Un grupo de jóvenes que trabaja desde hace casi dos años para mejorar la calidad de vida de los vecinos y del barrio República de la Sexta reclama que el barrio, cuyo centro es la plaza del mismo nombre de Esmeralda y Riobamba, deje de ser noticia por los hechos delictivos que lo han estigmatizado. “Nosotros, los vecinos y la Policía sabemos quiénes son los delincuentes, dónde y cómo se gesta todo eso, pero puedo asegurar que es apenas el uno por ciento de todo el barrio. El resto es gente laburante y solidaria”, advirtió Roberto Rigo Bisso, uno de los responsables del Centro de Desarrollo Infantil y Promoción Familiar (Cedipf), que tiene su sede en Esmeralda 2541. Desde allí se han gestado proyectos que modificaron la vida del barrio, y para continuar con esa tarea organizaron para este domingo un locro solidario (ver aparte).
El Cedipf tiene su sede y otro inmueble en el que funciona un jardín de infantes, pero espera abrir en septiembre, en una tercera locación, un centro cultural. Allí prevé desarrollar actividades de todo tipo. En ese camino, aguardan además la ayuda municipal para levantar las paredes que cierren la canchita de hockey y handball que utilizan en un predio aledaño a la plaza.
La sede de la organización es sólo una muestra del trabajo que realizan. Allí, en Esmeralda 2541, brindan apoyo escolar a los estudiantes primarios, y los jueves a las 19 se dedican exclusivamente a matemáticas para los secundarios. El espacio también cuenta con un “cyber comunitario”. Las computadoras son utilizadas por los niños y jóvenes del barrio y por sus padres. “Cada vecino viene y utiliza la máquina para lo que necesite. Tenemos varios programas educativos para los chicos y han venido muchos padres a realizar sus curriculums para emprender la búsqueda de trabajo”, describió Bisso sobre el servicio gratuito.
En el mismo inmueble hay un consultorio odontológico que atiende lunes, miércoles y viernes por la mañana, de 9 a 12, y todos los días hábiles también entre las 15 y las 18. Desde allí promueven la salud bucal, “un derecho semidesconocido”, según describe María Ruggeri, una de las profesionales. “Llegan pacientes con mucho dolor, decididos a la extracción de la pieza, y nosotros les explicamos que a veces no es necesario, trabajamos desde la cura y la prevención. Hemos dado charlas en el jardín y en el grupo de apoyo escolar de los chicos para que lleven el mensaje a los padres”, dijo la odontóloga.
El consultorio está equipado con el esfuerzo de sus trabajadores. Además, Ruggeri comentó que muchos pacientes, dentro de sus posibilidades, colaboran con el espacio. “Los vecinos han conseguido cajas de guantes, gasa, yodo, porque ven cómo trabajamos. Por eso nos ayudan”, se enorgulleció.
Por otra parte, la cuota deportiva la detentan las mujeres del barrio. Un grupo de chicas de entre 5 y 15 años se unieron para jugar al hockey, y en medio de la campaña electoral le acercaron a los entonces candidatos Antonio Bonfatti y Mónica Fein un petitorio para ayudar a la creación del equipo. Fue así como les donaron 15 palos y 5 bochas. Hoy practican 65 chicas y chicos. En paralelo, las madres armaron un equipo de handball y ayudan a las de hockey con la indumentaria, ya que habían improvisado unas canilleras con plástico de botellas, goma espuma y un elástico.
Otra de las propuestas del Cedipf, cuya comisión directiva integran varios jóvenes ligados a la Universidad Nacional de Rosario, es la Huerta Escuela. Allí, en el espacio que está dedicado al que será su centro cultural, trabajan grandes y chicos una huerta en la que aprenden a elaborar su propio alimento. La tarea la realizan con la ayuda de los estudiantes de la facultad de Ciencias Agrarias y, en cada encuentro con ellos, los vecinos participantes se llevan algunas semillas para plantarlas en su casa.
Por el momento, la organización no tiene un teléfono fijo, pero sí un movil para comunicarse: 153998101.