Una escucha difundida este miércoles en el juicio oral que lo tiene como acusado a David Delfín Zacarías y sus familiares, dio cuenta de la participación de un policía federal en la banda. En los audios, el sospechoso le avisó a una imputada que «cierre las persianas» ante inminentes allanamientos a cuatro búnkers de venta de drogas.
“Escúchame, me llamó para que cierre la persiana de allá, de la Rubia”, se escuchó con una voz de mujer atribuida por la Fiscalía a la imputada Ruth Castro como miembro de la organización narco y quien por ese entonces era pareja de Joel, el hijo de Zacarías. Con la Rubia, la muchacha hacía alusión a Olga “Tata o Rubia” Medina, una mujer imputada por narcotráfico, por la que llegaron a Zacarías.
“Me llamó He-Man (por el policía federal José Luis Dabat, quien también está sentado en el banquillo de los acusados) y me dijo eso, y no tengo comunicación con nadie, con ninguno porque se fueron todos”, añadió la mujer ante su interlocutor, el cual sindicaron como un policía santafesino.
Según la acusación del fiscal federal Federico Reynares Solari, el denominado He-Man es el policía federal Dabat, quien avisa que iban a ser allanados cuatro búnkeres.
Las escuchas fueron pasadas este miércoles por la mañana mientras declaraba el oficial principal Diego José Brunetti, un efectivo de la Policía Federal que participó de la investigación, y quien ratificó las intercepciones telefónicas.
Según explicó Brunetti, horas antes de realizar los allanamientos fueron a constatar los puntos de venta investigados y advirtieron que estaban inactivos.
Lo mismo contó el comisario de la federal, Jorge Osvaldo Romero, quien agregó que las escuchas “eran diferidas”, por lo que recién advirtieron días después de los allanamientos frustrados el aviso de He-Man a Ruth Castro para que “bajara las persianas”.
Durante la audiencia, los policías también indicaron que en el transcurso de la investigación determinaron que He-Man Dabat tenía un vehículo a su nombre en la remisería de la familia Zacarías.
En este juicio oral a cargo del Tribunal Federal N° 1 (TOF1), Integrado por los magistrados Ricardo Moisés Vásquez –en la presidencia–, Otmar Paulucci y Germán Sutter Schneider. hay once imputados por narcotráfico, de los cuales nueve son civiles y dos son policías.
De acuerdo a la Fiscalía, Delfín Zacarías era el jefe de una banda que producía y comercializaba cocaína a gran escala, y de la que participaban su esposa Sandra Inés Marín y sus hijos Joel y Flavia Zacarías, entre otros.
El matrimonio Zacarías fue detenido el 5 de septiembre de 2013 en una casa-quinta de la localidad de Funes en un procedimiento en el que se secuestraron 300 kilos de cocaína y mil litros de precursores químicos, entre otros elementos.
Ese procedimiento llamado Operativo Flipper fue considerado como el hallazgo de la mayor cocina de cocaína del país hasta ese momento.
En la audiencia de este miércoles, tanto Romero como Brunetti confirmaron que en la delegación Rosario de la PFA había revistado un suboficial al que apodaban He-Man.
Delfín, la Tata y el Ingeniero
Además, los testigos que declararon en esta jornada también confirmaron otro dato clave de la instrucción que permitió al fiscal establecer la conexión entre los búnkeres investigados, que regenteaba la Tata Medina, y el presunto proveedor, Zacarías.
“Establecemos la relación porque Medina le transfiere un Chevrolet Spark que estaba a su nombre al hijo de Zacarías”, explicó el comisario Romero.
Su subordinado Brunetti sostuvo que “esa mujer entregó un vehículo en parte de pago por estupefacientes” y dijo que esa información provino de “datos de calle” que luego corroboraron a través de la Dirección Nacional de Registro de la Propiedad Automotor.
Así se inició la investigación en 2012 que continuó con la intervención de los teléfonos de Delfín Zacarías y sus familiares y los allanamientos de un año después.
Durante el debate también se exhibieron mensajes de texto enviados por un hombre identificado como Ingeniero (quien está prófugo) y Flavia Zacarías. Para los investigadores son indicativos de una transacción ilícita de estupefacientes.
“Hola soy el ing. Decile a tu papá que necesito contactarme, el viernes que viene le llevaré 100 ayudantes, y el martes 50 campeones, antes tengo q hablar y verlo”, reprodujeron los investigadores.
Para el comisario Romero, ese mensaje contiene una conversión “en código” que les hizo presumir que el Ingeniero era un proveedor de pasta base de los Zacarías, atento a que la característica de línea telefónica era del norte del país.