Johnny Tedesco fue una de las figuras del recordado ciclo El Club del Clan en los 60 y el autor del primer rockabilly en español de Argentina. “Rock del Tom Tom” lo escribió con tan solo 14 años y en muy poco tiempo se transformó en un éxito impensado: llegó a vender 460 mil discos en los primeros meses. La vorágine y la fama de aquellos años, que incluían los pullovers que le tejía su mamá, su jopo y hasta un cachorro de puma como mascota, lo llevaron a viajar mucho, algo que le restó vigencia en el país. Pero Tedesco nunca se alejó de la música, del rock. Actualmente, promueve dos facetas: la de aquel rockabilly que en febrero lo llevará a participar del “Rockin Race Jamboree” en Málaga (España) y la de las composiciones nuevas con las que, por ejemplo, el año pasado editó junto a Fernando Goin el disco Andando y andando, un material más orientado a la canción que reúne diversidad de estilos.
Tedesco recuerda los 60 con amor y ve el presente con alegría y agradecimiento. No cree en las disputas entre músicos y no tarda en confesar su ligazón con Rosario. “Tengo un gran respeto y admiración por los músicos rosarinos. Todos sabemos que han hecho historia y que la seguirán haciendo. El talento es muy fuerte y diferenciado en Rosario, va a ser un placer ir a tocar”, dijo adelantando su show de este sábado en el Club Atalaya.
Las fiestas con música en vivo regresaron hace algunos años a los clubes pero en los 60 eran parte fundamental en la carrera de todos los músicos. “¡Lo más importante!”, enfatizó Tedesco. Y explicó: “La provincia de Buenos Aires y toda Santa Fe fueron los lugares en donde más bailes en clubes existieron; en Rosario toqué en los dos estadios y en todos los barrios y todos los clubes”.
“Cierro los ojos y los veo, pero no recuerdo los nombres. Estoy en edad de olvidarme todo”, dijo con humor.
“En los clubes, el feedback con la gente es impagable. Hay familias, que me parece lo más divino, y están las nuevas generaciones acechando a ver qué de nuevo van a escuchar o que de viejo pueden recordar”, evocó.
Tedesco grabó su primer disco en 1961. “Un 17 de abril”, precisó. En ese momento, registró “Vuelve primavera” y “Rock del Tom Tom”. “Es increíble lo que sucedió con esa canción”, dijo orgulloso. Esos temas lo llevarán a “Rockin Race Jamboree” en España. “Después de los Stray Cats hay una rockabilly manía impresionante en toda Europa. Es increíble cómo la gente se lookea para ir. El show se presenta en inglés y el único que hace todo en castellano, soy yo”, adelantó.
“El «Rock del Tom Tom» está entre los 50 rokabillys más famosos de toda Europa y el sur de los Estados Unidos”, expresó. Pero ese furor por su música no tuvo su correlato en la Argentina después de los 60. “Las modas van y vienen. La movida de los 60 y 70 me agarró mucho tiempo afuera. Cada vez que volvía, ni el encargado del edificio me conocía. Era muy divertido empezar siempre de nuevo. Volvía, grababa, trataba de hacer alguna cosa a los efectos de difusión para aggiornar a ese Johnny que volvía y después tenía que volverse a ir”, relató.
Más allá de su ausencia, aquella movida de los 60 desapareció tildada de “complaciente”, “comercial” y “funcional”.
“No nos olvidemos que los argentinos hacemos un Boca-River y en la política es exactamente lo mismo. Toda cosa que pasó, que tuvo un tiempo exitoso, ante la aparición de algo nuevo, enseguida se demoniza. Fue así hasta el punto de que algunos integrantes de El Club del Clan cambiaron sus nombres y looks para seguir. Mucha gente de afuera se sorprende con ese tipo de cosas. Que sea tan al revés de lo que pasa en otros lugares donde se atesoran las cosas que en algún momento hicieron feliz a algún sector de la población”, evaluó.
“Para mí, lo más importante, es el público y el reconocimiento de mis pares, del rock argentino –continuó–. Todos los que eran inconfesos fans míos, una vez que vencieron esos pruritos, empezaron a mandarse. Desde Gustavo Cerati y Claudio Gabis con quien estoy tocando, también me encuentro con Javier Martínez, con Willy Quiroga. Pero eso pasó siempre, me llevaron preso por tener el pelo largo, por tocar en un sótano en la época horrible que pasamos en los años 70. Así que no sólo crecí con ellos, sino que tuve la suerte de ser admirado por estos pibes; con Luis Alberto Spinetta pasaba lo mismo, los conozco de cuando ensayaban en su casa, me tenían como referente. Esa es una de las cosas que más me llega. Porque si bien ya estoy grande, es bueno que el reconocimiento llegue en algún momento”.
Pero eso pasó casi 30 años después del gran éxito. “A fines de los 90 empezó a cambiar todo. Yo mismo me sorprendía porque incluso hablaban terceros como la mamá de Cerati que contó: «Mi hijo es fanático de Johnny Tedesco, llegaban sus cumpleaños y él tocaba, lo tenía que presentar como Johnny Tedesco». Después lo conozco a Gustavo y no me olvido más, más allá de mi admiración, la emoción de él cuándo nos conocimos. Me dijo «gracias maestro», es muy fuerte. Todo eso hace que uno, en el fondo, agradezca estar donde está”.
Para agendar
Johnny Tedesco se presenta en el marco del ciclo Hoy en mi barrio, este sábado a las 21, en el Club Atalaya, de Juan Manuel de Rosas 2555. Tocarán además Elvis Lives y Vudú