“A lo largo de cinco décadas, Meryl Streep ha desarrollado una carrera brillante encadenando interpretaciones en las que da vida a personajes femeninos ricos y complejos, que invitan a la reflexión y a la formación del espíritu crítico del espectador”, dice uno de los pasajes de los considerandos del jurado, dado a conocer por la prensa española.
“La honestidad y responsabilidad en la elección de sus trabajos, al servicio de narrativas inspiradoras y ejemplarizantes, traspasan la pantalla y los escenarios con una impecable técnica interpretativa, armada únicamente con su gestualidad, voz y mirada. Activista incansable a favor de la igualdad, con su talento y rigor, ha posibilitado que diferentes generaciones disfruten de interpretaciones inolvidables, conquistando el respeto que este gran arte merece”, continúa.
Nacida en 1949 en Summit, Nueva Jersey, Meryl Streep es, con 21 candidaturas, la actriz más nominada a los premios Oscar de la Academia de Cine de Hollywood a lo largo de su historia. Y se alzó con tres: uno como actriz de reparto por Kramer vs. Kramer (1979), y dos como protagónica en La decisión de Sophie (1982) y por su Margaret Thatcher en La dama de hierro (2011).
En su interminable palmarés cuenta también con nueve Globos de Oro y tres Bafta de la Academia Británica, entre muchos más premios y nominaciones.
La candidatura de Streep para el Princesa de Asturias de las Artes fue propuesta por el cineasta español Pedro Almodóvar, y su triunfo supone apenas la segunda vez que una actriz es galardonada con el premio, tras la española Nuria Espert en 2016.
Mary Louise Streep, tal su nombre de nacimiento, comenzó su carrera en el cine en 1977, invitada por el cineasta Fred Zinnemann para un pequeño papel en una época en la que ya se destacaba en el teatro.
Meteórica, al año siguiente brillaría en la miniserie televisiva Holocausto, por la que ganó su primer premio Emmy como mejor actriz protagónica. También en 1978 participó de El Francotirador, de Michael Cimino, junto a gigantes como Robert De Niro, John Cazale y Christopher Walken, donde obtuvo su primera nominación al Oscar.
Luego vendrían los primeros grandes reconocimientos de la industria y una filmografía con cerca de 90 créditos en su mayoría cinematográficos como Silkwood (1983), África mía (1985), El amor es un eterno vagabundo (1987), Un grito en la oscuridad (1988), Recuerdos de Hollywood (1990), La casa de los espíritus (1993) y Los puentes de Madison (1995).
También a fines de los 90 y comienzos de los 2000 siguieron los roles fuertes en películas recordadas como El ladrón de orquídeas (2002), El diablo viste a la moda (2006) y la mencionada y premiada La dama de hierro.
Pero además, la madurez le permitió también desembarazarse de ataduras y explorar nuevos tipos de papeles. Así es que en su catálogo pueden encontrarse la musical Mamma Mia, una de fantasía de cuento como En el bosque (2014) o comedias como Florence (2016).
Erigida en mito viviente de la actuación, Streep también recoge elogios y reconocimientos por su actividad en causas sociales, humanitarias, feministas y ambientales.