“Apenas escribió dos libros, no era nadie, lo sacamos de Rafaela para llevarlo a la Corte y ahora nos hace esto”. La furia de Néstor Kirchner contra el jefe del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti, apenas comienza. El ex presidente instruyó al secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, para que recopile las causas pendientes de sentencia ante la Corte Suprema y detectar así eventuales fallos adversos al gobierno de Cristina de Kirchner.
Con la presidenta de gira en Alemania, Kirchner debió soportar en la soledad de Olivos el fallo de la Corte que congela la entrada en vigencia del artículo 161 de la nueva ley de Medios, donde se establece el plazo de un año para que los grupos mediáticos concentrados que no se adapten a la nueva norma se desprendan de sus activos. El diputado no termina aún de digerir lo que considera una traición de Lorenzetti, un abogado santafesino que, vía Alberto Fernández, fue acercado al matrimonio por el ex ministro de Justicia, Horacio Rosatti, y cautivó a la entonces primera dama y senadora Kirchner.
Desprestigio
En Olivos, Kirchner repasa encuestas que tiene al Poder Judicial al tope de los índices de desprestigio de las distintas estructuras de la administración pública, aun por debajo del Ejecutivo y el Legislativo. Y más allá de haber matizado la derrota que sufrió ante el Grupo Clarín por el fallo de la Corte, prepara una nueva embestida contra los magistrados supremos, en especial contra Lorenzetti. De acuerdo con el trabajo de investigación encargado a Zannini, la principal preocupación de Olivos radica en las demandas presentadas por las provincias de Santa Fe, San Luis y Córdoba reclamando la restitución del 15 por ciento de la coparticipación federal que se redirecciona a la Administración Nacional de Seguridad Social (Ansés).
En la antesala del año electoral, un fallo de la Corte reconociendo el reclamo de esas provincias podría complicar la caja kirchnerista en plena campaña presidencial, y desfinanciar proyectos de obra pública y la asignación universal por hijo, entre otras iniciativas del oficialismo, mostrando como vencedores no sólo a referentes del Peronismo Federal como Alberto Rodríguez Saá sino también al socialista Hermes Binner, potencial compañero de fórmula de Ricardo Alfonsín en el Acuerdo Cívico y Social.
Advertencia
En la última audiencia ante la Corte Suprema, los representantes del Ministerio de Economía de Amado Bodou advirtieron que si se falla a favor del gobierno de Binner “se podría llegar a una situación de default del sistema previsional, ya que se sumarían otros reclamos, como el que ya está planteado por San Luis, y entonces habría que discutir cómo financiar la seguridad social”. Es esa sentencia pendiente la que perturba a Kirchner, quien estará hoy en Río Gallegos para respaldar al gobernador Daniel Peralta luego del fallo de la Corte que ordena reponer al ex procurador Eduardo Sosa en su cargo.
Lorenzetti, por ahora, no recoge el guante de Kirchner. El único supremo que se animó a deslizar su enojo con el Poder Ejecutivo fue Carlos Fayt, quien habría señalado al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, como el responsable del fallo que ordenó la extradición del ex guerrillero chileno Galvarino Apablaza. “El tema no estaba en la agenda hasta que Fernández anunció que la Corte tenía la responsabilidad de fallar en ese tema”, habría sido la explicación del magistrado, quien también pidió que el ministro de Justicia, Julio Alak, dinamice la relación entre la Casa Rosada y el Poder Judicial.
Lo cierto es que el frente judicial sigue complicando a la gestión kirchnerista y, así como el campo fue el enemigo perfecto en 2008, ahora los jueces vienen a suplir el rol de la mesa de enlace. El conflicto ya rebotó en el Senado, donde el jefe de la bancada oficialista, Miguel Pichetto, acaba de votar en contra de los intereses del Poder Ejecutivo a favor de la ley de protección de los glaciares. Al senador rionegrino todavía no lo confirman como representante del oficialismo ante el Consejo de la Magistratura y tampoco recibe un apoyo explícito su candidatura a gobernador.