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Jonatan: la hora de la apelación

Las escalinatas de Tribunales provinciales fueron el escenario de una representación teatral del crimen de Jonatan Herrera, mientras en el interior del edificio se desarrollaba la audiencia de apelación a la sentencia que dictó un tribunal oral en abril pasado. La pena más alta en el caso fue para el policía de la PAT Ramiro Rosales: le dieron 6 años y 6 meses de prisión por homicidio culposo. A sus tres compañeros los sentenciaron a 3 años y 8 meses por abuso de armas, mientras que la única mujer involucrada, sospechada del disparo fatal en el cráneo, logró una absolución. Tanto la Fiscalía como las querellas apelaron esa decisión y ayer tuvo lugar la audiencia que continuará hoy. El reclamo se centró en el accionar doloso de los efectivos. Para la acusación, tuvieron precisamente esa intención: bajaron de un colectivo a intervenir en un procedimiento que ya estaba controlado. Usaron fuerza letal contra una persona inocente y desarmada y dijeron que los efectivos de PAT nunca tuvieron al ladrón, a quien perseguía un móvil del Comando Radioeléctrico, en la línea de fuego. Tras un cuarto intermedio continuaron los alegatos de las defensas.

Los familiares de Jonatan Herrera junto con la Multisectorial contra la Violencia Institucional realizaron una intervención teatral en la puerta de los Tribunales. Se reeditó la actividad que realizaron en marzo pasado, donde contaban quién era Jonatan, cuáles eran sus cualidades y sueños y cómo fue aquella tarde del 4 de enero de 2015, cuando balas policiales lo mataron en la puerta de su casa. El chico lavaba su auto cuando llegó hasta la intersección de Ayacucho y pasaje Villar una persecución policial que iba tras los pasos de un ladrón, finalmente reducido en el pasaje. Aunque un grupo de policías de la entonces flamante PAT se bajó del colectivo por bulevar Seguí, desenfundó sus armas y comenzó a disparar en dirección a Jonatan, quien intentaba resguardarse.

La representación

La intervención teatral llevada adelante en Tribunales en marzo pasado terminó allí, aunque ayer personificaron a los jueces. Tres cabezudos con los rostros de los magistrados aparecieron en escena y con su decisión, que fue reproducida por altoparlante, marearon a la Justicia. Ella comenzó a enloquecer, tomó el arma homicida y nuevamente disparó contra la víctima hasta que la madre de Jonatan se acercó, la tranquilizó y la llevó junto a la gente que la acompañaba. Esa fue la representación.

El pedido de justicia y los cánticos alusivos al caso y a sus intervinientes no se hicieron esperar. Mientras tanto, en el interior del edificio se desarrollaba la audiencia. La Fiscalía pidió que se revoque el fallo respecto de los cinco imputados.  Adrián Spelta había solicitado prisión perpetua para Francisco Ramírez y Gladys Galindo, integrante del Comando Radioeléctrico acusada de realizar el disparo que impactó en la cabeza de Herrera; respecto de Francisco Rodríguez, Luis Sosa y Alejandro Gálvez no cuestionó el fallo. El eje de su exposición giró en la existencia de dolo en el accionar policial y la incongruencia entre los fundamentos de la sentencia y la calificación que se utiliza para condenar a Ramiro Rosales.

La querella de la madre de Herrera, a cargo de Santiago Bereciartúa y Enrique Font, marcó las contradicciones del tribunal y en base a la filmación y los testimonios desgranó la escena y explicó por qué hubo intención homicida. Los abogados sostuvieron que un policía puede utilizar fuerza letal cuando hay un riesgo inminente, para sí o un tercero, y este no fue el caso: “No había peligro, el peligro lo generaron ellos con su intervención”. Hablaron de dolo directo y de la escandalosa contaminación de la escena del crimen donde la PAT había disparado 20 balazos. Mantuvieron el pedido de pena perpetua para Ramírez y 14 años para Sosa, Rodríguez y Gálvez.

Por su parte, la querella del hijo de la víctima, a cargo de Gustavo Feldman, afirmó que en el fallo “jugó más la clemencia que la Justicia”, sostuvo que los jueces vienen del fuero correccional donde se tratan los homicidios culposos, y eso hasta se percibióen el lenguaje de la sentencia. Con la misma plataforma fáctica los jueces condenan por un hecho doloso a Sosa, Rodríguez y Gálvez y por homicidio culposo a Rosales. Refirió que el tiro que Herrera recibió en la cabeza provino del arma de Galíndez y pedió que se revoque la sentencia. En cuanto a Ramírez, solicitó una prisión perpetua por homicidio calificado y 12 años de cárcel para Sosa y Rodríguez por tentativa de homicidio.

Tras un cuarto intermedio fue el turno de los defensores. Mariano Bufarini por Rosales, Patricia Guzmán por Galíndez y Sara Marcos por Sosa, Rodríguez y Gálvez. La audiencia continuará hoy.

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