En la tercera jornada del juicio oral y público contra Ariel «Guille» Cantero y seis de sus laderos por las balaceras cometidas en 2018 contra propiedades vinculadas a distintos funcionarios y edificios judiciales se ventilaron los primeros ataques que tuvieron como objetivos a viviendas en las que había habitado el juez Ismael Manfrín, presidente del tribunal que en abril de ese año condenó a la mayoría de los integrantes clan de la Granada por asociación ilícita y a algunos de ellos por homicidios que sucedieron tras el crimen de Claudio «Pájaro» Cantero. Para la Fiscalía en estas primeras jornadas y mediante la declaración de testigos y peritos, se está “demostrando que cada hecho ocurrió”. En cambio, para la defensa de Guille «no existen pruebas» y son sólo «presunciones».
El fiscal Gastón Ávila, quien participa en el debate, explicó que están yendo caso por caso, probando la materialidad de los hechos. “Están viniendo vecinos o dueños de las viviendas donde se produjeron los disparos, personal de la policía Científica que ha registrado los impactos. Con esta información estamos constatando la existencia de los hechos y más adelante vamos a ingresar en la responsabilidad que tiene cada uno de los autores”, señaló Ávila sobre los testigos que se presentaron y la modalidad de las jornadas.
En cuanto al secuestro de un teléfono fijo en la celda donde está Guille Cantero en el penal de Marcos Paz, el fiscal señaló que “esa circunstancia es paralela, tiene que ver con una investigación que lleva adelante el fiscal (Franco) Carbone respecto a la balacera que se produjo la semana pasada en el Centro de Justicia Penal”, y agregó que su colega sabrá explicar mejor las circunstancias del teléfono fijo.
Ávila aclaró que esta último hallazgo no influye en este juicio ni en lo que es materia de juzgamiento. «Si se ventilaron el día de ayer (por este lunes) unos audios que tienen que ver con llamadas recibió el 911 el día posterior al que fueron atacados dos domicilios vinculados al magistrado Manfrín que hacían referencia a la banda de Lo Monos”, dijo y se refirió a los mensajes donde el interlocutor decía que «soltaran a Los Monos, a los Canteros, que iban a matar a los jueces, secuestrarlos y circunstancias similares».
En la jornada del lunes, una de las encargadas del 911 explicó que una de las comunicaciones que recibió provenía de un teléfono que no tenía chip. «Cualquiera habrá notado que un teléfono aunque no tenga chip da la posibilidad de hacer una llamada de emergencia y la otra fue una línea que pese a las tareas investigativas que se llevaron adelante no se llegó a dar con el titular porque era prepago», contó Ávila.
Sobre la seguridad de los funcionarios que se encuentran en el juicio, el funcionario de la Fiscalía dijo que siguen con las mismas medidas de seguridad propias de un caso con la resonancia que tiene éste y con los análisis de riesgos que se hicieron. “Estamos juzgando a personas que se han encargado de tratar de condicionar el sistema de justicia disparando a sus viviendas”, remarcó para aclarar que «están tomando los recaudos del caso».
Durante la tercera jornada del juicio declaró un vecino del edificio ubicado en Montevideo 1040 atacado a tiros la noche del 29 de mayo de 2018, poco después de que se conociera la sentencia que condenó a Guille Cantero a 22 años de prisión por un homicidio y como jefe de una asociación ilícita. En un departamento de ese edificio había residido con anterioridad el juez Manfrín.
El testigo recordó que esa noche escuchó “unos ruidos fuertes, como metálicos” mientras subía en el ascensor a su departamento. En tanto, los policías científicos explicaron que fueron seis los impactos de bala calibre 9 milímetros que quedaron marcados en la fachada del inmueble.
Desde el equipo de fiscales –integrado por Ávila, Matías Edery, Aníbal Vescovo, Miguel Moreno y Laura Riccardo– que está abocado a la acusación señalaron que el atentado se cometió desde una motocicleta tipo enduro en la que se movían los dos atacantes, que aún no fueron identificados. Además, precisaron que “el material balístico secuestrado en ese hecho” coincide con el incautado un tiempo después, el 13 de julio del mismo año, en un ataque a tiros a la vivienda del padre del juez Juan Carlos Vienna, quien había tenido a su cargo la instrucción de la causa contra Los Monos.
Por ese hecho, uno de los 12 que se ventilarán en el juicio, están imputados Guille Cantero y Matías César como presuntos ideólogos del ataque. La misma noche de la balacera, cuyos pormenores se ventilaron en la audiencia de este martes, cometieron otro ataque similar, en una vivienda ubicada en Italia al 2100, que también había pertenecido al juez Manfrín.
El juicio que comenzó el viernes pasado tiene como acusados, además de Cantero y César, a la novia de este último, Lucía Uberti; al condenado por el triple crimen de Villa Moreno, Daniel “Teletubi” Delgado; y a Leandro «Chuno» Olivera, Daniel Chávez y Leonel Fernández.
Para los fiscales, el instigador de las balaceras a domicilios particulares de jueces y a edificios del Poder Judicial fue Cantero, quien daba las órdenes desde la prisión. De acuerdo a la acusación, por debajo operaban tres grupos que se encargaban de organizar y ejecutar los ataques armados, a cargo de César, Teletubi y Chuno.
Si bien estaba previsto que el jefe de Los Monos pudiera prestar declaración en esta jornada de manera virtual desde la cárcel federal de Marcos Paz donde está detenido, finalmente no lo hizo.
En tanto, para el abogado de Cantero, Fausto Yrure “no existen pruebas” de la presunta instigación de su cliente porque la acusación, dijo, se basa en “presunciones”.