Un joven sufrió una herida de bala de gravedad ayer a la mañana, cuando se encontraba estacionando la moto en Avellaneda al 1100 y se produjo una balacera. Fue en la puerta de un after donde un grupo tiraba desde adentro del local y otro desde la vereda de enfrente, según el relato de un testigo.
La víctima fue identificada como Santiago V., de 30 años. Fuentes de la investigación aseguraron que primero fue atendido en el Hospital Carrasco y de allí fue derivado al Heca porque presentaba una fractura en el fémur.
Según algunos testimonios, Santiago estacionaba su motocicleta frente a un local que funcionaría como un after, cuando quedó en medio de una balacera donde un impacto de bala le provocó la quebradura del fémur.
Desde primeras horas de la mañana, trabajó en el lugar el gabinete criminalístico de la Policía de Investigación (PDI). Se recogieron varias vainas servidas y aún resta confirmar si hubo más heridos.
Según indicaron a El Ciudadano fuentes policiales, un testigo de lo ocurrido relató que se habría producido una pelea dentro de la disco Junior (ex Newton), de Avellaneda al 1100, y un hombre le propinó un botellazo en la cabeza a otro en medio de la gresca. “La seguridad del boliche saca al que le dio un botellazo y un amigo del que quedó herido fue hasta su auto, buscó un arma y empezó a disparar”, relató el testigo. Presuntamente, la víctima con herida de bala pasaba en el momento con su motocicleta por la zona del after cuando fue alcanzada por uno de los disparos.
La Policía de Acción Táctica (PAT) y el móvil del Sistema Integrado de emergencia Sanitaria (Sies) llegaron rápidamente al lugar. La fiscal Karina Bartocci ordenó relevar las cámaras de videovigilancia de la zona. Los pesquisas no descartan que se haya tratado de una pelea entre grupos rivales.
Muerte
En el mismo lugar, hace un año hubo un enfrentamiento en el que murió un asistente al disco, que por entonces se llamaba Newton. Tras el incidente clausuraron el lugar pero vecinos aseguran que siguió funcionando.
En diciembre 2015, los vecinos que desayunaban el domingo en el bar Roma, en la esquina de Mendoza y Avellaneda, se asustaron cuando vieron a un chico ensangrentado desplomarse frente a la parada de colectivo. Tras él, un rastro de sangre daba la vuelta a la manzana por la calle Río de Janeiro y doblaba por la cortada Marcos Paz, donde se detenía al lado del cordón cuneta. A poco más de media cuadra, el after de Avellaneda al 1100 y denunciado en reiteradas ocasiones por los habitantes de Echesortu, había sido el escenario y el principio de la mañana sangrienta en la que Daniel Pedro Gonza, de 17 años, fue ultimado de un disparo. Otro joven, de 24, resultó herido en una de sus piernas.
Los vecinos de Newton sostenían que el lugar abría a pesar de no estar habilitado. “Vos pasás a las cuatro y está todo cerrado. A las cinco ya empiezan a llegar los autos y las motos y se llena de gente. Dicen que desde los boliches se van avisando por handy y pasan la data por Facebook y por Whatsapp de que el after va a abrir”.
Sin dudas, la muerte de Gerardo “Pichón” Escobar, en agosto de 2015, puso en la mira a los after y al accionar policial y estatal en la habilitación de este tipo de establecimientos nocturnos. Según un informe publicado por la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana de la Municipalidad, el after de Avellaneda casi Marcos Paz fue clausurado a comienzos de 2014 y permaneció más de diez meses cerrado por haber perdido su habilitación. En enero de 2015, un nuevo titular reabrió el lugar, el cual fue clausurado nuevamente tres meses después. A pesar de no tener habilitación, el lugar siguió abriendo de manera ilegal, lo que produjo varios operativos de la GUM.