“¿Qué hago acá?”, le preguntó el ex comisario de la seccional 14°, Fabián Fantín a los jueces en la sala 10 del Centro de Justicia Penal. El policía terminaba su primera declaración en la apertura del juicio donde lo acusan de alterar las pruebas en la investigación de la muerte de Emiliano Cáceres y Facundo Aguirre en 2014. Detrás de él estaba Sonia Gómez, agente de la Policía de Investigaciones (PDI) y madre de Federico Gómez, condenado en 2014 a tres años de prisión condicional y 10 años de inhabilitación para manejar por la muerte de los jóvenes.
Este martes desde la Fiscalía y la querella dijeron que el policía y la madre del condenado abusaron de sus cargos y retuvieron evidencia para que la Justicia diera una pena menor a Gómez. Acusaron a Fantín de no entregar un teléfono celular, un par de zapatillas y unos lentes de las víctimas a sus familias. A la policía Gómez que intentó cambiar la escena del crimen en Pellegrini y Provincias Unidas. Pidieron penas de hasta 18 meses de prisión condicional, inhabilitación para trabajar de hasta tres años y multas de hasta 2.500 pesos.
Rastro
A ninguno de los policías los vincularon al miligramo de la muestra de sangre de Gómez que faltó para confirmar que estaba borracho cuando perdió el control del auto donde murieron Cáceres y Aguirre.
Horas después del choque el enfermero Alberto Moreira tomó la muestra en la comisaría 14°, a cargo de Fantín, y la llevó al Instituto Médico Legal (IML). Al día siguiente el bioquímico Mario Minisini, siempre según declararon ambos en el juicio de 2014, encontró solo dos miligramos en el IML. Dijo que no pudo hacer la prueba.
Ese año, cuando el Gobierno de Santa Fe puso en marcha un nuevo modo de trabajar para la Justicia, el organismo de los fiscales creó una guía de actuación para los siniestros viales. Una de las indicaciones fue que los investigadores pueden pedir la toma de sangre en el lugar.
Pruebas
Los jueces Gustavo Pérez Urrechu, Ismael Manfrín y Patricia Bilotta deberán definir si Gómez y Fantín, son culpables después de analizar las pruebas presentadas por el fiscal Aníbal Vescovo; Ignacio Carbone, por la querella; y Patricia Guzmán y Jorge Bedouret por los acusados. En la audiencia de este martes Fiscalía llevó a personas -incluido un agente de la división Asuntos Internos- para apoyar la imputación.
Desde la defensa de los acusados –los dos con más de 20 años en la fuerza de seguridad– negaron los cargos, aclararon que Gómez no estaba en funciones el día del choque y sólo fue a la escena del crimen porque la llamó su hijo en estado de shock. El ex comisario usó el primer día del juicio para narrar cómo trabajó el caso el 22 de febrero de 2014 primero en Pellegrini y Provincias Unidas, y luego en la seccional. Admitió que por una confusión con el sumariante, oficial encargado de las actuaciones policiales, la mochila con los lentes, las zapatillas y el teléfono celular quedó en manos de la madre de Gómez y no a los familiares de las víctimas.
Antes
El caso de Emiliano Cáceres y Facundo Aguirre fue el primer juicio oral y público por un siniestro vial en Santa Fe. Antes era en el sistema escrito. Los familiares y la Fiscalía pidieron penas desde 5 años. La Justicia le encontró culpable de homicidio culposo con dos agravantes, pero la condena, al ser de tres años, fue sin tiempo de prisión. El primero de los agravantes fue que se trató de dos víctimas y el segundo por usar un vehículo.
Faltaban dos años para que el Congreso cambiara el Código Penal y elevara el máximo del homicidio en tránsito a 6 años de prisión. Los legisladores, a instancias de las agrupaciones de víctimas de siniestros viales, definieron para todos los jueces del país una serie de agravantes: darse a la fuga, estar alcoholizado o bajo la influencia de otras drogas; no respetar las señales de tránsito; o ir a 30 kilómetros por encima del límite de velocidad del lugar.