Un grupo de jóvenes que participó de clases de natación, canotaje y vida en la naturaleza en el marco del proyecto Barrios de Cara al Río, concretó el tradicional cruce del río en kayaks, en una suerte de graduación del ciclo.
Pasadas las 9, y tras recibir las últimas recomendaciones de los capacitadores, las chicas y los chicos comenzaron a alistar los botes en la playa de La Florida y, tras ponerse protector solar y chalecos salvavidas, comenzaron la travesía, guiados por sus profesoras y profesores.
Con caras de concentración, alegría y algo de nerviosismo, los jóvenes kayakistas avanzaron río arriba por la costa rosarina hasta Costa Alta, punto en que la flotilla volvió a reunirse para virar hacia el este con rumbo a la isla ubicada en la otra margen del Paraná.
Con ritmo sostenido, en pocos minutos los más veloces ya estaban encallando sus embarcaciones en la costa entrerriana. Uno a uno, los kayaks fueron arribando al parador Bambú, deseosos de disfrutar una jornada de sol, playa, compañerismo y naturaleza.
Así, mientras algunos disfrutaban de un chapuzón bajo la atenta mirada de sus profesores, otros hacían avistaje de aves autóctonas guiados por el equipo especializado en esa tarea del Bosque de los Constituyentes, jugaban al fútbol-tenis, aprendían técnicas de trenzado de pulseritas o descansaban en las hamacas del parador.
Sentadas a la sombra de los sauces isleños, un grupo de chicas compartía mates y charla. Mily, Lourdes, Zamira y Sofía, del Centro de Convivencia Barrial Los Cedros, comentaban entre risas los avatares del cruce.
Para algunas de ellas, esta era la primera experiencia en cruzar el Paraná mientras que otras ya lo habían hecho antes. Pero todas vivieron la travesía con intensidad. “No es lo mismo que remar por la costa; en el medio del río hay a veces algunas olas que hay que saberlas pasar”, relataron, al tiempo que señalaron lo “copado” de la experiencia.
Para Brandon, Naim y Axel, del CCB Nuevo Alberdi, el proyecto está “buenísimo, los profes son de 10, y aprender a remar y estar en la naturaleza te suma muchísimo”.
“Ahora que ya aprendí a remar, voy a venir cuando sea más grande por mi cuenta”, agregó Brandon entusiasmado.
Andrés y Thomás se mostraban orgullosos de haber podido completar el cruce, superando alguna dificultad “porque en el medio del río pasaron algunas lanchas que hacían muchas olas”. “La tranquilidad que se siente acá es real: los únicos ruidos que se sienten son los de los pájaros y los barcos que pasan”, dijo Andrés.
Cerca del mediodía, las y los jóvenes compartieron un almuerzo bajo el quincho del parador, donde aprovecharon para generar lazos de interacción y compañerismo entre sus pares de diferentes centros de convivencia.
Así lo hicieron Abril, del CCB Los Cedros, y Carlos, de Nuevo Alberdi, que se hicieron amigos a través de la experiencia de compartir la capacitación, a la que ahora suman su amor por el río y el medio ambiente isleño. “Nos encanta estar acá, con esta calma. Acá te liberás de los problemas de la ciudad y nos reímos un rato”, aseguraron.
El proyecto
Desde diciembre y hasta febrero, alrededor de 70 chicas y chicos, de entre 10 y 16 años, llegan cada lunes y miércoles desde los CCB Rucci, Nuevo Alberdi, Travesía, La Esperanza y Los Cedros al popular balneario para hacer actividades deportivas y recreativas. Allí, divididos en tres grupos por edades (de 10 a 12, 13 y mayores de 14 años) practican natación y canotaje. Como ya es tradición, cada temporada cierra con el cruce del río en kayak por parte de los grupos experimentados.
Desde su creación en 2012, Barrios de Cara al Río se lleva adelante con la idea de transmitir a los jóvenes una mirada responsable e integral del uso del espacio costero y su disfrute. En el corazón del proyecto están los educadores de las áreas de Juventudes, Infancias y Familias, y Recreación y Deportes, pertenecientes a la Secretaría de Desarrollo Social, que entre finales de 2011 y principios de 2012 le dieron forma a la iniciativa.