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José Ríos: el campeón rosarino sin corona que se ganó el amor del público

Reconocido como uno de los mejores pesos livianos de la historia argentina, gozó de una larga actuación entre las cuerdas y fue figura del Luna Park, compartiendo esa condición de ídolo con Alfredo Prada y José María Gatica

Por sus espectaculares combates se lo llamo popularmente “el campeón argentino liviano sin corona”, ya que su estilo y tenacidad merecían estar en la lista de los que una vez levantaron el título. José Ríos tenía condiciones sobradas y superiores a varios que portaron el pantaloncito blanco de monarca nacional y que él luego venció. Espectacular en su acción, guapo y de aquellos que enamoraban al público, fue de esos ídolos que llenaba la popular del estadio Luna Park cada vez que subía a pelear.

Su verdadero nombre era José Riotort, pero para una fácil pronunciación se lo denominó con uno artístico “Ríos”. De estilo fino y gran boxeador, integró el equipo del mítico Rosarino Boxing Club a cargo de Umberto Natale y Alejandro Ammi, en una época donde el cinturón argentino era tan difícil de conseguir como codiciado por los pugilistas.

Nació el 30 de enero de 1922 y debutó como profesional el 19 de julio de 1941 frente a Antonio Pesce, a quien derrotó por nocaut técnico. Después continuó en la senda de la victoria en 18 combates, perdiendo el invicto ante Leonardo Gulle el 29 de agosto de 1942.

Pero su garra de esgrimista de los puños se mantuvo intacta, demostrando nuevamente su gran calidad combativa y derrotando consecutivamente a 29 contrincantes más, logrando de esta manera su consagración en el ring del Luna Park, donde llegó a enfrentarse con los más grandes de la categoría como Prada y Gatica.

Con el “Cabezón” Prada cayó derrotado poco tiempo antes que su rival fuera proclamado campeón argentino liviano y ante “El Mono” perdió en tres ocasiones, pero yendo de menor a mayor, el 5 de octubre de 1946, el 13 de diciembre de 1947 (ambas en Buenos Aires) y el 14 de enero de 1950 en el Estadio Norte de Rosario, las dos primeras antes del límite en siete y nueve capítulos, y la tercera por puntos.

En este último encuentro, Ríos tenía una campaña cumplida que permitía presentarlo como un boxeador con pleno conocimiento de oficio tras su experiencia de años como figura de primera magnitud en el Luna Park.

Buscando el probador indicado

En 1943 se enfrenta al ya veterano y tremendo pugilista Domingo “Mingo” Schiarafia, al que superó por puntos. Ríos venia abriéndose paso como nueva figura y el examinador indicado para determinar realmente de que estaba hecho era Mingo.

Se sabía que con su enorme sapiencia el ídolo porteño iba a saber relucir ante el empuje del rosarino, sin embargo Shiarafia pagó cara su veteranía ante un elemento mucho más joven.

La revista El Grafico describió así el combate: “Contragolpe. El también toca de izquierda, cambia de guardia y toma puntería. No es uno de los tantos peleadores que ganaron a los 20 años nada más que por eso, porque tenían 20 años. José Ríos es joven, pero bueno además. Sus aptitudes están demostradas por el progreso que ha registrado en cada una de las últimas actuaciones”.

Todavía le faltaba presentarse a un examen serio: el de suficiencia técnica y para eso buscaron un profesor que las supiera todas y recayó la designación, muy acertadamente, en Domingo Sciaraffia, un hombre de clase y la experiencia que no se le podía ganar llevándolo por delante.

Con Prada una enconada rivalidad

Se enfrentaron en cuatro oportunidades: el 8 setiembre de 1945, el 5 de octubre de 1947, el 28 de agosto de 1948 y última pelea fue el sábado 24 de noviembre de 1951. La primera empataron, la segunda fue adjudicado el triunfo a Prada en fallo sumamente resistido y la tercera dividieron honores cuando en realidad había habido ventajas para Ríos.

Esto creo entre los dos profesionales una rivalidad pronunciada, ya que no se había llegado a establecer una superioridad definitiva de parte de ninguno de los dos. Por eso se generó un cuarto y último encuentro, que en principio estaba destinado al Luna Park, pero tras un acuerdo entre Ismael Pace (Luna Park) y el promotor local Juan Umberto Natale se realizó en el Estadio Norte, para que el evento fuera brindado al público rosarino.

La expectación reinante en la gente fue extraordinaria y se justificaba ampliamente porque se enfrentaban dos figuras cumbres dentro del pugilismo argentino que sabían de contiendas bravas.

El pleito daría como ganador por puntos a Prada, quien fue más pujante y pegador en una pelea intensa, aunque la valentía de Ríos fue meritoria en ir al mano a mano sabiendo que el Cabezón golpeaba más duro y venía filoso de su estadía en EEUU. Prada ganó bien, pero los rosarinos querían tanto al “Pepe”  Ríos que el bonaerense recibió tremenda silbatina al retirase.

Para 1952 Ríos realizó un solo combate (el 31 de mayo) y el destino lo cruzó con uno de sus más fervientes admiradores, el ascendente Oscar “Chino” Pita, quien lo venció por nocaut técnico, aunque el vencedor no festejó su logro, rompiendo en llanto al derrotar a su ídolo y consejero en el ring.

Tras ese combate, José Ríos se alejó del cuadrilátero hasta el 20 de noviembre de 1954, cuando en la localidad de Ceres derrotó por nocaut a Norberto Silva para luego retirarse de su prestigiosa carrera con un gran número de noventa y tres peleas como profesional.

Especial para El Ciudadano de Ever Palermo, ex boxeador amateur y autor de “Rebeldes de uniforme” y “Puños Rosarinos: tierra de campeones”, libro declarado de interés Municipal y Provincial.

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