Jeremías Gonzalo Paulazzo, de 34 años y conocido como Jere, es un viejo conocido de las crónicas policiales. Fue condenado en 2003 por matar al garrafero Humberto Folch en 1999; tras cumplir condena, cayó por el golpe a la manera de boqueteros en una joyería céntrica y los asaltos en dos exclusivas propiedades del country Funes Hills en 2015. Por estos hechos, en diciembre el sospechoso llegó a un acuerdo abreviado con los fiscales Nicolás Foppiani y Juliana González, aunque ello no se concretó porque el hombre dudó en desprenderse del Honda Civic que le había sido secuestrado. Finalmente ayer cedió: entregó el bien y aceptó 8 años de cárcel por los hechos de robo y una evasión. Todo fue homologado por el juez Carlos Leiva que, esta vez, dio el visto bueno.
El 25 de marzo de 2015 cuatro hombres ingresaron por un local lindero a la joyería MG y de allí accedieron al techo del comercio. Tras hacer un boquete, el cuarteto ingresó al local y se escondió en el baño. Esperó la llegada de los empleados a quienes sorprendió y obligó a abrir las vitrinas. Tomó un jugoso botín y escapó en un Volkswagen Gol Trend. A principios de abril la banda fue desbaratada cuando el grupo fue ubicado en una casa de Pujato al 7800. Siete personas fueron detenidas, entre ellas Paulazzo, y la Policía secuestró tres kilos y medio de plata y unos cinco kilos y medio de oro, balanzas de precisión y dinero en efectivo: pesos, dólares y euros. También un equipo de comunicación con frecuencia policial y cinco autos de alta gama, entre ellos un Honda Civic en el que llegó el sospechoso.
Paulazzo marchó preso algunas semanas, ya que el 16 de junio de 2015 se evadió de la seccional 24ª. Al mes siguiente fue nuevamente detenido e imputado de otros dos hechos de robo ocurridos el 24 de julio en el country de Funes. Un grupo de hombres violentó una cerca e ingresó al predio. La banda se dividió: mientras un trío accedió a una vivienda y sorprendió a la familia mientras dormía, el otro grupo hizo lo mismo en otra propiedad. En ambas levantaron a sus moradores a punta de pistola, los maniataron y se llevaron celulares, joyas y dinero.
A esa altura, la Policía tenía intervenido el celular de Paulazzo, quien fue detenido con otros dos sospechosos de los atracos en un departamento de Moreno 37. En diciembre pasado Jere cerró un abreviado con la Fiscalía, a través de su defensora Silvana Lamas, quien acordó una condena de ocho años de cárcel por los hechos. Pero en aquella oportunidad se fijó una multa de 90 mil pesos que el imputado debía saldar con el Honda Civic.
Jere dudó respecto de este punto: quería dejarle el auto a su familia y como no había claridad con respecto al pago de la multa el juez Carlos Leiva resolvió no homologar el acuerdo. Al final ayer tuvo lugar una nueva audiencia, donde los fiscales Foppiani y González presentaron con la defensora Nancy Zully otra vez el convenio. Esta vez, no hizo objeción alguna al acuerdo y consintió sin chistar. Entonces el juez Leiva homologó el abreviado y condenó a Jeremías Paulazzo a la pena de ocho años de prisión por tres hechos de robo calificado por el uso de arma, por haberse cometido en poblado y en banda, privación ilegítima de la libertad y evasión. Jere, un hombre de la zona norte, seguirá tras las rejas.