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Kevin Macdonald: «No nos podemos asustar de los aspectos más oscuros de la vida»

El cineasta escocés habla de su proyecto documental "La vida en un día 2020", que presenta distintos eventos e historias íntimas a través de clips de video filmados el 25 de julio del año pasado por miles de personas en todo el mundo y que ya se puede ver de manera gratuita en YouTube

El cineasta escocés Kevin Macdonald, director del proyecto documental La vida en un día 2020, que presenta distintos eventos e historias íntimas a través de clips de video filmados el 25 de julio del año pasado por miles de personas en todo el mundo y que ya se puede ver de manera gratuita en YouTube, afirmó que «en una época en la que hay tanta fijación sobre lo que nos separa, esta es una película que habla de empatizar con los demás».

«No nos podemos asustar de los aspectos más oscuros de la vida; hay mucha gente que perdió a seres queridos, que está enferma, pero también existen cosas que nos consuelan, incluso cuando todo está mal», explicó el realizador en diálogo con la agencia de noticias Télam sobre el largometraje que el lunes último estrenó en el Festival de Cine Independiente de Sundance.

Se trata de la segunda vez que Macdonald, ganador de un Oscar por el documental One Day in September (1999) y también director de celebrados films como El último rey de Escocia (2006), se pone al frente de un proyecto colaborativo de estas características.

Justamente, hace una década fue el responsable de seleccionar y compaginar los más de 80 mil videos caseros grabados el 24 de julio de 2010 para la primera La vida en un día, que como en esta oportunidad, fue producida por Ridley Scott y YouTube Originals.

Esta vez, con el desarrollo y el alcance de la tecnología que se registra diez años más tarde, YouTube recibió más de 300 mil clips provenientes de 192 países diferentes y en más de 65 idiomas.

Sumando la presencia de la pandemia de coronavirus o las masivas protestas por el asesinato de George Floyd en manos de la Policía de Mineápolis, gran parte de las imágenes que integran La vida en un día 2020 están teñidas por un ambiente más sombrío, pero aún así conforman un mosaico diverso en orígenes, emociones y situaciones que busca retratar la experiencia humana.

Así, nacimientos, cumpleaños y casamientos, amores y desamores, muertes y funerales se entrelazan con tomas de ciudades desoladas por las medidas de aislamiento frente a la covid-19, manifestaciones políticas y tragedias ambientales.

Esta cápsula del tiempo que avanza con dinamismo y coherencia gracias a una logradísima banda sonora creada por los compositores Harry Gregson-Williams y Matthew Herbert es, además, un emotivo reflejo de un año signado más que nunca por el enorme caudal de contenidos creados por millones de usuarios resguardados en sus casas, y una ventana a la intimidad, las costumbres y los miedos de personas alrededor de todo el mundo con los que resulta simple identificarse.

Luego de la experiencia repetida una década después, Kevin Macdonald comparó ambos momentos: «Por suerte tuvimos mucho más material, fue mucho más diverso el contenido, realmente internacional, porque casi todos ahora tienen un teléfono, las personas están acostumbradas a comunicarse con esa tecnología y tienen acceso a Internet. Cuando hicimos la primera película casi la mitad del material era de los Estados Unidos, pero esta vez fue cerca del 25 por ciento, así que el resto del mundo está mucho mejor representado».

En el mismo sentido, una vez más, no había una idea previa sobre la historia que quería contar. «Tuve que aprender a no trabajar como un director común y corriente porque no se puede controlar el material, hay que sentarte y ver qué es lo que el mundo te regala. Eso fue interesante, me gustó mucho ser más receptivo y fue un verdadero descanso de hacer películas de ficción, disfruté esa libertad».

El destacado realizador habló también acerca de lo que pensó cuando vio los clips que envió la gente: «Me sentí muy agradecido con las personas que grabaron y mandaron sus videos, había muchas cosas sorprendentes, cosas íntimas; una chica haciendo el amor por primera vez, un hombre siendo rechazado por su novia, otro proponiendo matrimonio, una madre hablando sobre la muerte de su hijo por covid. Fue muy conmovedor».Después de hacer ambos documentales, el cineasta analizó desde ese lugar los cambios transitados por la humanidad en este tiempo. «Creo que el mundo se dividió mucho más, hay más nacionalismos, y se siente un enojo por parte de la gente con el statu quo; las personas quieren una vida mejor para sí mismas. En esta película igualmente está la sensación de que no se trata de eso, sino sobre las cosas fundamentales de estar vivos, lo que todos compartimos, los valores, lo que amamos, esas cosas básicas que hacen a la vida humana. Me parece que en una época en la que hay tanta fijación sobre lo que nos separa, esta es una película que habla de lo opuesto, de empatizar con los demás», destacó.

Habiendo producido contenidos para las llamadas nuevas plataformas, el director evaluó qué rol juega YouTube en este momento de mayor conectividad. «YouTube cambió muchísimo desde la primera La vida en un día; en ese momento sólo tenía cinco años funcionando y todo era más anárquico. Ahora es un jugador más establecido, una corporación gigante que ya no es una sola cosa, hay personas subiendo sus películas caseras, expresándose visualmente, pero también gente usándola como un medio para vender cosas, ayudar a resolver problemas o hasta para hacer yoga. Nos preocupaba que nos inundaran los influencers que quieren presentar una versión idealizada de la vida, la versión «selfie» de la vida, y eso es muy aburrido de mirar. Nosotros buscábamos la vida en crudo, cosas reales», diferenció.

Finalmente, y en relación con la puesta online del documental, Macdonald habló acerca de cuál es el mensaje que espera que reciban los espectadores: «Que entiendan que no nos podemos asustar de los aspectos más oscuros de la vida, hay mucha gente que perdió a seres queridos, que está enferma, hay oscuridad, pero que también existen cosas que nos consuelan, incluso cuando todo está mal. Hay tantas cosas que hacen bien y traen alegría, sea el amor, o lo físico de saltar de un avión o gritar, juntarse con otras personas y bailar. Para mí se trata de eso, de ver la realidad de lo que es la vida, lo frágil que es y lo rápido que se va, pero poder disfrutar de todos los momentos y aferrarse a eso».

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