Esteban Lindor Alvarado, condenado por robo de autos y sindicado como peso pesado en el narcotráfico rosarino, comenzó a ser juzgado esta semana por la Justicia provincial como líder de una asociación ilícita junto a seis laderos dedicada a delitos que van de secuestros seguidos de muerte, lavado de activos, hasta ataques a instituciones y funcionarios judiciales, siempre amparado por la connivencia policial. La Fiscalía pidió para el líder la pena de prisión perpetua y tiene como estrategia describir el funcionamiento de la organización que va desde junio de 2012 hasta octubre de 2019 con la presentación 130 testigos, entre otras pruebas, ante los jueces Alejandro Negroni, Patricia Bilotta y María Isabel Más Varela.
En la primera semana, se escucharon cuatro declaraciones : Rodrigo Ortigala lo hizo el martes y un día después le tocó el turno a su hermana Mariana. Los testimonios se pasaron en un video grabados con anterioridad. Los hermanos lograron sortear atentados contra su vida No fue el caso del testigo Carlos Argüelles: su declaración se transmitió este jueves y fue post mortem. El viernes la audiencia cerró con Hugo Maldonado, el hermano del prestamista de Lucio, quien fue secuestrado en noviembre de 2018 frente a su casa de zona sur y su cuerpo fue encontrado a los dos días al costado de la ruta. Por esta ejecución cayó la banda.
Testimonios
Rodrigo Ortigala, formó parte de la banda y luego se enemistó con Alvarado por una infidelidad que le costó varios atentados contra su vida y la de su hermana. En su declaración dijo que conoció a «El Esteban» en 2005 e ingresó a la banda. Explicó que Alvarado y Argüelles salían “a levantar autos” para luego “emponcharlos” –usar sus partes para uno mellizo–. Lo hacían en Buenos Aires y los traían a Rosario, y le costó a Alvarado una condena a 6 años y medio como líder de la Banda de los Rosarinos.
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Ante la consulta de los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery, Ortigala dijo que la pelea con Alvarado estuvo motivada en una infidelidad con su ahora ex esposa, Rosa Capuano, ya condenada en la causa.
En su declaración quedó en evidencia otra modalidad: el lavado de activos y la adquisición mediante la fuerza de inmuebles. Fue lo que le pasó a Rodrigo Ortigala en febrero de 2012. Según la investigación, Alvarado lo “intimidó con un arma de fuego” y se quedó con su casa de Roldán tras hacerlo firmar junto a su esposa un boleto de compra-venta. Estaba a nombre de Nadia Toledo, también condenada como testaferro de Alvarado. La firma se hizo en el estudio del abogado Carlos Tavella, también penado. La propiedad ahora es parte del capital de una de las sociedades de Alvarado: Toia SRL.
En la jornada se exhibió el video de Mariana Ortigal, quien sufrió un atentado de 35 disparos en marzo de 2020, justo el día en el que se disponía a ir al Centro de Justicia Penal para brindar información sobre Alvarado.
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La mujer dijo que lo conoció en 2010 por su hermano, habló de la ejecución de Luis Medina, ex socio de Alvarado, y su novia Justina Pérez Castelli cometida en 2013 y lo señaló como el autor. Para Mariana, Medina incluyó a Alvarado en el narcotráfico y lo mataron porque reclamó una deuda de dinero.
Dijo que su relación se cortó en 2012 cuando Rodrigo y Rosa comenzaron una relación sentimental. «Al principio, pensé que iba a ser de una noche, pero cuando se extendió me distancié. Porque sabía cómo terminaba eso. Íbamos a terminar todos muertos. Todos sabíamos cómo se manejaba Esteban”.
En esos dos años que fue del círculo íntimo de Alvarado, Mariana que compartió viajes a Buenos Aires donde se mezclaban charlas triviales con temas relacionados a la venta de drogas. Le habló de avionetas que le bajaban la droga, de su crecimiento, sus contactos con Paraguay y su intención de derrocar a Ariel «Guille» Cantero.
La Fiscalía identificó a 29 integrantes en la organización de Alvarado: ocho son policías y algunos de éstos eran jefes con cargos importantes y estratégicos. Mariana dijo que se hizo amiga de Argüelles. El mecánico había anotado en un cuaderno información sobre la banda: “Él me dejó una copia de ese material. Y fuimos al Tribunal Federal con el cuaderno y literalmente nos sacaron”. Por ello, habló de pagos a una jueza federal y a un alto jefe de Policía.
El jueves se pudo ver la declaración de Argüelles y en tres horas explicó todo lo que había registrado en los cuadernos: planes de asesinar los legisladores provinciales Carlos Del Frade y Maximiliano Pullaro. Con respecto a éste último hubo otras dos elucubraciones: la de secuestrar a su hijo cuando era ministro de Seguridad y lanzar 300 kilos de marihuana en la cancha de Rosario Central en medio de un partido de fútbol con volantes con el nombre de Pullaro.
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Argüelles había sido imputado como miembro de la banda de Alvarado y había acordado una pena abreviada que no llegó a concretarse. Lo acribillaron en septiembre pasado en Garay al 3500. La declaración había sido grabada en agosto de 2020 donde lo definió como: “El más grande asesino serial de la historia argentina”.
En tanto, Hugo Maldonado declaró el viernes y señaló que apenas enterado del secuestro de Lucio sabía que estaba muerto: “Yo no sé cuál es la motivación del crimen de mi hermano, pero la mayoría de los crímenes son por dinero”.
La semana próxima se reanudará con otros testigos presentados por la Fiscalía que busca dar cuenta sobre de las pruebas contra la organización de Alvarado, quien, por razones de seguridad, sigue atento por videoconferencia desde la cárcel de Ezeiza. El juicio se extenderá por 50 jornadas y se estipula que se conocerá la sentencia a mediados de abril próximo.
