En medio de una profusa gira nacional que ofrecerá la friolera de 11 conciertos en el porteño estadio Luna Park entre este mes y el próximo, el cantautor español Joaquín Sabina tendrá finalmente este miércoles su esperado desembarco local para presentar Lo niego todo, su último disco de estudio, editado a comienzos de este año y con el que recorre Latinoamérica.
Lo niego todo, un disco con toques bastante melancólicos, se mantuvo durante más de diez semanas en el primer lugar en ventas en su país de origen y con ese bagaje inició sus presentaciones en Quito, Lima y Santiago de Chile.
En el marco de esta gira, Sabina, de 68 años, estrenó las nuevas canciones sin olvidar los clásicos de su repertorio (siempre los más pedidos). Así, el autor de clásicos como “19 días y 500 noches”, contó para la edición de este disco con el reconocido Leiva como productor, lo que significó el relevo de Pancho Varona y Antonio García de Diego, productores habituales del artista desde su trabajo discográfico Física y química, al tiempo que le dio al nuevo álbum un enfoque más rockero, “con toques a lo Keith Richards”, según dijo.
En relación con el origen de su vínculo con Leiva, el autor de “Calle Melancolía”, reveló en una conferencia de prensa: “Él me envió una carta luego de haber escuchado un concierto, donde decía que no quería morir sin grabar conmigo”, y calificó su labor como la de “un medium” capaz de traducir sus sentires.
Por su parte, el premiado escritor madrileño Benjamín Prado trabajó las letras junto con el artista, quien afirmó entre risas que se enorgullece de haber peleado con el autor “por una coma”. “No hubo –continuó– un segundo de sufrimiento durante las grabaciones, excepto esos enfrentamientos”, dijo finalmente con tono humorístico.
