La obra de José Lezama Lima es una de las cumbres más altas de la literatura latinoamericana del pasado siglo XX.
La originalidad y agudeza de sus ensayos, su poesía y la polifonía de voces que exhibe su novela Paradiso lo tornan un referente insoslayable de las letras contemporáneas.
Algunos datos biográficos
José Lezama Lima nació el 19 de diciembre de 1910 en la ciudad de La Habana (Cuba), hijo de un oficial de artillería llamado José María Lezama y Rodda. Su madre fue Rosa Lima, quien moriría siendo el niño aún pequeño.
En el año 1920, Lezama ingresó al colegio Mimó, donde concluiría sus estudios primarios. Su segunda etapa escolar la realizó en el Instituto de La Habana, graduándose en 1928 como bachiller en ciencias y letras. En 1929 se incorporó a la Facultad de Derecho de La Habana.
Según uno de sus biógrafos, “José Lezama Lima participó el 30 de septiembre de 1930 en los movimientos estudiantiles contra la dictadura de Gerardo Machado. Publicó su primer trabajo, el ensayo Tiempo negado, en la revista Grafos, en la que al año siguiente se publicó su primer poema, titulado Poesía. Fundó en 1937 la revista Verbum y su famoso libro Muerte de Narciso. Durante los siguientes años creó otras tres revistas: Nadie parecía, Espuela de Plata y Orígenes, junto a José Rodríguez Feo. Ésta fue una de las publicaciones más importantes de la década del 1940, en la que difundió los primeros cinco capítulos de Paradiso”.
En 1964 se desempeñó como investigador y asesor del Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias.
Fue en esa época cuando publicó su Antología de la poesía cubana. Por entonces, ya se había unido a su compañera de la vida, María Luisa Bautista.
Paradiso
Como se reseña en una monografía, “en 1966 apareció su primera y única novela publicada en vida, Paradiso, obra que sintetiza su sistema poético y su propuesta estética en un texto que desde su aparición suscitó los más entusiastas elogios y las más reaccionarias críticas. En su momento, el gobierno cubano calificó la novela de «pornográfica» por el tema de la homosexualidad presente en ella, llegando a acusar a Lezama de contrarrevolucionario en 1971. Pero en años posteriores, las autoridades rectificaron esa primera lectura, valorando y reivindicando la obra y el legado lezamiano”.
Paradójicamente, apenas un año después, en 1972, Paradiso recibió los premios Maldoror de poesía de España e Italia a la mejor obra hispanoamericana traducida al italiano.
Señala un comentarista: “Paradiso ha sido considerada por muchos críticos como una de las obras maestras de la narrativa del siglo XX. En ella confluye toda su trayectoria poética de carácter barroco, simbólico e iniciático”.
Sobre su estética
Se afirma en un ensayo: “La obra de Lezama Lima es culterana. Está saturada de claves, enigmas, alusiones, parábolas y alegorías que aluden a una realidad secreta, íntima y, al mismo tiempo, ambigua. Desarrolló una erótica de la escritura, anticipándose, de esta manera, a las corrientes europeas de la estilística estructuralista. Sus ensayos son imaginativos, poéticos, abiertos y constituyen una recreación de textos y visiones. Promotor de revistas y cenáculos, supo congregar en torno de sí a poetas de la talla de Gastón Baquero, Cintio Vitier, Eliseo Diego, Virgilio Piñera y Octavio Smith, entre otros. Su amistad con el poeta y sacerdote español Ángel Gaztelu contribuyó a la formación de su mundo espiritual. Siendo hermético por instinto y por el exceso expresivo, buscó la revelación del misterio de la poesía. Fue un poeta religioso que, como San Juan de la Cruz, hizo prevalecer el sentir sobre el decir”.
Añadió después: “La estética de Lezama es la estética de la intuición y de lo intuitivo: percepción primaria donde se encuentran todas las clarividencias. Por lo que respecta a su poesía, no se alteró especialmente en la forma ni el fondo con la llegada de la Revolución y se mantuvo como una suerte de monumento solitario difícilmente catalogable. Para muchos especialistas, el conjunto de su obra representa dentro de la literatura hispanoamericana una ruptura radical con el realismo y la psicología y aporta una alquimia expresiva que no provenía de nadie. Julio Cortázar fue sin duda el primero en advertir la singularidad de su propuesta”.
Títulos
Entre las novelas de José Lezama Lima pueden mencionarse Paradiso (1966) y Oppiano Licario (1977).
De su obra poética resaltan Muerte de Narciso (1937), Enemigo rumor (1941), Aventuras sigilosas (1945), La fijeza (1949), Dador (1960), Fragmentos a su imán (1978) y Parangaricutirimicuarologia, de (1978), además de su Antología de la poesía cubana (1965).
Como ensayos publicó Coloquio con Juan Ramón Jiménez (1938), Arístides Fernández (1950), Analecta del Reloj (1953), La expresión americana (1957), Tratados en La Habana (1958), Las imágenes posibles (1970), La cantidad hechizada (1970), Introducción a los vasos órficos (1971), Las eras imaginarias (1971) y, publicado de manera póstuma, Imagen y posibilidad (antología de ensayos y artículos dispersos, 1981).
Su obra
José Lezama Lima fue un hombre de letras que hizo letras para los hombres y mujeres, posicionado muchas veces a contracorriente de modas.
Nos legó una obra perenne que aporta al desarrollo de la imaginación y a un elogio de la sensibilidad y la sensualidad tan necesarias en tiempos de mercantilización de casi todo.