La Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac) brindó un conjunto de estadísticas al Ministerio de Seguridad, de las cuales se desprende que casi en su totalidad (98%) las personas registradas para la portación legal de armas son varones. El mismo portaje se refleja en los datos de los informes del Observatorio de Seguridad Pública de la provincia tanto sobre las víctimas como con los autores de los homicidios y las balaceras cometidas en lo que va del año en el departamento Rosario. A su vez, de ese informe surge que 9 de cada 10 homicidios son perpetrados con armas de fuego. De esto se concluye que el problema tiene varias dimensiones a abordar, además de la gran circulación de armas. “Los modelos sociales y culturales tienen mucho que ver en la construcción de la violencia cotidiana», como bien propone la Anmac.
En este marco, el organismo Nacional brinda un conjunto de talleres sobre prevención de la violencia con armas de fuego destinado a equipos socioeducativos del Ministerio de Educación de Santa Fe. Este trabajo inició el pasado 29 de septiembre, con una frecuencia semanal, y en principio, tendrá una duración semestral, con el objetivo de vincular a la Anmac con distintas áreas referidas a la educación, a la Justicia, y la concientización sobre la problemática referida al uso de armas de fuego, en diferentes áreas y niveles del Estado.
El subsecretario provincial de la Agencia de Prevención de la Violencia con Armas de Fuego (APVAF), Lautaro Sappietro explica que “con estos talleres se busca concientizar sobre las consecuencias de la violencia armada” agregando que “muchas veces se suscitan conflictos dentro de las instituciones educativas y en este sentido es preciso que el Estado tenga las herramientas para actuar de la manera correcta y abordar los problemas desde la integralidad”.
Además, Sappietro sostiene que “desde el Ministerio de Seguridad se impulsan diversas líneas de acción para reducir la circulación de armas de fuego, este tipo de política apunta a prevenir y desalentar su uso, en este sentido celebramos la importancia de la colaboración brindada por Anmac a la provincia»
La iniciativa consta de dos talleres, los cuales son impartidos por especialistas del Equipo de Prevención Urbana de Anmac. Las temáticas de los talleres buscan incentivar la concientización y sensibilización sobre el desarme, para la promoción de una cultura de no violencia a partir de “la reflexión crítica de los estereotipos de la masculinidad hegemónica y de diversas creencias en torno a las representaciones sobre las armas de fuego”, explicaron los voceros oficiales.
En este sentido, uno de los talleres tiene como eje central las «Masculinidades Armadas», el cual busca reflexionar sobre los estereotipos de género masculinos que posibilitan la naturalización de la utilización de las armas de fuego a través de usos y consumos culturales y costumbres dentro de las juventudes.
“¿Qué pasa cuando una directora ve un arma de fuego en una escuela?”, se pregunta Ximena Frois, coordinadora del Programa de Educación Sexual Integral (ESI). “¿Qué hay detrás de un niño que está portando un arma? La escuela desde el ámbito pedagógico lo tiene que proteger, saber que es un niño, no adultizarlo, no ponerlo a nivel de un delincuente”, agrega. Frois explica que el equipo socioeducativo interviene en estos casos, en articulación con otros Ministerios, como Niñez y Seguridad, para brindar las herramientas necesarias para la intervención en estas situaciones, que es cuando hay una vulneración.
“Creencias que Matan” es el nombre del segundo taller impartido por la Anmac, el cual tiene como propuesta generar un espacio de reflexión y debate sobre distintas creencias populares o de sentido común en torno al uso y presencia de armas de fuego en la sociedad civil, problematizar estas creencias utilizando diferentes recursos didácticos, como imágenes de consumos culturales, noticias periodísticas, videos e infografías con información estadística, con el propósito de reflexionar, debatir y desarrollar un pensamiento crítico sobre las creencias de sentido común y representaciones sociales dominantes que promueven el uso de armas de fuego, ya sea como símbolos de estatus, poder y autoridad (sobre todo entre los jóvenes), o bien para la seguridad o protección en el hogar.
La Anmac, antes conocida como Renar (Registro Nacional de Armas de la República Argentina), refundó en octubre del 2015 tanto su nombre como su alcance social, pasando de tener una función fiscalista a una más compenetrada, en articulación con las carteras de Educación, Seguridad y Justicia para un abordaje más integral de las políticas de desarme y toma de conciencia.
En este sentido, su trabajo tiene tres ejes: el arraigo de las políticas de desarme en los distintos territorios provinciales, el registro, la fiscalización y el control de toda actividad vinculada con armas de fuego, explosivos y otros materiales controlados, y la generación de instancias de encuentro, formación y prevención sobre lo que conlleva la presencia de armas en la vida social, tanto en lo civil como en lo cultural.
No son sólo números
Las cifras y los datos estadísticos son, según Sappietro, “un insumo esencial para la elaboración de políticas públicas”. En ese marco, la Anmac aporta el dato de que el 98% de los legítimos usuarios de armas de fuego son varones: “Este es uno de los factores que justifican este tipo de políticas que trabajamos junto con el Ministerio de Educación y la Agencia Nacional de Materiales Controlados».
Los últimos informes del Observatorio de Seguridad Pública del Ministerio de Seguridad, muestran que hasta el 30 de septiembre de este año, de los 178 homicidios perpetrados en el departamento Rosario, el grueso de las víctimas (9 de cada 10) son varones de entre 15 y 34 años y que el 87,6% son perpetrados con armas de fuego. Por otro lado, gran parte de estos crímenes tuvieron lugar en la vía pública y el 62,4% fue organizado o está relacionado con la economía ilegal, tenía una planificación previa y en el 75% de los casos registrados, la víctima fatal, era la persona a la cual estaba dirigido el ataque.
Estos son los números que alientan a pensar, desde las autoridades de la Anmac y de la APVAF, que otro de los aspectos a abordar, además del cómo se obtienen las armas en el mercado de la violencia, también cómo es que la hipermasculinización de estos conflictos armados y de su resolución tiñe las gráficas de las estadísticas criminales de la provincia en general y del departamento Rosario en particular.
La coordinadora de ESI, Frois, celebra la articulación interministerial para la producción de contenido estadístico que permita echar luz sobre la problemática de las balaceras y de la violencia armada: “Anmac y APVAF tienen la capacidad de brindar información dura de lo que está ocurriendo. La educación tiene una mirada vinculada a lo pedagógico: cómo hacemos para transformar una realidad violenta que tiene mucho que ver con la portación de armas”.