La escalada de inseguridad provocó fisuras en el discurso del oficialismo, cuando Néstor Kirchner le pidió a Daniel Scioli que diga “quién le ata las manos” y Aníbal Fernández rechazó la sanción de un proyecto votado por los propios diputados kirchneristas.
“Le pido a Scioli que diga quién le ata las manos para profundizar el modelo de seguridad porque estamos todos dispuestos a ayudar. Pero hay que hablar con nombre y apellido para evitar malentendidos sobre quienes son los que traban la aplicación de la seguridad en la Argentina”, sostuvo Kirchner al encabezar un acto del PJ en el barrio porteño de La Boca.
Además, reprochó los “discursos facilistas” de la oposición y la sanción de leyes que “no alcanzan”, en referencia a las normas para evitar las salideras bancarias, y cuestionó a la Justicia que “en un falso garantismo permite que los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra”.
Aunque remarcó que “no todos los cuerpos de seguridad son corruptos”, Kirchner pidió a todos los gobernadores del país que trabajen en la “limpieza” de la Policía para “aislar a aquellos que utilizan la institución para delinquir”, porque el poder político “debe mandar y no hacer acuerdos circunstanciales” para lograr “fuerzas cristalinas”.
“No tenga miedo gobernador Scioli, -retomó- porque usted nunca lo tuvo, dígalo, hay que solucionar el problema de la justicia. No toda, porque generalizar es malo, pero nuestra justicia no solo retarda, sino que en el propio retardo generan acciones que permiten que los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra”.
A principios de este mes Juan Ignacio Buzali, esposo de Carolina Píparo -la embarazada baleada durante una salidera bancaria en La Plata-, dijo que Scioli se acercó al hospital donde estaba internada la mujer y que le comentó que tenía “las manos atadas”.
El mensaje del ex presidente llegó al término de un día en el que otras voces del kirchnerismo habían mostrado posturas discordantes sobre la eficacia de un proyecto aprobado por unanimidad en la Cámara de Diputados contra las salideras bancarias.
Mientras el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, lo consideró “horrible”, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el gobernador Scioli celebraron la medida.
Fernández fue el primero en emitir opinión sobre la iniciativa que aprobó la Cámara de Diputados en la noche del miércoles por unanimidad, al señalar que “es horrible” y “no dice nada”.
“La verdad, el proyecto es horrible, no dice absolutamente nada. Lo escuché a (Francisco) De Narváez decir hoy que tenemos que avanzar en la gestación de leyes. ¿Desde cuándo una ley morigera un delito?”, se preguntó.
La inseguridad es la principal preocupación de los argentinos, según distintas encuestas, y la oposición suele apuntar al silencio del oficialismo al respecto.
Comentarios