Martín Paoltroni
Especial para El Ciudadano
Aunque la actividad política de febrero parece estar monopolizada por el acuerdo con el FMI, el aumento de precios, la inseguridad y el debate en torno al presupuesto provincial, esta semana distintas organizaciones de la diversidad sexual salieron a disputar una agenda de temas propios que se traducen en proyectos de ley con destino incierto en el laberinto parlamentario del verano.
Ni el calor, ni los vaivenes de una dirigencia política ocupada en la rosca electoral de cara al 2023 amedrentaron a travestis, trans, putos, maricas y no binaries que hicieron lo que mejor saben: ocupar las calles, pintarla de colores y politizar el espacio público con consignas disidentes de la norma binaria y heterosexual.
Tanto es así, que este miércoles fue el turno de reclamar por el proyecto de Ley Antidiscriminatoria en la explanada de la legislatura santafesina en una convocatoria encabezada por el grupo Varones Trans Santa Fe y el Movimiento de Integración Sexual Étnica y Religiosa. (Miser).
“Los hechos críticos nunca dejaron de existir para nuestra comunidad. Empezamos el año con un nuevo travesticidio en Santa Fe”, recordó la activista trans Alejandra Ironici en diálogo con El Ciudadano.
En relación al proyecto de ley, hizo especial hincapié en la creación de un órgano de contralor distinto a la Defensoría del Pueblo o el Inadi: “Esto nos permite invertir la carga de la prueba, que la persona que fue discriminada no tenga que ser doblemente violentada sino que quien cometió el acto de discriminación debe probar que no lo hizo”.
La iniciativa pertenece la diputada provincial Lucila de Ponti y tras perder estado parlamentario fue reingresado a la cámara de diputados de Santa Fe el último lunes. “El espíritu de la ley tiene que ver con poder consolidar y ordenar la normativa antidiscriminación de la provincia que al día de hoy es muy poca”, señaló la legisladora del Movimiento Evita. “Buscamos darle a Santa Fe herramientas que le permitan intervenir tanto desde la función investigativa como desde la mirada preventiva”, remarcó.
Durante la jornada también se pidió por la Ley Integral Trans, un proyecto de la diputada Agustina Donet del bloque Igualdad y Participación que obtuvo media sanción en la cámara baja provincial durante el 2020, y espera ser tratada en Senadores: “La ley integral trans viene a acompañar todo el proceso de la Ley de Identidad de Género, de cupo laboral trans nacional y provincial, en el marco de otros derechos que no estaban como vivienda, educación, salud y trabajo”, expuso Ironici.
Por su parte, la activista y militante trans Pamela Rochi señaló que la propuesta “viene a cumplir funciones fundamentales para nuestras vidas, viene a acompañar a las niñeces trans y a reparar a las personas trans adultas que fueron y son víctimas del abandono del estado”. Además sentenció: “Es una ley de máxima que habla de vivienda, salud, justicia. Hoy solo falta voluntad política para su aprobación”.
La actividad estuvo enmarcada en un nuevo aniversario del fallecimiento de la reconocida activista travesti Lohana Berkins, ocurrido un 5 de febrero del 2016. “En el marco de un mes en el que la sociedad celebra el amor, el colectivo travesti trans sigue siendo el deseo oculto y no nombrado en los medios hegemónicos”, apuntaron las organizaciones en un comunicado.
No tenemos más tiempo
A pocos días de cumplirse dos semanas de la convocatoria a sesiones extraordinarias que realizó el presidente Alberto Fernández, organizaciones de la disidencia sexual salieron a reclamar el tratamiento y la aprobación de la nueva ley de respuesta integral al VIH, hepatitis virales, tuberculosis e infecciones de transmisión sexual (ITS) incluida en el temario que envío el Poder Ejecutivo al Congreso Nacional.
En rosario, Mesa Positiva y el Movimiento Kiki realizaron una intervención en la Plaza Libertad que formó parte de la acción federal “Jueves Rojos” organizado por la Liga LGTBIQ de las provincias y el Frente Nacional por la Salud de las personas con VIH, quienes manifestaron a través de un comunicado que “mientras los diputados solo centran sus esfuerzos en ver quien logra presidir cada comisión sin llegar a un acuerdo, cada año mueren 5100 personas por causas relacionadas al VIH y/o a la hepatitis virales”.
La consigna del encuentro fue “venimos por la Ley, luchamos por la cura”, y durante la jornada se pintaron esténciles con frases como: “Pensá más que prevención”, “Mi sangre es un campo de batalla”, “Hay niños naciendo con VIH”, y “Orgullo Vírico”. Al finalizar el conversatorio, hubo taller de Old Way, una de las categorías de ballroom, a cargo de Evan Queer. De forma paralela, más de 30 organizaciones de la sociedad civil se movilizaron hasta el Congreso de la Nación para exigir la apertura del debate antes de que finalice el mes.
El proyecto para reemplazar a la Ley Nacional de SIDA de los años 90’ tiene entre sus principales atribuciones incentivar la investigación para la cura, la producción pública de medicamentos, e incorpora modificaciones en el sistema previsional para quienes se encuentren en situación de vulnerabilidad o hayan estado en tratamiento con antirretrovirales por más de diez años. También agrega la perspectiva de género y derechos humanos a través de las denominadas poblaciones claves y establece mayores niveles de protección en el mundo del trabajo para las personas seropositivas.
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