La relación entre los jóvenes y la política en nuestro país ha sido cuanto menos contradictoria, los distintos momentos históricos los han definido como: “Agentes de cambio” “Juventud problema” “Divino tesoro” “Jóvenes sin futuro” “Moratoria Social” “Juventud maravillosa”, “Imberbes”, “Futuro del país”, etc.
La población joven de Iberoamérica, de 15 a 29 años, alcanza los 150 millones de personas, en nuestro país el 25 por ciento está en esa franja etaria, un porcentaje muy importante como para no tener en cuenta.
“Ellos (los jóvenes) muchas veces son acusados de indiferentes y de que no les importa nada, que son cabezas huecas y que les gusta el rock y el fútbol. Eso no les impide mirar al mundo y sentirse parte de él y celebrarlo. Es injusta la actitud frente a los jóvenes, y que no crean en la política es culpa de los políticos. Los jóvenes tienen todo el derecho de no creer o de desconfiar de esa profesión que genera especialistas en hacer desde el poder todo lo contrario a lo que han prometido desde el llano” dice Eduardo Galeano.
Lo cierto es que los jóvenes están en el mundo real, no son el futuro porque aún no ha llegado, son el presente. Están siendo, como señala Paulo Freire: “El mundo no es. El mundo está siendo. Mi papel en el mundo, como subjetividad curiosa, inteligente, interferidora en la objetividad con que dialécticamente me relaciono, no es sólo el de quien constata lo que ocurre sino también el de quien interviene como sujeto de ocurrencias”.
En este sentido, lo saludable es pensar a los jóvenes como los que están siendo en una práctica concreta, como sujeto de lo que ocurre, como señala Freire.
Hace unas semanas, el Concejo Municipal de Rosario aprobó una ordenanza impulsada por la concejala de Iniciativa Popular María Fernanda Gigliani, por la cual se adhiere al “Programa Nacional de Concejos Deliberantes Estudiantiles” que depende de la Secretaría de Relaciones. Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete de Ministros y cuyo objetivo, según señala la norma, es “que los estudiantes secundarios conozcan los mecanismos institucionales democráticos, sus alcances y limitaciones, a través de un espacio de participación política que les permita desarrollar su capacidad de debatir, elaborar y consensuar proyectos de ordenanza que contribuyan a mejorar la calidad de vida en la que viven, como a consolidar los valores democráticos”.
El Concejo de Rosario tiene una larga trayectoria en programas educativos destinados a los jóvenes y la política, que dependen del Área de Educación para la Democracia y la Participación Ciudadana, entre ellos: “Concejales por un día” “Los alumnos al Concejo”, “Parlamentos infantiles”, “Parlamentos infantiles ambientales”, “Parlamentos juveniles distritales” y el concurso “Jóvenes por la no violencia”. El objetivo de estos programas es promover el acercamiento y la participación de la comunidad educativa de la ciudad con el concejo, para desarrollar el conocimiento de la tarea legislativa.
“Cualquier herramienta que incentive la participación de los jóvenes es bienvenida, no sólo como práctica legislativa, sino también como experiencia de vida. El proyecto que desarrolla Nación da cuenta de la diversidad de los temas según el lugar del cual provengan los jóvenes, donde intercambian realidades de cada una de sus ciudades. En la provincia de Santa Fe, la ley de Centros de Estudiantes es incipiente, pero hay otras localidades donde están desde hace mucho tiempo, esto permite que el programa se pueda ejecutar de una manera mucho más sencilla. En Santa Fe hay hasta resistencia en algunas escuelas para formar los Centro de Estudiantes” señala María Fernanda Gigliani.
En una primera etapa del proyecto, los alumnos de cada escuela eligen a sus representantes mediante elecciones. Los alumnos electos concurren al Concejo para presentar proyectos que estén relacionados con su comunidad, a partir del trabajo en comisiones y el tratamiento en sesiones. Los proyectos aprobados ingresarán al Concejo local para su posterior tratamiento y eventual aprobación. Cada concejal estudiantil dura un año en sus funciones.
—¿Es posible desarrollar este programa en el marco de la relación de los jóvenes de nuestra ciudad con la política?
—Hay jóvenes que están politizados, muchas veces tiene que ver el rol de las familias en esa manera de pensar. Otros, y también tiene que ver la familia, están despolitizados y hasta descreen de la política. De todas maneras el llamado es para todas las escuelas, sea cual fuere el nivel de politización que tenga el alumno. De hecho en Concejales por un día también se da esta situación, sin embargo, los estudiantes encuentran atractiva la herramienta de jugar a ser concejales. En esto es muy importante el rol de cada escuela, para ellas también debe ser atractivo formar parte de esta experiencia. En este sentido deben incentivar, entre otras cosas, a los alumnos para que armen sus listas de electores.
—La implementación del programa está pensada para 2015 ¿Se puede garantizar la participación para el año que viene?
—En principio espero que haya una gran participación y que el año que viene podamos implementarlo. Tenemos la ventaja de tener en el Concejo un área de educación que, por los testimonios de jóvenes de otras partes del país, no existe en otros concejos municipales. Nosotros tenemos aceitado el ejercicio con las escuelas. Me atrevo a decir que va a ser bien visto por la comunidad educativa, y si no es así, entonces la responsabilidad es la de concretarlo. Estoy dispuesta a ponerme el proyecto al hombro y trabajarlo con las escuelas.
—¿Qué intentan lograr con el proyecto de Concejos Deliberantes Estudiantiles?
—Intentamos concientizar sobre las virtudes del Concejo Municipal entre estudiantes y docentes. Generalmente, los concejales somos los que estamos más cerca de los vecinos pero a veces somos los más desconocidos. Por eso es bueno saber que existe un Concejo Municipal, qué rol tiene, cómo es la producción legislativa, cómo se arma una ordenanza, un decreto, etc. Como herramienta es una experiencia más de vida. La visión que los jóvenes y la sociedad tienen de la política depende de los políticos.
Alegría, diversión, vitalidad, impulso, frescura, innovación, creatividad, inteligencia, pasarla bien, incertidumbre, amor, amistad y presente son algunos de los términos con los que se identifican los jóvenes según la 1° Encuesta Iberoamericana de Juventudes realizada en 20 países, que además, se manifestaron optimistas respecto al futuro: “Dos de cada tres cree que dentro de cinco años estará mejor que ahora. Sin embargo, confían más en su propio porvenir que en el de sus países” señalan los encuestadores.
Pero la idea de juventud también se construye desde el “deber ser”. En este sentido, la encuesta revela que un 45 por ciento de los entrevistados sostienen que la juventud debe “prepararse para el futuro”, un 27 por ciento consideró que el deber de los y las jóvenes es “asumir responsabilidades” y alrededor de un 14 por ciento opinó que la juventud debería “plantearse metas”.
El politólogo argentino José Ingenieros decía: “No se nace joven, hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal, no se adquiere”. Nuestros jóvenes no sólo tiene ideales, sino también esperanza en el futuro, sólo hay que saber escucharlos.