimiento con empleo sin inflación, donde converjan sectores de centroderecha y de centroizquierda, con raíz radical, peronista, socialista, del PRO, de partidos independientes, partidos provinciales, pero la confluencia de diferentes lugares hacia un modelo de desarrollo que nos permita salir de este estancamiento crónico que vive la Argentina y de este modelo que ofrece Milei, que realmente creemos que está generando un daño muy grande en la sociedad. Esa construcción de ese modelo de coalición es algo que queremos mostrar como un modelo de éxito en la gestión pública desde Santa Fe, y estamos trabajando mucho para que eso pase.
Y lo otro es que creo que también viene un tiempo del interior. Creo que la política durante el último kirchnerismo, durante el gobierno de Macri, de Alberto Fernández, y ahora durante el gobierno de Milei, se refuerza permanentemente un porteño-centrismo hasta el paroxismo de esa mirada desde la Capital Federal de la política nacional. Creo que lo que se está trabajando, lo que hemos impulsado nosotros cuando lo acompañamos a Schiaretti, lo que se está impulsando desde la Región Centro es la necesidad de que el interior, y fundamentalmente Santa Fe y Córdoba, sean provincias que se sumen a la discusión nacional de un modelo de desarrollo.