El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, anticipó este jueves que el gobierno prepara “un plan de reactivación muy fuerte, centrado en herramientas financieras” orientadas básicamente a pymes, y destacó que se pasará “del paquete de crisis a uno de recuperación, para mejorar la empleabilidad con un abordaje integral”. Además destacó el conjunto de medidas de apoyo del Estado a la población y a las empresas en el marco de la pandemia de coronavirus.
Kulfas adelantó, además, que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un crédito por 500 millones de dólares para respaldar al Fonder (Fondo de Desarrollo Regional) y el Fogar (Fondo de Garantías Argentino), al realizar una presentación virtual organizada por la gestora de fondos local Quinquela.
El ministro detalló que con el respaldo del BID el Fonder “llegará a pymes con créditos para refinanciar pasivos y para inversiones con tasas de un dígito, muy cercanas al 10%”, mientras el Fogar, que “tuvo poca actividad en los últimos años pero un rol clave en estos meses para 45.000 mipymes y 500 mil autónomos y monotributistas, otorgará garantías directas a empresas y se reafianzarán las sociedades de garantías recíprocas (SGR)».
Otra de las 60 medidas reactivadoras que anunciará próximamente el gobierno es la modificación en el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) para ofrecer créditos a tasa subsidiada, que se convertirá en «un subsidio directo si la empresa crea empleos», reveló Kulfas.
Bajar impuestos no traerá lluvia de inversiones
“Están en estudio estímulos fiscales y laborales, y se definirá en qué vamos a invertir, los nichos de negocios rentables, no creemos que con bajar los impuestos mágicamente haya una lluvia de inversiones”, remarcó.
El funcionario destacó que “prohibir despidos es una herramienta de la crisis y se adoptó en la emergencia ante el riesgo de lo que ocurrió en otros países, donde el desempleo aumentó un 20%”.
“Esos países cuentan con otros mecanismos de cobertura, pero la Argentina no tiene el seguro de desempleo desarrollado, por eso se estableció esa prohibición y los mecanismos de suspensión para los que no podían operar”, ratificó.
El ministro afirmó que la actividad económica ya registra “una recuperación mayor a la esperada, pero heterogénea”, y muestra “signos mejores que muchas de las principales economías del mundo”, lo que da respuesta a quienes afirman que “se sobreactuó la cuarentena y se tomaron medidas exageradas”.
Kulfas precisó que la caída de la producción industrial en el segundo trimestre fue de 6,6% interanual por la pandemia, lo cual implicó un menor impacto que en Japón, México, Portugal, Italia, Alemania, España, la República Checa, Francia, Estados Unidos, Brasil y Chile, mientras muchas provincias ya tienen una “relativa normalidad”.
El ministro resaltó, además, que la caída del empleo en la Argentina “resultó más moderada que la de otros países americanos, -2,5% entre enero y mayo, tres veces menos que Brasil y cinco veces menos que Chile, debido a la institucionalidad del mercado laboral y a las políticas aplicadas, como la prohibición de despidos”.
En ese marco, el empleo privado habilitado para trabajar volvió a subir y alcanzó el 89% del total en los primeros días de agosto, aseguró.
Kulfas detalló luego los datos de mayor consumo durante julio, con un 16,9% de suba de ventas a través del programa Ahora 12, frente al mes anterior, en especial fuera del área Metropolitana de Buenos Aires.
El ministro reseñó el repunte fabril, particularmente, en áreas dinámicas ligadas al agro (maquinaria agrícola, agroquímicos, medicamentos de uso veterinario); mantenimiento del hogar (muebles, sommiers, colchones, calefones, estufas, escobas, cepillos, pinceles); bicicletas; equipos médicos; jabones y detergentes, entre otros.
Sin embargo, admitió que las ramas más afectadas son las de cafés y restaurantes; cervezas (sobre todo artesanales); productos de cuero y talabartería; textiles; refinación de petróleo; artículos deportivos; insumos para el turismo (valijas); productos de panadería; lavaderos de autos; kioscos; bijouterie y joyerías, y muebles de cocina, entre otros rubros.
Por otra parte, atribuyó la brecha cambiaria a “un problema emergente de las restricciones impuestas por el gobierno anterior y de la inestabilidad financiera, por el sobreendeudamiento inconducente e irresponsable entre abril de 2016 y abril de 2018”.
Reducir la brecha cambiaria
Kulfas confió en que esa brecha se reduzca “cuando se formalice el acuerdo con los acreedores externos y porque hubo una sobrerreacción de muchos ahorristas locales que querrán liquidar los dólares que compraron en los últimos meses”.
«No apreciamos el tipo de cambio oficial, al contrario: frente a una inflación de 13% en lo que va del año el dólar aumentó 22%, y esto va a ser aprovechado como factor de reactivación”, dados los precios relativos que presentan hoy algunos bienes durables, concluyó el ministro.
El ministro resaltó las medidas de apoyo a la población y a las empresas por parte del Estado ante la pandemia de coronavirus, incluyendo el gasto público y el crédito al sector productivo, que “ascendió a 5,25% del PBI, es decir, más de 1,43 billón de pesos”
Kulfas contrastó ese aporte luego de “un período en el que el crédito al sector productivo cayó 50% y había una situación de ahogo financiero por la suba de tasas, que en vez de bajar la inflación la aceleró, mientras hubo que reestructurar la deuda; algunos a eso lo llaman plan”, ironizó.
Según estimó el ministro, 41 millones de personas (el 91% de la población nacional) reciben algún ingreso del Estado: 22 millones de adultos que viven con otras 19 millones de personas.
Ese universo incluye 9 millones que reciben el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia, de los cuales 2,4 millones IFE están ligado a la asignación universal por hijo, y 1,5 millón a la tarjeta Alimentar); 7 millones de jubilados y pensionados; 3,2 millones de empleados públicos; y 2,6 millones de asalariados privados que recibieron al menos un pago del ATP (programa de Asistencia al Trabajo y la Producción).