La actividad económica se derrumbó 6,7% en junio en comparación con el mismo mes del año pasado –la caída más brusca en la gestión de Mauricio Macri–, y acumuló una baja del 0,6% en el primer semestre, afectada principalmente por las pronunciadas caídas en la agroganadería, la industria y el comercio, según informó este jueves el Indec.
Junio registró el tercer mes consecutivo de baja, con un porcentaje que sólo fue superado por el derrumbe de julio de 2009, cuando la Argentina enfrentaba el temblor financiero iniciado en los Estados Unidos en 2007.
Desde que Mauricio Macri asumió la Presidencia los retrocesos más fuertes se habían registrado en mayo pasado, con el 5,2%, y luego en junio y julio de 2016, con el 4,9% y 4,8% de caída, respectivamente.
De este modo, la actividad económica pasó a signo negativo en el año, en un semestre condicionado por una profunda devaluación, junto con una corrida cambiaria y la sequía que afectó a amplios sectores del país.
Respecto de mayo, la actividad económica retrocedió 1,3 por ciento de acuerdo con los índices oficiales, confirmando el proceso recesivo.
El organismo encargado de las estadísticas informó que el sector que más incidencia tuvo en el resultado fue agricultura, ganadería, caza y silvicultura que en junio cayó 31% en la medición interanual, que explicó en un 3,59% la baja del indicador.
En segundo lugar se ubicó la industria manufacturera, que retrocedió 7,5% en la medición interanual, con una incidencia del 1,22% en el índice global.
El comercio mayorista y minorista experimentó en junio una baja del 8,4% contra igual mes de 2017; transporte y comunicaciones cedió 6,1%, y pesca retrocedió 16%.
Por el contrario, tuvieron registros positivos los siguientes rubros: explotación de minas y canteros, con el 4,9%; electricidad, gas y agua, 4,3%; actividades inmobiliarias y de alquiler, 2,3%; servicios sociales y de salud, 1,7% y enseñanza, 0,8%.
El retroceso en agricultura, comercio e industria explica el 88% del resultado negativo del mes, aunque sólo el sector del campo tuvo más de la mitad de incidencia en la caída.
El Emae arrancó el año con una suba del 4% en enero en la medición interanual, siguió en febrero con un alza del 5% para bajar al 2,1% en marzo.
Luego se inició el proceso recesivo: en abril retrocedió 0,6%, para trepar al 5,2% en mayo y al 6,7% en junio.
La perspectiva de los economistas es que el proceso recesivo continúe en lo que resta del año, ya que la producción agrícola seguirá en baja y que las elevadas tasas de interés serán un obstáculo para la reacción del sector manufacturero.