En el tercer día del juicio a Esteban Lindor Alvarado, se conoció el testimonio de Mariana Ortigala, testigo clave para desentrañar la relación con el narcotráfico de la banda que ahora es acusada por homicidios y lavado de dinero.
Además, brindó información sobre cómo se ejecutó en 2013 el crimen de Luis Medina, ex socio de Alvarado. Y hubo un curioso final del relato en el que se reveló la afinidad suya con varios integrantes de Los Monos y con el propio Guille Cantero. Cabe recordar que hasta 2012, los Ortigala habían sido parte del entorno íntimo de Alvarado.
La declaración de Ortigala fue grabada en diciembre pasado, como medida de seguridad. Cabe recordar que se trata de alguien que sufrió un atentado de 35 disparos en marzo de 2020, justo un día en el que se disponía a ir al Centro de Justicia Penal, para brindar información sobre Alvarado.
El relato, justamente, se inició con esa escena: «Tengo un estudio jurídico con mi mamá. Ejerzo como corredora inmobiliaria. Pero después de los episodios por los que he pasado, ya casi no puedo salir a la calle».
«¿Qué episodios?», preguntó Matías Edery. Allí, Ortigala recordó: «El 13 de marzo de 2020, iba a venir al Tribunal a traer una información junto a mi amigo Carlos Argüelles. Y ese día a las 9 de la mañana, una persona se puso a la par de mi auto y me ejecuta 35 disparos. Cuatro me dieron en el cuerpo. Mi vida cambió. Me salvé de milagro, porque existe Dios. Yo estoy convencida que eso me pasó por las declaraciones que ya habíamos brindado en Fiscalía contra Esteban Alvarado y porque ese día iba a declarar».
Mariana Ortigala manifestó haber conocido a Esteban Alvarado en 2010 en una guardería náutica, cuando acompañó a su hermano Rodrigo a comprarle al acusado en este juicio una moto de agua. «Hasta 2012 íbamos juntos al río –recordó–. Yo hice una buena relación con Rosa Capuano, que ahora es ex mujer de Esteban. Nos hicimos bastante amigas con ella. Yo tenía un negocio de ropa en Fisherton, en Villa Margarita, y ella empezó a ir a mi negocio, después ella se puso uno y empezamos a viajar juntas a Buenos Aires a comprar mercadería. Rosa siempre me decía que le encantaba mi hermano, y me contaba que su relación de pareja estaba desgastada. Fruto de eso, de conocerse, iniciaron una relación. Al principio, pensé que iba a ser de una noche, pero cuando se extendió yo me distancié de mi hermano. Porque sabía cómo terminaba eso. Íbamos a terminar todos muertos, no iba a haber muchos caminos, todos sabíamos cómo se manejaba Esteban».
De esas salidas al río y viajes a Buenos Aires, Ortigala mencionó dichos de Alvarado sobre la venta de drogas: «Al principio pensaba que era un delirante, no pensé que podía ser verdad lo que decía. Hablaba del narcotráfico. En un viaje que íbamos a comprar ropa, él nos mostraba sus teléfonos y hacía alarde de las avionetas que tenía, con las que bajaban la droga. Decía que ya no era uno más en el negocio, porque había gestionado contactos y tenía llegada directa a Paraguay».
La coqueta esquina del bar Antártida, en Fisherton, fue testimonio de varios encuentros entre Mariana Ortigala y Alvarado. «En una de esas reuniones en la que estuve como dos horas, me dijo que con las avionetas estaba acopiando, que ya conocía bien las bandas que manejaban el narcotráfico. Y que los iba a hacer pelear a uno con otro, para derrocar a Guille Cantero», relató.
Pagos a policías y una jueza
En otro de los momentos de su declaración, Ortigala fue interrogada por su relación con el mecánico Carlos Argüelles, asesinado en septiembre pasado y de estrecha relación con Alvarado. Tras contar que tuvo mucha confianza con él, señaló que luego cuando ambos se decidieron a brindar su testimonio a la Justicia, Argüelles tuvo comunicaciones diarias con ella. «Ustedes tienen intervenidas las líneas, pueden constatarlo».
El mecánico, antes de ser ejecutado, había anotado en un cuaderno información sobre la banda de la que había sido parte: «Él me dejó una copia de ese material. Y fuimos al Tribunal Federal con el cuaderno, el tenía intenciones hasta de auto incriminarse y decir que era la persona que llevaba los pagos de las avionetas que bajaban con Esteban con la droga, y literalmente nos sacaron».
El fiscal Edery le consultó para quién eran esos pagos. «A una jueza federal y a un jefe de Policía», respondió Ortigala.
Cuando se le pidió más precisiones por el nombre de la jueza que supuestamente recibía pagos de Alvarado, aseguró que tenía que hacer un esfuerzo por recordarlo, que cree que era «Cosetti o algo así. Y al del Jefe de Policía, lo tienen ustedes en el cuaderno, era alguien muy importante».