En tan sólo cinco minutos de charla con Francisco Cruz, Martín Mustachi y Ezequiel Lazo, basta para descubrir el verdadero secreto del excelente presente futbolístico que atraviesa el Charrúa. Además de la solidez defensiva que viene exhibiendo el equipo, del buen funcionamiento en el mediocampo o de la efectividad de sus delanteros, la auténtica clave del éxito de este Central Córdoba que conduce Marcelo Vivas queda en evidencia a la hora de escuchar el análisis y la autocrítica que hacen los protagonistas. A pesar de toda la euforia que se generó tras obtener el boleto a las semifinales del reducido, los futbolistas mantienen los pies sobre la tierra y tienen bien en claro que todavía falta recorrer un largo y difícil camino hasta alcanzar la Promoción por el segundo ascenso a la B Metropolitana.
“De antemano sabíamos que iba a ser un serie muy complicada. Pero siempre mantuvimos la fe en este equipo, incluso después de perder en la ida”, empezó diciendo Cruz, quien en la previa del choque de vuelta ante UAI Urquiza vivió un momento muy especial cuando las seis mil personas que colmaron el Gabino Sosa le brindaron una fuerte ovación y un merecidísimo aplauso en conmemoración a sus más de 100 partidos defendiendo los colores de Central Córdoba.
Luego de más de diez meses de ardua competencia, de superar el alejamiento de varias piezas claves dentro del equipo como Ezequiel Petrovelli o Roberto González, de aguantar de la mejor manera posible los constantes atrasos en los sueldos y de ver con impotencia cómo se iba Marcelo Vaquero debido a presiones externas e internas; recién ahora en la recta final de la temporada los integrantes del plantel Charrúa empiezan a saborear los frutos que cosecharon con tantas horas de trabajo y preparación desde julio del año pasado.
“A Vaquero le debemos mucho. Fue él quien armó este plantel, quien nos brindó confianza y nos dio lugar a varios chicos de las inferiores como en el caso mío”, afirmó Mustachi, una de las figuras del equipo en el triunfo 1-0 frente al Furgón.
“Si te fijás bien, desde que llegó Vivas solamente cambiaron algunos nombres dentro del equipo titular, porque la idea y el estilo de juego siguen siendo casi el mismo que teníamos antes”, agregó Lazo, autor del descuento en Villa Lynch y del pase gol a Fiorina en la gran victoria del miércoles en el Gabino Sosa.
Ese mismo sistema táctico, claramente ofensivo en cualquier cancha donde le toca jugar y bien equilibrado en todas sus líneas, fue el que lo guió hasta las semifinales del reducido, donde el Charrúa deberá superar un nuevo obstáculo si quiere mantener con vida el objetivo final de llegar a la Promoción.
“Más allá de todo lo que pasa a la hora de entrar a la cancha, lo verdaderamente importante es que detrás de esto hay un grupo de trabajo que se mantiene muy unido, que se apoya entre sí constantemente y donde todos perseguimos el mismo objetivo”, sentenció Cruz, mientras sus compañeros coincidían enérgicamente con el punto de vista del volante derecho.
Sacrificio, buena voluntad y mucha humildad; la misma virtud que exhibe Martín Mustachi cuando le preguntan si se siente el conductor del equipo o Ezequiel Lazo cuando lo consultan sobre el rumor de que Omar Arnaldo Pala, técnico de Rosario Central, sigue atentamente sus pasos para repatriarlo al conjunto de barrio Arroyito.
Tres claves fundamentales del gran presente futbolístico que desde un tiempo atraviesa Central Córdoba y que este lunes irá por más en cancha de Laferrere, por la primera semifinal del torneo reducido de Primera C.