Karina Yabor es la presidenta del Tribunal Oral Federal 1 de La Plata que desde el 18 de mayo último juzga a 18 represores por los delitos cometidos contra casi 300 víctimas cautivas en dos excentros clandestinos, lo que la convierte en la primera mujer en ocupar ese puesto en la justicia federal platense a cargo del juzgamiento de delitos de lesa humanidad.
«Son luchas por cerrar la brecha de género que uno no lleva sola. En la jurisdicción de La Plata somos muchas mujeres concursando para magistradas y tenemos el impedimento que no llegamos. Son puestos ocupados por varones. Es notorio y casi diría obsceno lo que pasa en la jurisdicción, por es tan importante y un desafío haber alcanzado este lugar como conjueza», explicó a Télam Yabor desde su despacho en el TOF 1 de La Plata.
Yabor empezó como meritoria en 1998 en la defensoría oficial de la provincia de Buenos Aires y en el 2005 fue designada Secretaria de la Defensoría de Casación.
«En el 2008 fue el primer paso en la justicia federal como secretaria para la tramitación de juicios de lesa humanidad y empezó mi carrera y formación en la materia», detalló la magistrada y precisó que en diciembre último fue designada conjueza del Tribunal Oral Federal 1 que hoy preside.
Yabor participó como secretaria de los juicios de lesa humanidad que se juzgaron en ese tribunal entre ellos el de Fuerza de Tareas; el juicio por el crimen de Daniel Favero y el juicio a la Concentración Nacional Universitaria (CNU).
La dificultad de acceder a estos cargos
«En estos días participé de un conversatorio donde se mencionó la dificultad que tenemos las mujeres para acceder a este tipo de cargos. La brecha es muy grande, hay múltiples factores que de a poco se van modificando pero es imperativo modificar este esquema. En la jurisdicción platense es alarmante la ausencia de mujeres en cargos de magistrada», advirtió.
Respecto a cuál es el aporte desde su género a la tramitación de las causas de lesa humanidad, Yabor sostuvo que «en toda la labor jurisdiccional la labor de una mujer en un puesto de decisión marca una impronta diferenciada, desde la perspectiva de resolución en el marco de un caso determinado hasta el modo de gestión de la oficina judicial».
«Afortunadamente muchas de las mujeres que aspiramos a ocupar estos espacios tenemos una mirada feminista o al menos con clara perspectiva de género, lo que desde mi parecer es una herramienta primordial para la adecuada administración de justicia y en modo alguno impide el desarrollo de la labor con absoluta objetividad», puntualizó.
En los últimos juicios que se tramitan en la órbita de la ciudad de La Plata se incluyó como delitos de lesa humanidad las violaciones y abusos sexuales sufridos en los excentros clandestinos por las mujeres y diversidades cautivas allí, quienes tal vez puedan llegar a sentir que encontrarán mayor comprensión sobre el impacto de estas violencias al declarar ante un Tribunal presidido por una mujer.
«La formación que traemos como un bagaje adquirido nos posibilidad aplicar herramientas y conocimientos que lógicamente pueden ser mas adecuados a este tipo de casos, sin dejar de reconocer que es preciso un abordaje interdisciplinario con grupos específicos de acompañamientos de víctimas y testigos», dice Yabor.
Sobre el juicio que comenzó el 18 de mayo último y que juzgará a 18 represores por los delitos contra casi 300 víctimas que estuvieron detenidas en el Cuerpo de Caballería de 1 y 60 y la comisaría 8va. de La Plata expresó que «presidir este debate es un desafío y una gran responsabilidad. Son causas complejas, que generan mucha expectativa, de modo que tener la oportunidad de presidirlo es muy importante para mi».
«La prioridad absoluta que tenemos es avanzar en la pronta tramitación de las causas, y en el TOF se tramitan muchas de lesa humanidad, de modo que la agenda está orientada en darle curso a esos procesos con gran demora», reconoció.
Asimismo valoró «la posición de las víctimas y familiares en este tipo de procesos porque, pese a las circunstancias que han vivido, han escogido el camino adecuado, que es esperar la respuesta del poder judicial. Esa actitud es ejemplar».
«Por muchos motivos la respuesta por parte de los tribunales muchas veces aparece como tardía, no solo porque hay imputados que no llegan a debate sino porque hay víctimas que no llegan a declarar en su proceso», expresó.
Finalmente la primer mujer en ocupar el TOF 1 de La Plata destacó que «igualmente el saldo siempre es positivo en tanto se reafirma este modelo donde hechos tan graves son llevados a juicio en el marco de un debido proceso, con el goce pleno de todas las garantías para los imputados, lo cual hace que nuestro país sea un modelo en el juzgamiento de este tipo de delitos».