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Julieta Correale, la historia de la primera rugbier rosarina en jugar en el Viejo Continente

A los 24 años y tras 9 en Old Resian, decidió cumplir su sueño: tener el rugby como prioridad. Armó las valijas y se fue a jugar a Oviedo, España. Formada en el Tricolor, ganó el Torneo de Rosario y del Litoral, jugó para la URR y fue la primera rosarina en ser citada a entrenar con Las Yaguaretés

Armar la valija y viajar a España, no fue fácil para Julieta Correale. Esta rosarina de 24 años, surgida y formada rugbísticamente en Old Resian, cruzó el charco para desafiarse una vez más.  A través de una familia amiga hizo contacto con Oviedo Rugby Club, de la segunda división del rugby femenino español, y a fines de noviembre de 2023 emprendió con valentía el periplo al Viejo Continente, para convertirse en la primera rugbier rosarina en jugar en Europa.

Experiencia UAR en 2018 para Julieta Correale. Crédito: Prensa ORC

Con tan sólo 18 años, Correale fue la primera rosarina en ser convocada para entrenar con el seleccionado argentino (hoy Las Yaguaretés), pero le faltó  muy poco para vestir la celeste y blanca. Es más durante la charla con El Hincha, comentó que la llamaron para invitarla a participar del Inter Academias, aunque “fue difícil decir que no, porque es un lugar adónde todas queremos estar”, dijo Julieta, pero su futuro ya estaba organizado y era empezar a tener como prioridad el rugby.

Julieta formó parte del nacimiento del rugby femenino en Old Resian, con tan sólo 14 años, descubrió el deporte ovalado y que ese era su lugar en el mundo. “Al dejar mi club Old Resian, fue entender que no iba jugar más por un largo tiempo con la camiseta del tricolor, eso fue lo más difícil”, así explicaba cómo fueron esos momentos en los que tomó la decisión de emigrar. La familia y sus compañeras del club fueron fundamentales para recibir el apoyo necesario para dar el paso adelante.

“Seguir mi sueño, las chicas me apoyaron para poder dar el paso. Quiero llegar a grande y poder decirme ‘que no me guarde nada y que aproveche todos las oportunidades que se me presentaron’. Tenía ganas de ver que había del otro lado, quería comprobar cómo se vivía afuera, quería vivir el rugby afuera de Argentina, nutrirme de conocimientos de otras personas”, resume la actual jugadora de Oviedo Rugby Club.

Muy orgullosa habla de su presente en la institución asturiana. “Estamos a un triunfo de empezar a pelear por el ascenso a la División Elite, nosotras competimos en la División Asturcantara”, dijo y rápidamente agregó: “Acá juego rugby de XV y de segundo centro”, se la escuchó tan segura como cuando ponía quinta marcha en el Grantfield y nadie podía pararla, tan sólo el ingoal rival y así sumar un try para su querido Old Resian, con el que ganó todo: Torneo de Rosario, Litoral y participó en varias ediciones del Nacional de Clubes y Seven de la República con Rosario.

La explosiva wing Juli Correale en acción con la camiseta de Old Resian, Crédito: Juanjo Cavalcante.

“Jugué Seven toda mi vida, así que fue todo un desafío pasarme al XV y poder estar a la altura de las circunstancias. En el juego reducido tenes que hacer de todo, en el otro cada una tiene sus responsabilidades por puesto, hay menos espacios, así que hay que buscarlos. Descubrí otro deporte, pude comprobar que son dos juegos diferentes, el XV no tiene nada de Seven y viceversa; el contacto es mucho más fuerte; por suerte mis compañeras me hicieron sentir muy cómoda desde el primer día y es algo que me genera tranquilidad para poder seguir avanzando”, expresó Correale.

Además de jugar en el primer equipo de Oviedo Rugby Club, Juli tiene en trámite la visa por estudios. La idea es comenzar a cursar a cursar la carrera de Enfermería lo antes posible y también es una de las responsables de una categoría de infantiles en el club asturiano que tiene rugby femenino desde 2017 aproximadamente. “La Sub 12 la entrenó con una compañera del plantel superior y un entrenador, hacemos un lindo equipo; hay varias nenas en el equipo, acá en infantiles está más avanzado, se puede entrenar más aspectos del juego – como el contacto- a diferencia de Argentina; encontrarme entrenando nenas, y poder transmitirles todo lo que he vivido es genial”.

No es fácil estar lejos de la familia. “Te levantas todos los días sabiendo que estas lejos de tu gente, pero que estás en el lugar correcto para poder hacer realidad tu sueño. Estoy muy a agradecida al Club Oviedo, siento que les debo mucho, se brindaron para que yo pueda estar acá viviendo esta hermosa experiencia”, dijo una emocionada Julieta, que sin verla, se notaba del otro lado del celular, que algunas lágrimas habían caído.

La rosarina Julieta Correale vistiendo la camiseta de Oviedo Rugby Club. Crédito: Gentileza Mario Rodríguez

Gracias a la familia rosarina a la que conoce desde muy chica, por la que llegó a Oviedo, se siente muy acompañada, sumados a los argentinos que hay en el club. “Mendocinos, santafesinos, y en infantiles hay muchos hijos de argentinos jugando. Nos juntamos y cada uno se encarga de cocinar algo típico nuestro, a mí me tocó hacer alfajores”, ahora es notoria la sonrisa y la felicidad en las palabras de Julieta, que interrumpe una pregunta para contar el primer día con el mate en mano: “Al principio me miraban raro, porque al mate no lo iba a abandonar, no querían saber nada mis compañeras pero con el correr de los días se fueron sumando a la ronda. Es lindo poder compartir e ir enseñando cosas de nuestra cultura”.

Julieta sabe que estar en Europa, es estar en la tierra de las oportunidades y nadie sabe que puede deparar el futuro. “Primero quiero estar a nivel, me estoy entrenando muy bien para darle lo mejor a Oviedo. Estar preparada para los desafíos con la camiseta azul, quiero jugar al rugby mucho tiempo más. Me quedaría toda la vida a vivir en Oviedo, porque es hermoso, y todo lo que tenga que ver con el rugby será bienvenido a mi vida. Y en cuanto al gran sueño: jugar en un nivel de elite me encantaría”.

Está rosarina que fue valiente a los 14 años para ir a jugar a un deporte que no es masivo para las mujeres, que sigue siendo tabú en muchos clubes, y practicarlo con pasión, dice mucho. Hoy diez años después, fue nuevamente valiente, ya consciente de lo que quiere para su vida, armó las valijas y se fue en busca de su sueño, jugar al rugby y tenerlo como prioridad.

Que importante tener mujeres así, que contagian, que inspiran, que se hacen camino, que no bajan los brazos y luchan por alcanzar sus objetivos.

Dinosaurios el rugby femenino llegó para quedarse y no parar de crecer ni un día, porque el rugby es de todes y para todes.

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