“La pandemia puso de manifiesto el rumbo siniestro que implica la actual cultura del descarte y el carácter esencial de la labor llevada adelante por cartoneros y cartoneras. A pesar de este reconocimiento simbólico, miles de trabajadores del reciclaje continúan en la más absoluta informalidad y precariedad. Además, son innegables las terribles consecuencias ambientales que acarrea una mala gestión de residuos. Es fundamental que las empresas se hagan cargo de los productos que ingresan en el mercado y contribuyan a fortalecer el sistema de reciclado existente”, así expresa el comunicado que enviaron desde MPE (Movimiento de Trabajadores Excluidos) de Rosario. Este martes por la mañana realizaron una jornada de reciclado de inclusión para poner de manifiesto dos problemáticas: la ley de envases con inclusión social y el pedido de una planta de reciclaje a la Municipalidad de Rosario.
Juliana Muchiut, de la Federación Argentina de Cartoneros y Recicladores, explicó a El Ciudadano que este martes 6 de julio se realizó la presentación de una Ley de Envases con Inclusión Social en el Congreso de la Nación. “Se trata de una iniciativa muy importante, porque servirá para gestionar el sistema de reciclado. Que esos impuestos que las grandes marcas dejan al Estado, vuelvan pero para sustentar los sistemas de gestión de reciclados”, resumió.
De acuerdo a los datos que difundieron los impulsores del proyecto de ley, en el país se producen a diario 50 mil toneladas de residuos. La mitad termina en alguno de los 5000 basurales a cielo abierto que hay en el país, o en un relleno sanitario. Además, se cree que alrededor del 20% de los residuos sólidos urbanos generados son envases post consumo.
Ante este panorama, actualmente se recupera un máximo de un 10% de los residuos generados y para ello es clave el trabajo de parte de unos 150.000 cartoneros y cartoneras que “evitan que el sistema colapse” por lo que deben trabajar “en pésimas condiciones” y “miles de ellos lo hacen en los propios basurales sin baños, agua, ni techo para cubrirse del sol o la lluvia”, destacaron.
En concreto, esta iniciativa se basa “en el principio de Responsabilidad Extendida al Productor (REP), la cual es entendida como el deber de cada uno de los productores de tomar responsabilidad objetiva por la gestión ambiental y su financiamiento respecto de los envases introducidos por ellos en el mercado nacional y los envases post consumo”.
Para ello se contempla la implementación de una tasa ambiental para las empresas y productores que coloquen envases en el mercado, premiando a los que se hagan con materiales reciclables y sean fáciles de reciclar. “Lo recaudado se utilizará para implementar Sistemas de Reciclado con Inclusión Social, que permitan recuperar los envases para que vuelvan a la industria y dignifiquen el trabajo de los cartoneros y las cartoneras de todo el país”, explicaron desde la Federación en un comunicado.
Reclamo local
En Rosario son tres mil recicladores informales, dentro de la Federación unos mil, según señalo Juliana. Otra problemática y focalizada a la ciudad es que la Municipalidad de Rosario cumpla con normativa vigente de Basura Cero y otorgue una planta de reciclado para trabajadores del sector. “No solamente la normativa vigente sino también la normativa a nivel provincial de Basura Cero, porque esto no es meramente entusiasmo sino que los compañeros son trabajadores y tienen derechos”, expresó.
En 2019 se realizó una prueba piloto por seis meses donde funcionó una planta de reciclaje. “La Municipalidad ahora plantea que no tiene presupuesto”, dijo la referente y añadió la realidad es que “recicladoras y recicladores que recuperan 9.000 toneladas mensuales, una labor ambiental que no quiere reconocer la Muni”.
En la jornada del martes se realizaron los bolsones con materiales que los vecinos fueron acercando. En la ciudad hay puntos azules para llevar materiales a reciclar y separar así ayudar al medio ambiente y reducir la contaminación.
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