José Doráncel Vargas, conocido como «Dorángel» o «El Comegente» fue un asesino serial y caníbal venezolano que mató y se comió a por lo menos 15 personas, pero la Policía sospecha que fueron entre 20 y 40 sus víctimas.
Nacido en Santa Elena de Arenales el 14 de mayo de 1957, Vargas, registrado como el primer y peor homicida de la historia de su país, era un vagabundo con antecedentes esquizofrénicos que atacaba en el parque 12 de Febrero, en los alrededores del río Torbes de la ciudad de Táriba y hasta en el estado Táchira, a 750 kilómetros de Caracas.
Su familia tenía escasos recursos y se dedicaba a la agricultura, lo que obligó a este sujeto a llegar hasta sexto grado para ayudar en su casa.
Con el correr de los años empezó a cometer hechos delictivos menores a los que luego serían los que lo llevaron a ser un asesino serial: robo de gallinas y de ganado.
Sin embargo, en 1995, cuando tenía 38 años, fue internado en el Instituto de Rehabilitación Psiquiátrica de Peribeca por la muerte y posterior ingesta del cuerpo de Cruz Baltazar Moreno. «El Comegente» fue dado de alta de ese centro, luego de dos años de tratamiento.
Pero este sujeto continuó con sus homicidios y su canibalismo, de hecho los investigadores estimaron que los crímenes los cometió entre noviembre de 1998 y enero de 1999, momento en el que las familias notificaron a la Policía la desaparición de los fallecidos.
Vargas cazaba a sus víctimas con un tubo en forma de lanza, los descuartizaba, guardaba las partes que se comía para cocinarlas y enterraba los pies, las manos y las cabezas.
Las víctimas elegidas eran desprevenidos deportistas y obreros que trabajaban en la orilla del río, ya que como detalle llamativo para los investigadores no comía mujeres ni chicos.
El 12 de febrero de 1999 integrantes de Defensa Civil encontraron los restos de dos jóvenes y alertaron a las fuerzas de seguridad sobre su hallazgo.
En la zona comenzó una intensa búsqueda, porque creían que podían hallar más cadáveres y así fue: había restos de seis cuerpos más.
Los efectivos, primero descartaron que sea un lugar de liberación de cadáveres por parte de alguna banda de narcotraficantes o de alguna secta satánica. Una vez descartada esa hipótesis, empezaron a revisar las denuncias de personas desaparecidas y se sospechó enseguida del «Comegente», porque vivía en la zona próxima en una choza improvisada.
Fue así que al ser allanada esa vivienda precaria por la Policía, fueron encontrados varios recipientes que contenían carne humana y vísceras preparadas para el consumo, así como tres cabezas humanas y varios pies y manos.
Tras ser capturado, Vargas confesó haber matado y comido al menos a 10 varones en un periodo de dos años desde su arresto en 1999.
El múltiple homicida fue diagnosticado con esquizofrenia paranoide, por lo cual ante la ley venezolana -como ocurre en la Argentina- era inimputable.
Como en ese país no existe ningún centro con las condiciones adecuadas para su reclusión, Vargas es mantenido en la actualidad aislado en un centro penitenciario del estado Táchira.