La urgencia, la necesidad de comunicar y de expresarse en medio del aislamiento, el poder de las ganas y de las ideas por encima de cualquier impedimento, terminaron por concretar Murciélagos, la primera película argentina filmada y posproducida íntegramente en aislamiento por un puñado de directores, directoras, actores y actrices, que se conocerá el jueves 2 de julio a través de una sala virtual. El film está producido por Masses Content y la agencia Alegría, con música de Nicolás Arroyo y guión de Virginia Martínez (excepto el relato de Paula Hernández), con un equipo de dirección que también integran Hernán Guerschuny, Daniel Rosenfeld, Tamae Garateguy, Diego Fried, Martín Neuburger, Connie Martin y Azul Lombardía.
El largometraje se realizó en asociación con Amnistía Internacional, organización de derechos humanos a la que se destinará lo recaudado a través de su banco de alimentos en Buenos Aires. Y más allá de otras experiencias en su tipo en el mundo, incluso algunas anteriores a la pandemia, se trata de un proyecto ciento por ciento experimental y solidario, dado que todo el equipo donó sus honorarios.
Cómo lo ha hecho el cine a lo largo de su existencia intentando reflejar su tiempo y realidad, aquí aparecen ocho historias breves que forman un corpus de obra en el que los vínculos, algunos rotos, otros irremediablemente distanciados, aparecen en primer plano, dado que la pandemia y la cuarentena fueron el disparador para pensar qué pasa con los afectos, la necesidad de libertad y las consecuencias del distanciamiento en el presente.
“Murciélagos es una película íntegramente filmada en esta situación de distanciamiento social y trata sobre eso: son ocho historias que están filmadas y actuadas por personas dentro de la cuarentena, ya mucho más que una cuarentena”, adelantó a El Ciudadano Juan Pablo Geretto, quien integra un notable elenco compuesto además por Oscar Martínez, Peto Menahem, Julieta Vallina, Luis Ziembrowski y su hija Clara, Carlos Belloso, Moro Anghileri, Marcelo D’Andrea, Maida Andrenacci, Héctor Díaz y Azul Lombardía.
“En mi caso –continuó Geretto–, estaba solo, fui dirigido a distancia a través de una aplicación de zoom por Connie Martin, que estaba en París, y por lo tanto fui mi propio iluminador, camarógrafo, vestuarista y maquillador; podría decir que no extraño nada de esta película, de cómo fue hecha, y sí extraño todo de lo anterior. Extraño el hecho de que el cine sea una comunidad de gente que ayuda a que todo el cuento se pueda contar mejor, porque la verdad es que dista mucho de saber qué es lo que quiere, le conviene o quiere contar el personaje estando solo, y porque todo eso que hace al personaje, cuenta y ayuda al cuento”.
“Acepté porque me llamó Virginia Martínez, que es la guionista de la película; tenemos una relación de amistad, me gusta todo lo que hace, y por lo tanto dije que sí inmediatamente. Después me fui enterando que es una película que va a distribuir Amnistía Internacional, y que todo lo que se recaude que es a voluntad de los espectadores será donado al banco de alimentos que tiene la organización”, dijo el actor. Y destacó: “Espero que todo esto termine pronto, porque volver a hacer cine se extraña más allá de los rubros; lo que se extraña en estos días es la gente, todo el equipo que integra el mundo del cine con los que nos contamos nuestras historias personales como si nos conociéramos de toda la vida; extraño enamorarme de alguien en el trabajo, ir por alguien a trabajar más allá de la película o el trabajo que sea. También extraño al director que te guía, extraño la concentración, extraño ese concepto de estar todos trabajando por una misma idea, extraño lo comunitario del trabajo artístico”.
La opción del streaming
En relación con la irrupción de propuestas por streaming que en este último tiempo buscaron una vía de escape al lucro cesante de la comunidad artística en general, Geretto, que hace unos días ofreció una función por streaming con su emblemático personaje de La Maestra, que venía de hacer con notable repercusión en la cartelera porteña Estrella, su último trabajo que planeaba traer a Rosario, y que más allá de su carrera en cine y televisión se ha destacado por sus recordados unipersonales, dio su visión acerca de una modalidad que todo indica que llegó para quedarse.
“Me parece que las cosas siempre pierden cuando se comparan con otras; comparar al teatro con el streaming es perderse algo del teatro y algo del streaming. En todo caso, no le suma a ninguno de los dos y le resta a ambos. El teatro tiene miles de años, vive porque es un encuentro de uno con uno, de una persona con otra, porque por más que haya mucha gente en una sala y muchos actores en el escenario, siempre el actor se dirige a alguien y siempre ese alguien piensa que se dirige hacia él”, analizó, y destacó como positivo del streaming el hecho que aparezca como una nueva vía de comunicación.
“Nunca pienso las redes o los nuevos formatos como algo que me hace perder de otra cosa; en un momento dirigí a un youtuber y me tuve que bajar de todos los escalones de mi prejuicio, me senté con él, empecé a hablar y me encontré con un pibe que tenía un recurso para expresarse. Me identifiqué bastante, porque en algún momento yo también fui un pibe que tenía un recurso y lo usé para expresarme”, dijo el actor.
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Y finalmente cerró: “Unimos el teatro al streaming sin tomarnos el tiempo de pensar el sentido de una palabra nueva, una palabra que no recuerda al teatro y que tiene que ver más con otra cosa. Los que hasta el momento probamos el streaming lo hicimos con propuestas más performáticas, que resisten ese formato, y me llegaron muchísimos mensajes de personas que viven en lugares a los que el teatro no llega y que pudieron ver el espectáculo a través de su celular. Es algo que me conmueve, me quedo fascinado frente a estas cosas, porque además fue a partir de un personaje como La Maestra que no sé hasta donde podrá llegar, porque resiste todos los formatos. Por eso estoy muy de acuerdo con el streaming y muy de acuerdo con el teatro. Pero por supuesto que prefiero el teatro, hace desde los 8 años que estoy en los escenarios; a mí también me cuesta cambiar, pero es imposible no cambiar, para muestra basta una pandemia”.
Para agendar
Murciélagos tendrá su estreno el próximo jueves 2 de julio a través de una sala virtual, ingresando a www.amnistia.org.ar/autocine, donde luego de hacer un aporte económico a voluntad el potencial espectador o espectadora recibirá un link que le permitirá ver la película. Todo lo recaudado será destinado al Banco de Alimentos de Buenos Aires que lleva adelante la organización internacional por los derechos humanos.