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Julio Martínez va más allá del McCartney versión beatle en “Sobreviviendo a la canción perfecta”

Se trata de la primera biografía argentina sobre el legendario cantautor y multiinstrumentista británico que llegó este lunes a las librerías invitando a conocer la rica e inquieta trayectoria de quien “siempre fue por más, buscando nuevas tendencias”

El periodista y músico Julio Martínez invita a conocer la rica e inquieta trayectoria de Paul McCartney en Sobreviviendo a la canción perfecta, la primera biografía argentina sobre el legendario cantautor y multiinstrumentista británico que llegó este lunes a las librerías y que busca quitarle el peso de la etiqueta beatle a quien “siempre fue por más, buscando nuevas tendencias, adaptándose a los distintos períodos y a los contextos musicales a través de las décadas”.

“Creo que McCartney siempre fue un poco menospreciado y se habló con cierta liviandad sobre su carrera solista. Es un tipo que con toda la leyenda que tiene encima, sigue con la idea de progresar y mejorar, y darse otras oportunidades como artista”, consideró el autor, un declarado fanático a ultranza del compositor de clásicos como “Let It Be” y “Hey Jude”, y uno de los conductores del programa Calico Skies Radio, en diálogo con Télam.

Justamente, es el yugo de su paso por la banda inglesa que cambió la historia de la música popular a escala mundial desde su formación en 1960 lo que esta publicación se propone correr del eje de la discusión: ¿qué fue de McCartney, ese personaje lleno de creatividad después de ser uno de los “Fabulosos Cuatro”?

Allí entran a jugar en Sobreviviendo…, de la editorial Mil Campanas, una serie de curiosos alter ego que se sucedieron desde los 51 años que pasaron desde la separación de los Beatles, a través de los cuales el artista encontró las vías de escape necesarias para reinventarse en formas que suelen pasar desapercibidas incluso para los más feroces seguidores del cuarteto liverpuliano.

Así, sin perseguir cronologías ni listados esperables, Martínez distingue en su trabajo a los varios Pauls que dieron nacimiento a las sonoridades de proyectos como Wings (también conformado por su esposa, Linda) y The Fireman (junto a Martin Glover, conocido bajo su seudónimo Youth), pero que también, en ocasiones, se ocultaban bajo nombres ficticios que le permitieron soltar las riendas y jugar con géneros como el electrónico, el R&B o el jazz, por nombrar unos pocos.

Con entrevistas realizadas a Glover, Laurence Juber -ex integrante de Wings-, el productor Roy Kerr y el arreglista Richard Hewson, el libro propone explorar con anécdotas, puestas en contextos históricos y familiares y minuciosos análisis la perspectiva siempre vanguardista y ambiciosa del músico, que el año pasado dio otra muestra de su permanencia con el lanzamiento de McCartney III, su álbum de estudio solista número 18.

“Creo que hay vida después de los Beatles para McCartney”, dijo Martínez explicando a qué hace referencia el título. “Hasta el día de hoy está continuamente peleando con la canción perfecta que puede ser «Yesterday», «Let It Be» o «Hey Jude». Después de los Beatles él intentó recuperarse de eso, valerse por sí mismo como solista, cosa que le costó, porque recién en el 73 con «Band on the Run» (de Wings) da el gran salto. Por eso creo que a través del tiempo siempre fue por más, siempre buscando nuevas tendencias, adaptándose a los distintos períodos y contextos musicales a través de las décadas. Para él sería tremendamente cómodo quedarse con su leyenda, pero no lo hizo y hasta por momentos puso en riesgo esa condición, otras veces necesitó maquillarla y camuflarla. Aunque obviamente la cuestión beatle siempre va a estar, McCartney es mucho más”, explicó.

Durante la investigación para el libro, el escritor se encontró con algo muy especial que no se suele tener tan presente: “la presión que tiene el artista”. “En este caso Paul, que uno piensa que no se puede poner nervioso porque va a sacar un disco o tocar en vivo, y sí. También lo importante que fue Linda para él y cómo a partir de su muerte nace otro tipo de artista solista, cambian sus letras, su sonido, como a partir de Rushes (el segundo álbum de The Fireman, de 1998), donde se ve otro McCartney, y que tiene continuidad en sus discos siguientes, como en Driving Rain. Fue un cambio que me parece que no fue visto con lupa por los críticos o incluso por los fanáticos, me incluyo”, agregó.

Para construir el relato Martínez fue construyendo alter egos. “El central es el de Sgt. Pepper’s”, apuntó. “Pero decidí no empezar por ahí, sino con Paul Ramon, que tiene más años incluso. Cada alter ego también tiene otras vinculaciones, como en el segundo capítulo del libro, donde hablo mucho del padre de Paul, que fue muy importante en cuestiones personales y musicales. Algunos son una especie de excusa para hacer esa conexión biográfica de McCartney, agarrándome de algún dato para armar cada capítulo con información que quizás no es muy conocida para el público común, y hacerlo con una forma entre periodística y de cuento”, adelantó y confesó: “Este libro me permitió libertad, y en cierto punto llegué a comprenderlo a Paul, cuando hizo estas cosas se liberó del traje de McCartney e hizo lo que quiso. Yo acá me liberé de mi rutina, de mi trabajo cotidiano. No quise ir por lo obvio, el mismo McCartney es así en su carrera solista, y en ese sentido sentí una influencia suya. Él lo pone en la música y yo lo adapté a mi profesión”.

Para finalizar Martínez confesó que escribió este libro para las y los fanáticos de Paul. “Que creo estaban esperando un libro así en Argentina, pero también a aquellos que olvidan un poco a McCartney y creen que Lennon lo hizo todo. Soy de la generación que nació con el fantasma de Lennon sobre McCartney, y sentía que todo lo que había hecho Paul era muy menor. Quizás desde entonces empieza a madurar esta idea de demostrar que McCartney es más que un beatle. Yo creo que él fue su motor musical, el propio Ringo Starr dijo hace poco que si no hubiera sido por él quizás habrían sacado dos discos solamente. Con esto no le quito mérito a lo que hicieron los demás, para mí no es uno mejor que el otro, están en el mismo nivel, pero sí quería traer un poco de equilibrio”.