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Juan Giani: “Hay una gran oportunidad para cambiar el signo político de Rosario”

Tras alejarse de la pelea electoral durante la última década, el histórico militante del peronismo de centroizquierda vuelve a presentarse como candidato a concejal. Le entusiasma el armado de un frente de corte progresista que incluye en la ciudad a Ciudad Futura

Juan Giani lleva 42 años de militancia política. Empezó casi en la clandestinidad, en la Facultad de Humanidades y Artes, en 1981, en plena dictadura, participando de lo que luego sería la Juventud Universitaria Peronista. Criado en una familia de clase media “para nada peronista”, Giani empezó en los 80 una trayectoria que lo tuvo siempre de un mismo lado, la centroizquierda del movimiento creado por el general Perón. A finales de los 80 militó a favor de Antonio Cafiero en el proceso de renovación peronista y en los 90 decidió desafiliarse del partido por las políticas neoliberales aplicadas por el presidente Carlos Menem. Por su amistad y coincidencia ideológica con Carlos «Chacho» Álvarez compartió las experiencias del Frente Grande primero y el Frepaso después. Cuando llegó Néstor Kirchner participó de la transversalidad planteada en aquel momento, por afuera del PJ, hasta que en el 2008 retornó al peronismo orgánico, particularmente al sector de Agustín Rossi.

Profesor de Filosofía en la UNR, ocupó diferentes cargos públicos y fue candidato a concejal por última vez en 2013. En los últimos años su militancia se volcó particularmente a la parte literaria. Desde 2008 a 2021 publicó 13 libros, algunos en colaboración, otros sólo suyos. Algunos títulos de perfil más académico y otros vinculados al peronismo histórico y al kirchnerismo. “Fueron años muy intensos, de mucha producción, tratando de apuntalar algunos debates. Cuando el macrismo era gobierno, cuando perdimos después del 2015, había muchos debates para dar. Yo lo di de muchas maneras, y una de esas maneras fue sacar libros”, explicó Giani en diálogo con El Ciudadano.

—¿Qué lo motiva a volver a la pelea electoral después de 10 años?

—Dos razones. Si bien yo tenía un posicionamiento nacional claro -siempre lo tuve-, en la provincia el diseño político de los últimos años no me terminaba de entusiasmar. Yo siempre tuve, sigo teniendo, diferencias con (el gobernador) Omar Perotti. De hecho, en la última elección yo apoyé la candidatura a la gobernación de María Eugenia Bielsa. Con ciertos ciertas figuras que tuvieron o tienen protagonismo en el peronismo provincial yo no me siento cómodo. Y bueno, en el caso de Rosario, hace años que vengo predicando lo que está pasando ahora, que hay que construir un frente de centroizquierda, que el peronismo tiene que abrir sus fronteras, renovar sus figuras. Entonces, el escenario provincial y local nunca me terminó de entusiasmar para participar como candidato. Y bueno, eso ha cambiado ahora; primero porque se constituyó al frente de frentes. Es decir, en Santa Fe siempre había tres espacios políticos: el peronismo, Juntos para el Cambio y el Frente Progresista. Ahora el Frente Progresista se alió con la derecha. Entonces, nosotros decimos que hay que armar un frente de frentes nacional y popular. El peronismo tiene que ser articulador en un frente progresista, de centroizquierda, que es un poco la historia mía, digamos. Es lo que siempre planteé: la idea de un peronismo hacia la izquierda, por decirlo así. Ese fue siempre mi punto de vista. Entonces me sentí convocado a participar de eso y aportar mi historia ahí. Y la segunda cuestión es la situación de Rosario. Una situación muy crítica, que requiere un cambio de gobierno. Que tiene que ser inteligente, tiene que poder recoger lo mejor de las experiencias anteriores, tiene que ser una propuesta frentista. Es una gran oportunidad para cambiar el signo político de Rosario. Me pareció también importante tratar de colaborar, aportar, a esa construcción.

—Este frente está más claro en Rosario que en la provincia, ¿no?

—Sí, está más claro en Rosario por dos razones, me parece a mí. La primera razón es que en Rosario se ha constituido un actor político relevante de ese perfil, que es Ciudad Futura. Nunca pasó en la historia de Rosario. Y no creo que pase en ninguna ciudad del país, que haya una fuerza de izquierda que tenga el 15% de los votos, un actor importante. Eso en la provincia no existe. En la provincia puede haber un segmento del electorado. Pero no existe un actor político. El agrupamiento que se ha intentado hacer, que además ahora se dividió, me parece que es mucho más pequeño, tiene menos envergadura. Está la gente de Del Frade, de Giustiniani, gente por la cual tengo un gran respeto, pero es un grupo más pequeño, que ahora tiene un conflicto interno, El aliado es más evidente en Rosario. Y la segunda diferencia es que en la provincia tiene un gran protagonismo Perotti, una figura refractaria para muchos sectores de estos espacios, es un peronismo con el cual estos sectores no se sienten cómodos. Y además, esto que estoy diciendo tampoco está en el ADN del gobernador, él no coloca como centro de la discusión esto que estamos hablando, porque tiene otra lógica.

—¿Cuál cree que es el aporte que usted le puede sumar al frente?

—Por empezar, un aporte es el siguiente, que para mí es muy relevante: entender que un frente no es una aritmética electoral, son cosas diferentes. Uno no hace un frente sólo porque le conviene, tiene que tener convicciones. La realidad es que en este frente hay distintas intensidades de las convicciones, ¿me explico?

—¿Puede profundizar?

—En el peronismo no todos toman este frente con igual entusiasmo. Por razones de diversa índole. Bueno, yo tengo esas convicciones, porque lo vengo diciendo desde hace un montón de años. En esta construcción hace falta que los dirigentes que tengan protagonismo crean en esto. Crean, lo defiendan, lo apuntalen. Además, este es un frente que tiene que ser una cosa seria programáticamente. Las experiencias de las coaliciones a veces no han salido bien. Entonces, tienen que estar a cargo de esto dirigentes que tengan convicción sobre esto. ¿Se entiende? No es “lo hacemos porque somos 33 más 15, y entonces…” Por supuesto, uno hace esas cuentas porque es político, pero tiene que haber algo más. Yo creo que en ese algo más puedo aportar más que otros. Lo digo con todo respeto. Diría más que la mayoría. No es lo mismo estar en un lugar porque vos tenés una firme convicción, que estar en un lugar porque el viento va para ese lado, o porque si no hacemos esto perdemos…Todo aquél que aporte es bienvenido, pero al momento de la construcción no todo es igual. La segunda cuestión es que todos sabemos lo que ha pasado en los últimos tiempos en la ciudad de Rosario. Por la boleta única o por lo que sea, venimos de una historia de creer que la política se arregla desde afuera de la política. Entonces vienen personas, algunas valiosas y otras no. Yo soy un dirigente político, militante desde hace mucho tiempo, fui funcionario municipal, fui concejal, estudié mucho la cuestión local, sé de lo que estoy hablando, entonces uno tiene que tratar de perfeccionar la oferta electoral. Vos querés ganar la ciudad de Rosario, querés hacer un frente, querés convencer a la ciudadanía, bueno, tratá de no improvisar, tratá de buscar personas que tengan cierto curriculum para mostrar. Por supuesto que habrá otras figuras que son valiosas también, pero yo trato de aportar desde ese lugar. Un sistema de convicciones, una cierta experiencia, y yo creo que acá vamos a una discusión sobre un modelo de ciudad, entonces hay que tener una idea de qué modelo de ciudad queremos.

—¿Y cuál es el aporte que el frente le puede hacer a la ciudad?

—Sería toda una conversación aparte, da para hablar una hora entera, pero el primer gran problema que ha tenido como modelo de ciudad es que en los últimos años se ha venido modelando al calor del capital privado inmobiliario. Esto está clarísimo. Desde finales del primer gobierno de Miguel Lifschitz, por distintas razones, la ciudad ha librado, ha sido muy tomada por esa lógica, lo que ha llevado a una hiperconcentración en el macrocentro; eso tiene problemas de tránsito, problemas ecológicos, problemas de desigualdad social. Yo digo que el modelo de ciudad que yo no quiero es Puerto Norte, una especie de gueto de opulencia que no resuelve ningún problema, ni de vivienda ni de nada. Y lo que resuelve, que es toda la parquización de la zona ribereña, lo tendría que haber hecho el municipio. No el capital privado, porque esa lógica de los convenios público-privado fue la lógica de facilitar inversiones inmobiliarias a cargo de obra pública que la Municipalidad no podía hacer porque no tenía presupuesto. Eso es lo que ha venido pasando en Rosario y sigue pasando. Hace pocas semanas se autorizó una torre de 200 metros frente al río, una cosa disparatada, a cambio de la cual el inversor le dio plata a la Municipalidad, literalmente. Le dio un dinero, una especie de propina. Lo primero que hay que hacer acá es terminar con esa lógica, que tiene consecuencias de todo tipo: ambientales, urbanísticas, de prestación de servicios, tiene una serie de consecuencias que las estamos pagando. Yo arrancaría por ahí, después claro que hay otros temas también.

—¿Cuál es su mirada sobre la situación política nacional? ¿Cuál cree que es el futuro del Frente de Todos?

—Es una situación compleja por muchas razones. Primero porque nosotros venimos de una situación excepcional en el mundo, que ha sido la pandemia, lo que ha producido un efecto que es muy evidente, que en su momento yo lo decía y ahora está muy claro, que ha implicado la derrota del oficialismo en todo el mundo. No es casual que los oficialismos perdieron elecciones en todos lados. La pandemia terminó pero los efectos continúan. Vos tenés un fenómeno de inflación mundial, inflación hay en todos lados, sólo que en Argentina es más alta que en Inglaterra. Entonces eso produce que en las bancas centrales del mundo capitalista suba la tasa de interés. El escenario mundial está muy dislocado en gran medida por los efectos de la pandemia, además a eso le sumaste una guerra, todas esas cosas que dice el presidente (Alberto Fernández) son cosas ciertas, no son excusas, es todo verdad. El escenario mundial es muy adverso, y además se agregan cuestiones locales, ahora hay una sequía, la verdad que Alberto Fernández no es un tipo de suerte. Le han tocado todos escenarios muy complejos, pero no sólo en la Argentina. Segunda cuestión: en toda América Latina hay una disputa entre dos grandes modelos, hay un escenario continental de centroderecha y centroizquierda. Si vos tomás las elecciones en todos los países pasó más o menos lo mismo. El último caso fue el de Brasil. Ese escenario se va a reproducir en la Argentina: dos grandes coaliciones con conflictos a su interior, cada una de ellas. Pero se van a presentar como coaliciones, con un resultado electoral abierto. Obviamente, hoy de alguna manera el viento corre a favor de Juntos para el Cambio, por lo que dije al principio, pero la elección no está definida, es una elección abierta. Lógicamente, en el caso del Frente de Todos algo hay que hacer de acá a las elecciones. ¿Qué quiero decir con esto? Cuando vos tenés un escenario inflacionario tan alto, y eso tiene un efecto sobre los ingresos, es un escenario que no es propicio a una elección. Me parece muy importante que de acá a las elecciones el Frente de Todos tome alguna iniciativa de efecto más o menos rápido para recuperar volumen electoral. Es muy difícil una elección con una perspectiva ganadora cuando vos tenés una inflación tan alta. El desafío del FdT además de mantener la unidad y tener buenos candidatos, que es importante, es producir algunos cambios mínimos, en el sentido de que hay que hacerlos rápido.

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