Miles de jóvenes desafiaron la pandemia de coronavirus y se manifestaron este viernes en Estocolmo, Suecia, cuna del movimiento por el cambio climático, y en ciudades de Alemania, Austria, Australia y hasta de Jamaica, convocados por el movimiento Fridays for Future (Viernes por el Futuro) con el objetivo de “aumentar la presión sobre los que están en el poder” para que adopten medidas concretas contra la destrucción global.
La que transcurrió fue la sexta movilización internacional contra la crisis climática y ecológica, cuyo correlato en la Argentina arrancó a las 18 de la misma jornada con un festival virtual en el que participarán organizaciones socioambientales, músicos y otras personalidades. En Rosario, la marcha contra las quemas en las islas y por la aprobación de la ley de Humedales quedó literalmente pasada por agua, en una lluvia que los ambientalistas de la Multisectorial por los Humedales celebraron sin dudar: la expectativa es que el granizo y la fuerte cortina de agua que se desataron prácticamente a la misma hora de la convocatoria frente a la Bolsa de Comercio haya sofocado los nuevos focos, más allá de la escasa concurrencia con la que los dejó la tormenta.
La convocatoria, que continuará este sábado con un nuevo corte del puente Rosario-Victoria a las 14, responde a las quemas intencionales que volvieron encenderse en los últimos días en el Alto Delta. Este jueves el ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, recorrió desde el aire toda la zona, tras lo cual emplazó a la Justicia federal de Paraná a que se despierte de “la siesta” y avance en la investigación contra los responsables.
El epicentro mundial de la convocatoria se situó en Estocolmo, donde cada viernes una adolescente de 15 años faltaba a la escuela para manifestarse, sola, con un cartel, frente al Parlamento.
Greta Thumberg inspiró el movimiento que desde 2018 convocó a millones de jóvenes en todo el mundo con la organización internacional Viernes por el Futuro.
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Rodeada de activista, la Greta, quien cumplió 17 años en enero pasado, reclamó llamó a subir la presión sobre las personas que detentan el poder: “Tenemos que tratar la crisis climática como una crisis, es tan simple como eso”, dijo, con su famoso cartel “Skolstrejk för klimatet” (“Huelga escolar por el clima”) en la mano y llevando su barbijo.
Desde su regreso a Suecia tras un año sabático para defender la causa climática a través del mundo, Thunberg retomó su costumbre de instalarse en los accesos del Parlamento cada viernes por la mañana.
“Nuestra principal esperanza, como siempre, es tratar de influir en la conciencia y la opinión pública para que la gente empiece a considerar la crisis climática”, insistió la adolescente.
En Suecia, estaban previstos más de 200 eventos, que no pudieron reunir a más de 50 personas cada uno, según las restricciones sanitarias en el país por la pandemia de coronavirus.
A más de 2.000 kilómetros de la capital sueca, en el Ártico, Mya-Rose Craig, una ornitóloga de 18 años conocida como “Birdgirl” (chica pájaro), es probablemente la activista más septentrional que se unió al día de movilizaciones, detalló la agencia francesa <AFP<.
La joven, con una pancarta “Youth Strike for Climate” (Huelga de los jóvenes por el clima) en la mano, según fotos difundidas por Greenpeace tomadas el 20 de septiembre, se manifestó en el archipiélago noruego de Svalbard, en primera línea del cambio climático.
Desde Islandia hasta Australia, pasando por Jamaica, se esperaban más de 3.000 acciones en la jornada de ayer alrededor del mundo.
En Viena, 6 mil manifestantes según los organizadores, salieron a manifestarse. “No sabemos cuándo terminará la pandemia, pero sabemos que la crisis climática se agrava cada día y pone en peligro los derechos humanos”, dijo Klara Butz, una militante de la causa ambiental en la capital austríaca.
“¿Quién hará valer nuestro derecho a un futuro viable si no somos nosotros?”, se cuestionó.
Las restricciones sanitarias y el recrudecimiento de la epidemia en Alemania no impidieron que miles de jóvenes se movilizaran en muchas ciudades de ese país. Pero de igual modo, a menos de 700 kilómetros, en Berlín, se concentraron casi 10 mil penosas, según la Policía, aunque para los organizadores de la protesta la cifra era de más del doble, 21 mil.
Desafiando la lluvia y la mayoría con barbijos, los jóvenes se concentraron en la Puerta de Brandeburgo, adonde llegaron muchos de ellos en bicicletas desde los barrios berlineses.
“La protección del clima no puede esperar más”; “No hay planeta B” o “No quemen mi futuro” decían algunas de las miles de pancartas que sostenían los manifestantes.
Sobre un escenario, los ambientalistas denunciaron la política del gobierno de Angela Merkel, en especial la prolongación de la explotación de las minas de carbón, hasta 2038.
En Hamburgo, más de 6 mil personas participaron de la movilización local, en Colonia fueron 7.000, en Friburgo otras 6 mil y en Bonn al menos 3 mil.
En Múnich, la gran manifestación prevista fue suspendida por el alto índice de contagios de covid-19 en la capital bávara, aunque de igual modo se movilizaron 500 personas.